domingo, octubre 08, 2006

LAS RESIDENTES VOLUNTARIAS DEL ACOGEDOR "SALON KITTY"


n la sede de la Gestapo en Berlín, las fichas de personajes importantes "estaban recogidas en un enorme fichero horizontal circular, capaz para quinientas mil tarjetas, que podía ser manejado por un solo operador; movido por un motor eléctrico, giraba sobre sí mismo y aparecia la ficha deseada por la simple presión de la tecla".
Esto, naturalmente, no era más que un detalle de la organización, que en realidad llegaba a todas partes. Heydrich, por ejemplo, aprovechó sus experiencias de crápula en la creación del famoso "Salón Kitty". El subjefe de la Gestapo había notado que con frecuencia los asiduos a casas alegres terminan haciendo confidencias a las chicas. Así que hizo adornar lujosamente un hotel de Berlín, transformándolo en un "nido de amor" reservado para diplomáticos y periodistas extranjeros, con residentes escogidas entre "muchachas de la vida" de singular belleza, inteligencia, cultura y conocimiento de idiomas. El bar, el salón y las alcobas del hotel fueron literalmente sembrados de micrófonos que grababan todas las conversaciones (y chicas nazis pertenecientes a la burguesía se ofrecían "voluntarias" como residentes del "Salón Kitty"). Gracias a este sistema ultracapilar de espionaje, la Gestapo fue instrumento primordial e indispensable de las más torpes y sangrientas aventuras del Tercer Reich. No sólo preparó las listas de las personas ajusticiadas durante la "Noche de los Cuchillos Largos", con la eliminación violenta de los jefes de las SA en la "purga" del 30 de junio de 1934 (porque, dijo Goering en Nuremberg, "esperaba tal encargo tratándose de una acción contra los enemigos del estado"), sino también, apenas Hitler quiso apoderarse del mando supremo de la Wehrmacht, preparó una odiosa maquinación contra los dos jefes del ejército, el mariscal Werner von B lomberg y el coronel general Werner von Fritsch.Von B lomberg, de sesenta y dos, años, se habla casado con su secretaria, Erna Gruhn. y la Gestapo reveló que la mujer se había criado en un equívoco "salón de masaje" de Berlin, había posado para fotos inmorales y estaba fichada por la Policía como prostituta. A su vez, Von Fritsch, conocido misógino, fue acusado por un falso testigo de prácticas homosexuales. El golpe fue montado por un bávaro,Heinrich Müller, que después sería jefe de la Gestapo, conocido por el sobrenombre de "Gesta po Müller". Von Fritsch recurrió a un "tribunal de honor", presidido por Goering, y del que también formaba parte el gran almirante Erich Raeder. Fue totalmente absuelto. Pero el general, igual que Blomberg, tuvo que presentar la dimisión, y murió misteriosamente al año siguiente en Polonia, a la cabeza de su antiguo regimiento.

EL "AFRIKA KORPS"DE ERWIN ROMMEL



l Afrika Korps del mariscal de campo Erwin Rommel se había organizado en septiembre de 1939, en previsión de una guerra en Africa. Formado por soldados jóvenes, robustos, decididos y bien adiestrados en el uso de todas las armas, no era, sin embargo, un "corps d'élite" compuesto de voluntarios ni de militares expresamente escogidos. Su reclutamiento se había hecho con el sistema normal, pero prefiriendo los suabos y los hamburgueses.
A fines de julio de 1940, cuando el OKW ofreció al Estado Mayor italiano una ayuda en la guerra de Africa. con dos divisiones para "apoyar el ataque al canal de Suez" (oferta que fue rechazada), el Alto Mando alemán intensificó la preparación precautoria de las unidades del Afrika Korps en los campos arenosos de la Alta Silesia -donde había situaciones semejantes a las del desierto cirenaico en lo que respecta a carros de combate, vehículos y transporte de baterÍas pesadas- y en la escuela de oficiales de Wunsdoif. El Afrika Korps estaba formado por las Divisiones 15ª y 21ª acorazadas, la 5ª División ligera, la 164ª División de infantería, una brigada de paracaidistas y la 19ª División "Flak" con piezas antiaéreas de 88 milímetros. Su transporte por mar empezó desde Italia en febrero de 1941 con la ja División ligera, y luego siguió la 1a acorazada. Ello requirió la formación de numerosos convoyes que fueron escoltados siempre por unidades italianas y que, aunque muy atacados, sobre todo por submarinos, no sufrieron pérdidas dignas de mención. Toda la operación duró casi dos meses, y los ingleses no advirtieron el paso de las fuerzas alemanas por el Mediterráneo. .

