miércoles, octubre 14, 2009

BOMBARDEOS DE ARGEL

a piratería berberisca, sobre todo la argelina, constituyó una auténtica pesadilla para la navegación y para las poblaciones del litoral mediterráneo español hasta que bien entrado el siglo X V I I I después de históricos intentos fallidos, pudo acabarse de una vez por todas con la cruel actividad de piratas y corsarios. Entre los días 1 y 10 de agosto de 1783 una poderosa escuadra al mando del nunca bien ponderado teniente general de la Armada don Antonio Barceló bombardeó el principal nido de piratas, la plaza de Argel, quedando destruida buena parte de ella. Los argelinos, aunque debilitados, no cejaron en su hostigamiento al tráfico marítimo, por lo que nuestro ilustrado rey Carlos III encomendó nuevamente a Barceló el mando de una escuadra para que castigara a los contumaces argelinos. Así, el 12 de julio de 1784 comenzó un nuevo bombardeo de Argel, que finalizó el día 21, después de haber disparado más de veinte mil proyectiles sobre la plaza y sus fortificaciones, que quedaron muy dañadas. El bey de Argel pidió
el armisticio, firmándose la paz dos años después y quedando erradicado definitivamente un secular peligro que se cernía sobre nuestras costas levantinas. Está claro que los problemas graves no se solucionan con paños calientes.
J. R. D. del C.