domingo, abril 20, 2008

LA MISTERIOSA FIEBRE AMARILLA

n 1800, unos años antes de la batalla de Trafalgar, un barco procedente de Cuba introdujo la fiebre amarilla en Cádiz. En Sevilla murieron ocho mil personas, en una epidemia que se mantuvo activa varios años. La península Ibérica fue el principal reducto europeo de esta enfermedad.
La fiebre amarilla o «vómito negro>, como se a conoce por a tez amarillenta y los vómitos de sangre negruzca que sufren los afectados, fue durante siglos una de las epidemias mas devastadoras. Enfermedad terrible, desconocida y misteriosa que diezmaba las ciudades y frenaba el desarrollo económico de regiones enteras. No se conocía la causa que la provocaba, lo que sembraba el pánico entre la población. En 1881 el médico cubano juan Carlos Finlay avanzó la hipótesis de que la enfermedad era transmitida por la picadura de mosquitos, teoría que quedó finalmente verificada en 1901 gracias a los esfuerzos de bacteriólogos como Walter Reed.
La fiebre amarilla se manifiesta tras un período de incubación de unos seis días con cefalea, dolores en la espalda, fiebre y náuseas. A los tres o cuatro días aparecen la ictericia, coloración amarilla de la piel y de los ojos, hemorragias, vómitos de sangre, y otros síntomas similares.La muerte se produce entre el cuarto y el octavo día. Los ingleses a llamaron Yellow Jack, nombre que procedía de la bandera amarilla que izaban en los barcos, hospitales y lazaretos sometidos a cuarentena por la enfermedad.
Originaria de África, la fiebre llegó a América en los barcos negreros que tras a conquista, comenzaron a trasladar mano de obra esclava a las plantaciones del Nuevo Mundo. En el continente americano halló el ambiente adecuado para su desarrollo en las selvas de la zona del Caribe, donde el mosquito se aclimató perfectamente. Con ese foco como origen, las epidemias causaron estragos durante varios siglos. En 1648 atacó a Guatemala y Yucatán, en 1649 se extendió con gran virulencia en Cuba y desde allí pasó a Norteamerica. En América Central y del Sur se difundió en oleadas: México en 1699 y 1725, Venezuela en 1793, Colombia en 1830, Brasil en 1850 y Honduras en 1860. De allí pasó a Europa por la península Iberica, primero por Lisboa en 1723 y después por Cartagena hacía1730.