LILI MARLEEN

penas conquistada Belgrado, el Alto Mando alemán ordenó reparar las estructuras de la que había sido la radio yugoeslava y reforzar las instalaciones. Rápidamente la estación de Radio Belgrado se hizo una de las más potentes de Europa y fue destinada exclusivamente a transmitir programas en lengua alemana, destinados a los soldados del Tercer Reich por todas partes, desde Africa del norte a Noruega, y desde la Unión Soviética a los Pirineos. En Radio Belgrado una tarde alguien escogió distraídamente un disco que hasta entonces no había llamado la atención de nadie. Era una de tantas canciones inspiradas en la guerra, pero no estaba seleccionada en el grupo de las escogidas por el programa destinado a elevar la moral de los hombres, transmitido todas las noches a la hora de mayor audiencia. Esta canción tenía en efecto poco de heroico y mucho, demasiado, de nostálgico. Estaba titulada Lilí Marleen y contaba la historia de una muchacha esperando bajo un farol ante un cuartel, y de la ilusión de un soldado de poder estar un rato con ella.
La cantaba Lale Andersen, una cantante de voz débil, un poco ronca, más de cabaret que de canción de amor. El éxito de Lilí Marleen fue inmediato. Avalanchas de cartas
inundaron Radio Belgrado y todas las otras estaciones alemanas para que transmitieran otra vez esta canción que había impresionado la fantasía de tantos jóvenes solos y lejos de casa. Pronto el fenómeno llamó la atención del ministerio de Propaganda, y el mismo Goebbels quiso escuchar la canción.
Su sentencia fue negativa: la canción sólo podía influir negativamente sobre la moral de los hombres, y por eso debía ser eliminada del repertorio destinado a las tropas. Pero las protestas fueron tantas que no fue posible prescindir del disco. Radio Belgrado llegó al punto de transmitir Lilí Marleen todas las noches a la misma hora, y Lale Andersen, con voz que parecía venir del más allá, fue la cantante más famosa de Alemania: la chica con la que todas las noches un soldado alemán tenía una cita.
Goebbels llegó a descubrir que Andersen tenía rastros de sangre judía en las venas, y usó este descubrimiento para hacer que sus admiradores le volvieran la espalda,'ella lo pagó demostrando cada vez más abiertamente sentimientos antinazis. Después de todo, el ministro alemán de Cultura había tenido razón en sus sospechas.
Esta es la letra de la famosa canción:
Ante el cuartel, delante del portón
había un farol, y aún se encuentra allí.
Allí volveremos a encontramos, bajo el farol estaremos
como antes, Lilí Marleen. Nuestras dos sombras parecían una sola.
Nos queríamos tanto, que daba esa impresión.
y toda la gente lo verá, cuando estemos bajo el farol como antes, Lilí Marleen.
(Letra de Hans Leip, música de Norbert Schultze.)
Increíblemente, Lilí Marleen triunfó también entre los soldados de los otros ejércitos combatientes. Ingleses,italianos, americanos y hasta rusos tuvieron su versión de la balada, y puede decirse que en la segunda guerra mundial no hubo muchacho de uniforme que no pensara con nostalgia, al menos una vez, en alguna Lití esperándole bajo un farol, delante del cuartel.

