jueves, febrero 01, 2007

EL GENERAL VARELA

ucha tinta se ha derramado en torno a la figura del general Varela, normalmente y en casi todas las ocasiones para involucrarlo como golpista en la última guerra civil. Es indudable, que participó de lleno en dicha contienda, aunque a veces el término golpista tendría que estar sujeto a un análisis profundo de la España de la època y las causas que provocaron tan lamentable suceso. Los desastres, sean del tipo que sean, van precedido de unas causas, y en este caso que nos ocupa,de unos acontecimientos, que hacían la atmósfera irrespirable desde mucho antes de la guerra civil, como sucedió en el año 1934.
Pero la intención de este artículo no es juzgar la actitud o la necesidad de su participación en la guerra fratricida, sino valorar al general Varela desde un punto de vista biográfico, poner de manifiesto la valía del militar más laureado de todos los tiempos, con una hoja de servicios repleta de éxitos dificilmente igualable y sin parangón en la historia de los ejércitos de España, y dicho sea de paso, al estallar la guerra civil, ya había obtenido todos los reconocimientos como estratega, héroe y militar de una valía demostrada en los campos de batalla.
El general Varela, nace en San Fernando (Cádiz), el 17 de abril de 1891, ingresando como corneta en el 1º Regimiento de Infantería de Marina de esa misma ciudad, llegando al empleo de Sargento en dicho Cuerpo, marchando posteriormente a la Academia de Toledo a los 21 años de edad para ingresar como cadete de Infantería.
Al obtener el despacho de Segundo Teniente, se incorpora al Regimiento de Ceriñola en Marruecos, y poco después, al Grupo de Fuerzas Regulares, donde prácticamente desarrollaría toda su carrera militar, y su nombre empezaba a sonar como un militar de prestigio, sacrificado y de indudable abnegación.
Los combates acontecidos en Ain-Guenen, Melusa,Saaza,Gorra,Mensora,Rauda, Ain Tisi,Axib el Abbas, Fondak de Ain Yedida, Excaria y Dar Hamud, jalonaron su hoja de servicios, recibiendo su primera herida de guerra en 1919, producida en Kudia Majzen al intentar rescatar a un cabo que había caído prisionero, llegando al combate cuerpo a cuerpo.
Tanto en este hecho anterior, como en el combate de Rumán, dejó de manifiesto su sentido del compañerísmo al rescatar a numerosos soldados y los cuerpos de 16 combatienes, por estos méritos contraídos, se le concede el 21 de julio de 1922, la más alta recompensa militar, la Cruz Laureada de San Fernando, condecoración que se otorgaba en casi todos los casos a título póstumo.
El 21 de julio de 1922, se le concede otra Cruz Laureada de San Ferrnando, por su heroísmo acreditado en la Acción de Addama, ocurrida el 22 de julio de 1922.
Posteriormente, se le concedió la Medalla al Mérito Militar Individual, por su heróica acción en el monte Ifermín, al destruir con trilita un cañón del enemigo el 24 de marzo de 1925. El 10 de septiembre de ese mismo año, participó con su jarka en el desembarco de Alhucemas.
Por méritos de guerra fue ascendido desde el empleo de capitán a coronel, siendo destinado con este último empleo al Regimiento de Infantería de Cádiz.
Considerado desafecto al régimen republicano, el Gobernador civil de Cádiz ordena su detención el 17 de julio de 1936, siendo trasladado a la prisión del Castillo de Santa Catalina de esa ciudad, siendo liberado al día siguiente por la tropas que se alzaron en la sublevación militar.
El hecho más notable durante la mencionada contienda, fue la liberaciuón del Alcázar de Toledo, aunque tambien fue notoria su participación en diferentes frentes y acciones bélicas.
Sin duda, fué un militar digno de ser estudiado y sobre todo, ensalzado, lejos de sentimientos rancios que quedan lejos ya en el tiempo y sí como un personaje que llevó hasta extremos inimaginables, las virtudes castrenses, que bien pudiera servir de ejemplo a futuras generaciones de aquellos que tomen el camino de las armas.
Por último, pediría o exigiría, un respeto a su memoria, porque aunque su cuerpo reposa en el cementerio de San Fernando en un mausoleo en dónde descansan sus restos, es indignante que dicho habitáculo, esté sirviendo en la actualidad como cuarto de limpieza del Campo Santo.
NELSON