

El 20 de mayo comenzó la ofensiva final. Los anglo-lusitanos, en total 76.117 hombres, de ellos 28.462 portugueses, avanzaron por ambos lados del Duero, pasaron al curso alto del Ebro y se enfrentaron a los Ejércitos napoleónicos (47.000 infantes y 10.000 jinetes) en Vitoria, mientras las guerrillas de la Cordillera Cantábrica y de Navarra fijaban las reservas enemigas.Después, los aliados avanzarían sobre la frontera francesa, a la que confluyeron los Ejércitos españoles no empeñados contra las guarniciones dejadas atrás por los imperiales.
Pero hasta el 7 de octubre, después de asaltar San Sebastián (seguido de otro saqueo) y de las derrotas francesas de Sorauren y San Marcial, no se cruzó la frontera. Los anglo-lusitanos vadearon el Bidasoa, mientras los franceses se retiraban sucesivamente a las líneas del Nivelle (noviembre) y del Nive (diciembre), mientras Wellington prescindía progresivamente de las tropas españolas. El 19 de abril, frente a Toulouse, después de reñir la última de sus batallas con participación española, Wellington firmó con Soult el armisticio que ponía fin a la guerra.