martes, diciembre 19, 2006

ENMA A HORACIO

ntes de llegar a tí, pasé por otros brazos y dormí junto a otro cuerpo, pero tú, mi querido Horacio, eres mi último barco por elección propia porque junto a tí quiero conocer los mares, por tus ojos quiero ver otros mundos, que tus brazos me mezan como el mar tiernamente mece el bajel mas liviano.
He sido amada por otros hombres pero me he sentido olvidada, he sentido la soledad a pesar de estar en compañía que es la peor forma de soledad...y junto a tí mi último puerto he decidido amarrar mi barco porque contigo he sentido el amor verdadero , la pasión extrema en un tiempo de sorpresas .He establecido mi puerto fijo.
!!!Te echo tanto de menos en tus ausencias!!!! sueño de noche pasarla contigo, imagino el día de vivir a tu lado y cada día se me hace más dificil compartirte con tus otras ocupaciones.
Inglaterra... tu deber sagrado.. bendecido por las manos divinas, y por las leyes de los hombres, te arrebata cada noche de mi lecho y de mi vida...y yo enamorada, aguanto los embates de ser tu segundo amor y te sigo esperando.....mientras pueda.
Mi corazón estara siempre contigo aunque nuestros cuerpos no puedan mostrarse ni unirse bajo el sol.
Gracias Almirante por enseñarme el amor sin estrategias.
Tu Enma.

LAS CUENTAS DEL GRAN CAPITÁN

e cuenta que el Rey Católico y, según otros historiadores, el fisco de Nápoles, insistieron que a Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido como el Gran Capitán, se le tomase cuenta de los gastos de la guerra, y que él presentó las partidas de descargo ante el rey, que decían lo siguiente:
"200.736 ducados y 9 reales, en frailes, monjas y pobres para que rogasen a Dios por la prosperidad de las armas españolas."
"1oo millones en picos, palas y azadones."
"1oo.ooo ducados en pólvora y balas.io.ooo ducados en guantes perfumados, para preservar a las tropas del mal olor de ios cadáveres de os enemigos tendidos en el campo de batalla."
"170.000 ducados en poner y renovar campanas, destruidas con el uso continuo de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo."
"5o.ooo ducados en aguardiente para las tropas, un día de combate."
"Millón y medio de ídem para mantener prisioneros y heridos."
"Un millón de misas de gracia y Te Deum al Todopoderoso."
"Tres millones de sufragios por los muertos."
"700.492 ducados en espías.2
Y 1oo millones por mi paciencia en escuchar que el rey pedía cuentas al que le ha regalado un reino."
Según parece, todo ello no es más que una leyenda, pues el lenguaje de estas partidas no es del siglo de los Reyes Católicos, y en ella se encuentran voces que sólo se admiten en el lenguaje de Castilla un siglo después, cuando menos.
La frase ha quedado como proverbial para dar a entender lo exorbitante de las partidas de unas cuentas formadas arbitrariamente y sin dar la correspondiente justificación.
Fuente:Frases que han hecho historia.Carlos Fisas.