sábado, junio 14, 2008

TIEMPO PERDIDO

staba en el mesón la andaluza de San Fernando, en la puerta de dicho establecimiento a la espera de que comenzase el segundo tiempo del partido Rusia-Grecia, y observé como en uno de los balcones adyacentes, se asomaba con cierta frecuencia, un señor ataviado con un mandil mirando desesperadamente hacia la calle, esperando encontrar algo o alguien, que le ayudase seguramente en algun problema culinario que se le había suscitado.
Continuando con mis pesquisas, me percaté de que un chico joven salia del portal de esa vivienda a troda prisa y se dirigía hacia el mesón, comentándole al oido de una señora que absorbia caracoles de forma denodada la consigna del marmitón, inmediatamente y con voz enérgica, contestó" dile a tu padre que ya voy".
Esta escena, me llevó a la reflexión de los cambios que se están produciendo en nuestra sociedad, pues no hace mucho, estas cosas ocurrian en sentido inverso, es decir, los caracoles los engullía el macho y la hembra a preparar las viandas como es de obligación.
En absoluto quiero establecer a quien le corresponde el turno de ingerir los moluscos gasterópodos, sólo pienso que esto es producto de ciclos, antes era el hombre y ahora la mujer, lo peligroso de este tema es que sea cíclico y las recaídas son peores como decía los de antaño.
En definitiva, mi reflexión final, es que creo que se ha perdido mucho tiempo por ambos sexos, podrían tomar los caracoles juntos y atrender la cocina de forma simultánea,en fin, si se pudiera retroceder en la vida de cada cual, posiblemente , nos daríamos cuenta del tiempo perdido, de los momentos inolvidables que se nos fueron por entre los dedos y sobre todo, de disfrutar de esos anormas y sabores a tomillo e hinojos que la primavera nos deleita cuando está en su máximo esplendor.
Nelson

ILUSTRES SOLDADOS...DE ARMAS Y LETRAS

EDRO CALDERÓN DE LA BARCA.Nació en Madrid el 17 de enero de 1601 en el seno de una familia hidalga. Su padre, ministro de Hacienda de Felipe II y Felipe III, le puso a estudiar a los nueve años en el Colegio Imperial de los Jesuitas en Madrid. En 1614 se matriculó en la Universidad de Alcalá y al año siguiente en Salamanca, donde estudio hasta 1620. Fue soldado en la juventud y sacerdote en la vejez, bastante habitual en su tiempo. En 1625 se alistó bajo las banderas del duque de Alba, y estuvo en Flandes e Italia. También combatió en España destacando como soldado en el sitio de Fuenterrabía (1638) contra los franceses, y en la Guerra de Cataluña (1640) tras la sublevación del territorio contra Felipe IV y el Conde Duque de Olivares. Contrasta lo impulsivo y mundano de su juventud con lo reflexivo de su madurez. En 1642 pide su retiro como militar y su vida literaria, que siempre había cultivado, entra en un periodo de fructífera tranquilidad abandonando sus obras más ligeras para “corrales de comedias” por los dramas que le han hecho inmortal y sus grandes autos sacramentales que iban a proliferar de manera determinante en su obra cuando ya en 1651 recibe las órdenes sacerdotales y se traslada a Toledo como capellán de los Reyes Nuevos. Volvió a Madrid, en 1663, por orden de Felipe IV, que le nombró capellán de honor, muriendo en esa ciudad el 25 de mayo de 1681.