EL DUQUE DE ALBA SIEMBRA EL TERROR EN FLANDES



ACIDO EN PIEDRAHITA (ÁVILA) en 1507, Fernando Álvarez de Toledo tuvo tres pilares en su educación. Su abuelo don Fadrique, el único noble que permaneció fiel a Fernando el Católico frente a Felipe el Hermoso; el humanista y escritor Juan Boscán y, por fin, el condottiero húngaro Tomás Nadasti -principal artífice del parón turco ante Viena-, de quien fue su sombra durante varios años y de quien aprendió a estudiar el terreno en el que se desenvolverían las batallas. Su fogosidad y ansias de gloria le habían conducido, cuando contaba 16 años, al cerco de Fuenterrabía, entonces ocupada por los franceses.
Pronto se hicieron notar sus dotes de mando y estratégicas, así como su estricto sentido de la disciplina, el cual le acarreó problemas con algunos nobles que acudían a las campañas con todo su séquito como si fueran de merienda campestre. Esto sucedió en la campaña de Argel, primera en la que tuvo responsabilidades directas, pero el duque lo solucionó despojando de equipaje a todos ellos y metiendo a algunos en prisión. Estt; afán por profesionalizar los mandos tuvo el apoyo del emperador, quien en 1 546 le encomendó el ejército que derrotaría a la Liga alemana del elector Federico de Sajonia en Mühlberg, tras dos campañas con continuas marchas y contramarchas, golpes de mano, emboscadas y ataques nocturnos. Estos últimos recibieron el nombre de «encamisadas», ya que quienes los llevaban a cabo lucían unas largas camisas blancas sobre el uniforme para distinguirse en la oscuridad. Semejante forma de actuar -la tan hispana guerrilla- fue la que desbarató a unas fuerzas muy superiores que nunca supieron en qué lugar toparían con los españoles ni si volverían a ver el sol a la mañana siguiente.
La desaparición de la escena política de Carlos V -reti rada en Yuste- acarreó también un cierto ostracismo del duque de Alba. El nuevo rey, Felipe II, había hecho caso a su padre cuando éste le recomendaba no ponerle «a él ni a otros Grandes muy dentro en la gobernación», de modo que al duque no le quedó más remedio que esperar. Al tiempo, cobraban protagonismo en la corte dos de sus más encarnizados enemigos: el portugués Ruy Gómez de Silva, señor de Éboli, y Gonzalo Pérez. Pero un país en guerra continua como España no podía permitirse el lujo de desperdiciar un talento guerrero como el de don Fernando, así que Felipe II volvió a solicitar sus servicios y le nombró virrey de Nápoles en 1556. En esa ocasión, se trataba de expulsar a los franceses de Italia, que contaban con el apoyo del Papa Paulo IV. No sólo lo consiguió con apenas 17.000 hombres -4.000 de ellos españoles-, sino que además entró en Roma el 9 de septiembre de 1557, donde aún se recordaba el saqueo de 1 529. Tal vez por eso, el duque de Alba impidió a sus tropas desmandarse y acabó postrándose a los pies del pontífice, el cual se vio obligado a plegarse ante las circunstancias.
Este resonante triunfo le condujo al teatro de operaciones que tanto anhelaba: Flandes. Previamente había presionado con éxito a la reina francesa Catalina de Médicis, madre de la esposa de Felipe II, para que reprimiera a los hugonotes, pero, una vez solventada esta labor diplomática, se dispuso a cumplir las palabras del rey quien había asegurado sobre Flandes: «Antes preferiría perder mis Estados y cien vidas que tuviese que reinar sobre herejes». El plan consistía en ejercer primero una acción opresora de la rebelión a la que seguiría una visita del monarca envuelto en una aureola de clemencia. La primera parte se cumplió a rajatabla, pero la segunda jamás llegó a producirse. Así, el duque de Alba adquirió una siniestra fama que aún le acompaña. Al fin y al cabo, instauró el Tribunal de los Tumultos -también conoddo como «de la sangre»- y ajustició a los nobles católicos flamencos Egrnont y de Roro después de haberles apresado en una reunión a la que habían sido invitados.
Hasta 1573 se mantuvo como gobernador de los Países Bajos, momento en que pidió al rey su relevo. El deseo le fue concedido, pero su estrella comenzó a declinar. Su.hijo se había casado en contra de la voluntad del rey y además, se había negado a partidpar en la campaña portuguesa de 1580 que le costaría la vida al joven rey Sebastián en la batalla de Alcázarquivir si no se le daba el mando de las tropas. Un rey tan autoritario como Felipe no podía consentirlo y de nuevo se le condenó al ostracismo, pero ocurrió que la rebelión estalló en Portugal-donde Felipe II aspiraba al trono- y de nuevo, a los 72 años, se le encomendó la tarea de sojuzgarla. El motivo, en palabras del monarca, fue que «si ahí le temen tanto, bueno sería para espantajo, que para esto bueno es,..».
Efectivamente , el rigor con el que se empleó acabó con la resistencia delos otros pretendientes al trono-singularmente el prior de Crato-, y afianzó a la facción prohispánica, con lo que la Monarquía Católica amplió sus dominios. Falledó en la villa de Tomar, junto a lisboa, en 1582, y el propio Felipe II, como reconocimiento a sus valiosos servicios, viajó hasta allí para acompañarle en sus últimos momentos.
Javier Lorenzo

UN ESTANDARTE DECIDE LA VICTORIA DE CORTÉS


Camino de Tlaxcala, después de la "Noche triste", Hernám Cortés se topó con un gran ejército azteca. La ayuda de los indígenas y el arrojo del extremeño, que arrebató el estandarte al caudillo enemigo, decidieron el combate.

