viernes, mayo 11, 2007

FELICIDAD, QUÉ CARA ERES!

arece cómo si el conseguir la felicidad fuese una meta, que, una vez conseguida, ya, pertenece al patrimonio personal de cada individuo, sin pensar lo frágil que es ese estado y la línea tan delgada que separa los estadíos entre el gozo y la pena.
La felicidad no es una estación donde se llega, es una manera de viajar, dependiendo de las comodidades de dicha travesía y la ilusión por realizarlo, y si el medio que utilizaremos es el más adecuado con respecto a nuestros deseos.
Creo que la felicidad, no depende en gran medida de los golpes de suerte, porque los mismos suceden de tarde en tarde, sino con la forja del cimiento que nos proporciona las pequeñas cosas del día a día, posiblemente sea una suma y resta de acontecimientos en donde al final nuestro ánimo trazará una línea al final de las operaciones que nos proporcionar un estado de felicidad.
Los transbordos, de las estaciones de la felicidad, podrían estar dentro de un itinerario, donde se sintiera siempre la necesidad de amar, algo que esperar, y la ilusión de verlas realizadas.
Los momentos que nos aporta el presente, son efímeros, el esperar y el amar al ser eternos, divisamos las vías que nos conducirán hacia el estado que todos ansiamos, ni tan siquiera, creo que la felicidad sea hacer siempre lo que uno desea, sino estar siempre seguro de lo que se hace , esto nos proporciona un estado de sensaciones, aportan paz y sosiego.
Los apeaderos incómodos, los tabúes, las normas, las costumbres, son los peores enemigos de la felicidad, deberíamos coger el tren subterráneo que nos llevasen a las profundidades de uno mismo que nos proporcionase ver nuestra alma.
Pienso que si estamos predispuestos siempre a ser feliz, algún día lo seremos, por muy largo que sea el viaje, al final pondremos nuestro equipaje en el andén que nos proporciona la sonrisa de la finalización de un viaje placentero, pero sino es así, creo que los recuerdos, nos pondrán proporcionar una felicidad añorada.


NELSON