sábado, enero 13, 2007

CARAVANA DE MUJERES

OS HOMBRES DE Rómulo ya tenían su ciudad, asentada sobre una de las siete colinas delimitadas por el fundador (el Palatino), en un lugar resguardado tanto por el mar(y por consiguiente de los piratas) como de los mosquitos.
Tenían sus instituciones, sus armas, su orden social. Pero faltaba un detalle importante: no tenían mujeres. Sin ellas no habrían hijos y sin hijos no había relevo demográfico, ni era posible poblar las otras seis colinas, por eso, por necesidad, aquel grupo de solteros, fogosos y aguerridos, se lanzó a buscar la materia prima para su descendencia. Según la leyenda, los romanos organizaron una fiesta (que incluía unos juegos) e invitaron a ella al vecino rey de Sabina, llamado Tito Tacio y, sobre todo, a sus hijas. Sin embargo, a la celebración acudió también un elevado número de jóvenes sabinos en edad de merecer por lo que los romanos optaron por el viejo procedimiento de raptarlas. Este hecho implicaba el matrimonio en muchas de aquellas civilizaciones. Pero a los padres de las muchachas no les hizo mucha gracia y el rapto culminó con un conflicto bélico entre las dos ciudades.
No obstante, aunque el motivo fuera muy similar, el rapto de las sabinas no dio origen a una guerra como la de Troya. Al final, las propias mujeres intercedieron entre sabinos y romanos. Como señala Indro Montanelli, «las chicas hora de dejarlos porque con aquellos maridos, aunque expeditivos y muy largos de mano, lo habían pasado muy bien. Más valía regularizar los matrimonios, en vez de seguir degollándolos». Al cabo se llegó a una solución pacífica, se fusionaron ¡as sociedades sabina y romana y hasta los soberanos, Rómulo y Tacio, gobernaron juntos con el titulo de rey. Es decir, que el rapto de las sabinas no resultó ser, en el fondo, tan mala idea. Es probable también, como en el caso de los orígenes de la ciudad, que este episodio no haya sido sino una deformación histórica derivada del orgullo romano. Los dos pueblos pudieron haberse mezclado normalmente, no siendo el rapto sino la normal ceremonia de matrimonio, como entonces se celebraban éstos: con el rapto de la novia, aunque consentido por el padre.

UNA ESTRATEGIA DE ATAQUE QUE AGOTABA AL ADVERSARIO

EGÚN REI.ATA Polibio, la batalla era iniciada por los velites, soldados de infantería ligera cuya misión era cubrir el avance de la infantería pesada. Esta se hallaba formada en tres lineas. La primera recibía el nombre de hastati, ya que iba armada con la lanza denominada hasta; la segunda era conocida como príncipes porque inicialmente habian sido los primeros en combatir, y la tercera triarii. Las dos primeras lineas iban armadas con una espada y uno o dos pilum lanza corta que podia desclavarse con facilidad permitiendo su reutilización.
Los triaril llevaban espada y una lanza, pero no pilum. Una vez entablada la lucha, tanto los hastati como los principes habían sido entrenados para retirarse tras combatir durante un tiempo siendo relevados por los triarii .
Esta forma de combatir tenía consecuencias directas sobre la capacidad militar del enemigo. Si, por ejemplo, se trataba de galos, cuyo ataque solía ser una especie de alud ofensivo, su contención se operaba en la segunda línea. Si el adversario iba formado como una falange, su avance era imposible sin que se produjera una dislocación de la línea, lo que era aprovechado por los legionarios romanos para atacar con la espada. En cualquiera de los casos, este recambio continuado de las líneas romanas servia para agotar a los adversarios que no contaban con una estructura similar.
Cuando se llegaba a ese punto del combate, había una carga de los hastatii que lanzaban una o dos nubes de pilum para quebrar la resistencia de un enemigo ya muy cansado. En la lucha a espada que venía después, las lineas de la legión seguían turnándose desgastando a un adversario que no pocas veces se hallaría a punto de caer exhausto.