ASI LO CERTIFICÓ UN CAPITÁN DE Cuauhtemoc de los que se hallaron en la batalla. Y quiso Dios que llegara Cortés con los capitanes hacia la zona en la que estaba el caudillo de los mexicanos con su bandera tendida, ricas armas de oro y grandes penachos de argentería; y como vio Cortés al que llevaba la bandera, junto a otros muchos mexicanos equipados con grandes penachos de oro, el
extremeño dijo a Pedro de Alvarado, a Gonzalo de Sandoval y a Cristobal de Olí y a los demás capitanes: «Ea, señores, rompamos con ellos».
y encomendándose a Dios, arremetió Cortés y Cristóbal de Olí, y Sandoval y Alonso de Ávila y otros caballeros, y Cortés dio un encuentro con el caballo al caudillo mexicano, que le hizo abatir su bandera, y el resto de nuestros capitanes acabaron de romper el escuadrón, que eran muchos indios; y quien siguió al capitán que traía la bandera, que aún no había caído del encuentro que Cortés le dio, fue Juan de Salamanca, con una buena yegua overa, que le acabó de matar y le quitó el rico penacho que traía, y se le dio a Cortés, diciendo que, ya que él lo encontró primero y le hizo abatir la bandera e hizo perder el brío, le daba el plumaje (...).
Volvamos a nuestra batalla, que Nuestro Señor Dios fue servido que, muerto aquel jefe indígena que traía la bandera mexicana y otros muchos que allí murieron, aflojó su batallaride arte, que se iban retrayendo; y todos los de a caballo siguiéndoles y alcanzándoles. Pues a nosotros no nos dolían las heridas ni teníamos hambre ni sed, sino que parecía que no habíamos sufrido ningún mal trabajo.
Seguimos la victoria matando e hiriendo. Pues nuestros aliados los de Tlaxcala estaban hechos unos leones, y con sus espadas y montantes y otras armas que allí apañaron, hacíanlo muy bien y esforzadamente.
Ya vueltos los de a caballo de seguir la victoria, todos dimos muchas gracias a Dios, que escapamos de tan gran multitud de gente; porque no se había visto ni hallado en todas las Indias, en batalla que se haya dado, tan gran número de guerreros juntos; porque allí estuvieron la flor de México y deTezuco y Saltocan, con la intención de que aquella vez no quedara vivo ninguno de nosotros.
Pues qué andas tan ricas que traían, con tanto oro y penachos y divisas, y todos los más caudillos y personas principales, y allí junto donde fue esta reñida y nombrada y temerosa batalla para en estas partes (...), había cerca un pueblo que se dice Otumba: la cual batalla tienen muy bien pintada, y en retratos entallada los mexicanos y tlaxcaltecas, entre otras muchas batallas que con los mexicanos hubimos hasta que ganamos a Tenochtitlán.
Y tengan atención los curiosos lectores que esto leyeren, que quiero traer aquí a la memoria que cuando entramos al socorro de Pedro de Alvarado en México fuimos sobre más de 1.300 soldados, con los de a caballo, que fueron 97, y 80 ballesteros y otros tanto escopeteros, y más de 2.000 tlaxcaltecas, y metimos mucha artillería; y fue nuestra entrada en México día de señor San Juan de junio de 1520 años, y fue nuestra salida huyendo a 10 del mes de julio del año siguiente, y fue esta nombrada batalla de Otumba a 14 del mes de julio.
Bernal Díaz del Castillo Militar y cronista castellano (1492-1584). Fragmento de «Historia verdadera de la conquista de la Nueva España».

