
“Escuchadme, respetable Émilie:
Sois bella; entonces la mitad
Del género humano será vuestro enemigo;
Poseéis un genio sublime:
Se os temerá; vuestra amistad
Sois confiada, y seréis traicionada.
Vuestra virtud, en su trayectoria sólida,
Simple y sin pretensiones, nunca sacrificada.
A nuestros devotos: temed la calumnia...”
Pero tampoco Voltaire conseguiría librarse de modelos preconcebidos, a juzgar por su comentario, cuando años más tarde, al recordar a quien había sido su íntima amiga y colaboradora, quiso destacar su labor:“Ella fue un gran hombre cuya única falta fue ser mujer. Una mujer que tradujo y comentó a Newton..., en una palabra, un hombre excelente”.