lunes, julio 02, 2007

ANTES COMO AHORA

spaña, 2007, consultando la historia y estableciendo determinadas similitudes con hechos o situaciones sucedidas hace más de siglo y medio(1830), se puede observar, sin necesidad de ser un erudito ni tan siquiera un aficionado a la historia, que el pueblo español vivía en un letargo de resposabilidad, tal y como está sucediendo en estos momentos,no sé, si es cuestión de que necesariamente los ciclos se tienen que suceder de forma inexorable, o que el pasotísmo era una enfermedad erradicada de las mentes y las conciencias y de nuevo , ha resurgido la pandemia del "todo vale",sin observar, la más mínima preocupación del deterioro que sufre nuestra sociedad como consecuencia de políticas nefastas en casi todos los campos que se analicen.
Tanto antes como ahora, parece ser que nadie se percata de las graves dificultades políticas y económicas por las que atraviesa la nación, los carnavales, siguen recreando en sus representaciones la miseria, de forma jocosa, que nadie tiene en cuenta, tan sólo ,en tiempo de carnaval, en ellos, se lanzan al viento desde el teatro Falla, la subida de las hipotecas, los pactos con los terroristas, el funcionamiento de la justicia que ya no hace ni agua, sino que se duda en muchos casos de su eficacia. Risas, carcajadas, tipos, y mañana embargos, empresas que se cierran, maleficio en la bahía que nadie es capaz de explicar , pero que tan sólo lo entienden los que de alguna forma u otra tienen que dejar sus hogares para buscarse el pan fuera de la plaza del Mentidero.
En 1810, se despierta un fervor inusitado por lo lúdico y las corridas de toros, hasta el punto que Fernando VII, crea una escuela de tauromaquia, para potenciar más aún si cabe, la fiesta nacional, mitigadora de las penas y miserias de aquella época, parece que se hubiese asimilado aquello de que, para mantener tranquilo al pueblo, había que darle pan y circo (en este caso toros).
Seguimos igual, con una falta de identidad inusitada, los estatutos de las diferentes autonomías, como lobos en manadas, dan certeras dentelladas, sobre el texto sagrado de la Carta Magna, en la que todos manteníamos las esperanzas y la tranquilidad de que hasta ahí llegarían los desmanes, pero los mismos lo han superado con creces y ahora, sólo nos queda el espectáculo.
Antes, las autoridades se esforzaron en introducir en la sociedad, nuevos juegos, el billar, el frontón, donde primaba la ganancia sobre el juego, ahora, se introducen los deportes de alto riesgo, como si no fuese un riesgo exacerbado, el analizar diariamente el rumbo de nuestro país y más aún cuando se juega a la ruleta, el capital destinado a las pensiones.
Antes como ahora, los soldados morían en las diferentes campañas, en todos los tiempos, se han rendido honores a las víctimas de los combates, pero no recuerdo, si para evitar dejar en entredicho al gobierno, se sustituyó una condecoración por otra, apesar y en contra de todos los testimonios que acreditan que los hechos de produjeron en zona de guerra.
En fin, sea como sea, tan sólo nos queda la esperanza, de que sea un ciclo pasajero y la pesadilla de un mal sueño.
NELSON