EL UNIVERSO TALLADO EN PIEDRA


LOS CONQUISTADORES ESPAÑOLES no les gustaba el aspecto de aquella gran piedra. Era extraña y los símbolos que la adornaban lo eran mucho más. Podía estar maldita, y por eso decidieron enterrarla y perder su rastro.
De forma circular, con más de 3,6 metros de diámetro y 24 toneladas métricas de peso, el Gran Calendario Azteca permaneció 250 años sepultado bajo tierra hasta que un grupo de albañiles lo encontró, en 1790, con motivo de las obras de construcción de la catedral que hoy ocupa el centro geográfico del antiguo imperio de Tenochtidán.
En esta evidencia palpable de los grandes conocimientos de matemáticas y astronomía cultivados por los aztecas, estaban grabados los días, los meses, los soles y los ciclos cósmicos; todos ellos, a su vez, se encontraban resaltados en tres colores: rojo, amarillo y blanco.
Los astrónomos habían tardado más de 52 años en tallar el calendario. En él se encuentra recogida una particular visión cosmogónica del universo. Así, para los aztecas, la eternidad como tal no existe y el mundo está condenado a crearse y destruirse un total de cinco veces.
Cuando los conquistadores llegaron al Nuevo Mundo, los aztecas creían que estaban en la quinta edad. Antes, la vida había sido creada y destruída cuatro veces por culpa de inundaciones, lluvias volcánicas, desprendimientos del cielo y grandes meteoritos. Por su parte, los seres humanos habían existido desde el principio aunque, para sobrevivir, habían tenido que transformarse en pájaros, perros y monos.

HERNAN CORTES, AUDAZ E IMPERTINENTE


A PALABRA QUE MEJOR RESUME las acciones de Cortés es «audacia»; contiene un rastro de imaginación, de impertinencia y la capacidad de llevar a cabo lo inesperado, cosas que la diferencian del simple valor. (...) No precisa creer en ninguna teoría especial, según la cual los grandes hombres dominan la Historia, para ver que la combinación de inteligencia y prudencia, de valor y de buen juicio político propia de Cortés fue decisiva en los extraordinarios acontecimientos de México entre 1519 y 1521. El ejemplo de Cortés inspiró a muchos. Alonso de Navarrete, que le acompañó en toda la campaña, comentó, en su juicio de residencia, refiriéndose a Otumba: «Si el dicho Don Hernando faltara en aquel rencuentro e batalla no se escapara español alguno... este testigo vido tantas cosas señaladas quel dicho Don Hernando hizo (oo.) que a este testigo le parescia que en mucho papel no podia escrivir fielmente».
En 1524 Cortés envió a Carlos V un cañón de plata. La plata procedía de Michoacán. Lo llamó el Fénix. En él había hecho inscribir estos versos:
Aquesta nació sin par,
Yo en serviros sin segundo,
Vos sin igual en el mundo.
Como se presuraron a señalar los celosos de Sevilla, la ofrenda era extravagante. (...) Esta vez, el regalo llegó a España. Donde pronto lo fundieron para quedarse con la plata. (...) El nombre del cañón no carecía de ironía. Pues Cortés había establecido un impuesto llamado «el fénix» sobre todo el oro y la plata extraídos en México (...). No obstante era un nombre apropiado: hoy, .los tomates y el maíz se cosechan en el valle del Guadiana donde nació Cortés; y una sociedad nueva y con el tiempo extraordinaria, poseedora de su propia magia, se alzó de las cenizas de la vieja Tenochtitlán.
Hugh Thomas Extrocto de «La conquista de México»

DESCUBRE EL PACIFICO Y ES AJUSTICIADO


N 1513, VEINTiÚN AÑOS después de la llegada de Colón a América, los españoles dieron con «la mar oceána» que separaba el Nuevo Mundo de Asia. Lo encontró Vasco Núñez de Balboa en la parte más estrecha del Nuevo Mundo: el istmo de Panamá. Balboa era alcalde y gobernador provisional de Santa María de Darién, la primera ciudad fundada en la América continental (1510). Explorando la región llegó a las tierras de un cacique, en pos de oro. El hijo del cacique le explicó que donde debía buscarlo era «en la otra mar». Era la primera vez que los espanoles disponían de un testimonio confirmando que existía otro oceáno. Con los informes del indígena, Núñez de Balboa organizó una expedición de 190 hombres. Cruzó el Istmo y el 29 de septiembre de 1513 divisó el Pacífico. Tomó posesión de él, en nombre de la reina Juana
de Castilla, probó el agua ante un escribano, comprobó que era salada y bautizó el oceáno como Mar del Sur.
Pero el descubridor cayó en desgracia.. Siete años después fue ajusticiadopos su rival, el goberbador Pedro Arias Dávila, que fundó la ciudad de Panamá.