
Esa "cosa", que usted no le tiene el menor de los respetos, fué lo suficientemente importante para muchos españoles que dejaron todo en el camino de la Historia entregando hasta lo más preciado, la vida.
Me pregunto, que pensarían aquellos hombres lejos de su país en la isla de Luzón, en Baler, que no la arriaron tras siete meses de asedio, o aquél valeroso granadero Martín Ávarez a bordo del navío "San Nicolás de Bari", que fué abordado por el comodoro Nelson resistiendo en toldilla para evitar que el Sargento Mayor Willians Norri, la arriara del mástil, la bandera ,que entonces nos infundía el mayor de los respetos, propinándole un sablazo que lo atraviesa de pecho a espalda clavándolo en la madera del mamparo, o la alcaldesa de Lizartza, que a pesar de estar en un medio totalmente hostil, sufriendo amenazas de muerte a diario, mantiene en el lugar que la Constitución la asigna explicitamente.
Evidentemente, son historietas, cosas del pasado y del presente,que la modernidad, y el "avance", son incompatibles con estos hechos trasnochados, el progresísmo va mucho más allá. Piense que al menos a una pequeña parte de los que aún no nos avergonzamos de llamarnos españoles,se sieten humillados por defender lo que la Carta Magna nos obliga, no se envuelva en la bandera de la ironía, del desprecio, del"todo vale", por mantener una poltrona ganando votos a cualquier precio, incluso arrastrando y quemando lo que más amamos.
Nelson