Me comentó, sobre las promesas de recuperación y restauración de dicha casa, que incluso se había librado los presupuestos para adecentar este monumento que supuso en su momento, testimonio de la grandeza de España allende de los mares y alojamiento de reyes como en el caso de Felipe V, todo se quedó en un canto de sirenas como las que figuran en el escudo heráldico del fundador.
A Pepe, se le iluminaba el rostro con sus comentarios históricos, daba la sensación de que se había cruzado con el primer Borbón en esas escaleras majestuosas que conducen al edificio.Con toda generosidad y ante el interés que me suscitaba dicho edificio como tantos otros en esta ciudad, no tardó un segundo a raíz de mis preguntas, en informarme del estado actual de "su" palacete y de tantos otros que se encuentran en la actualidad sustentados por esas barras metálicas amarillas a modo de apuntalamiento.
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