domingo, noviembre 04, 2007

REZAR......VOLUPTUOSAMENTE

quellos placeres a los que ambos nos dedicábamos totalmente cuando éramos amantes fueron tan dulces para mí que no puedo deplorarlos y ni tan siquiera mínimamente se desvanecen de mi memoria (...). Por último, durante la solemnidad de la misa, cuando las oraciones deben ser más puras, las imágenes obscenas de aquellos deleites toman posesión de mi desgraciadísima alma hasta el punto de que pienso más en los placeres de los sentidos que en la oración. Suspiro por lo que no he podido llegar a hacer, en lugar de dolerme por lo que he cometido”.(De la correspondencia de Abelardo y Eloisa, carta IV)