viernes, abril 17, 2009

EL CAMINO PORTUGUÉS.PONTEVEDRA-CALDAS DE REIS

bandonamos Pontevedra por la Rua Santiña, este tramo aún en la ciudad, esta jalonado por luces de color azúl insertadas en los granitos de todo el recorrido urbano que indica la salida de los peregrinos hacía el final de la presente etapa.
Nada más salir, nos acompaña durante buen trecho la vía ferrea, tomando un camino asfaltado hasta cerca de Fontecabras, mantial que está colocando en el marcado un agua con una características excepcionales y poco comercializada aún, pero que está recibiendo todas las bendiciones de los expertos.
Continuamos entre pinos y eucaliptus,desgraciadamente, éste, se está convirtiendo en el árbol protagonista de grandes plantaciones a lo largo de Galicia destruyendo a la flora autóctona , pero que imagino, proporcionará los réditos suficientes para tal engendro.
Después de un suave ascenso, aparece ante nosotros, la iglesia de Santa María de Alba, para mi gusto uno de los lugares que merece la pena disfrutar, por su entorno bellísimo y porque está ubicado su iglesia y su cementerio adosado a la misma, en un entorno digno de ser contemplado sin prisas.Exíste una escultura a la que no puedo dar datos, por falta de información de un señor obeso sentado sobre un banco de granito que observa hipertérrito a los caminantes que por estos lares circulan, así como otro homenaje al peregrino en el que se ha colocado una calabaza gigante y un bordón, símbolos del peregrino hacia Santiago.
De Santa María de Alba el Camino sale hacia Goxilde, lugar de la ya citada parada de Gelmírez,en su peregrinaje desde Braga a Santiago, eclesiástico, nombrado obispo en 1100 su contacto estrecho y constante con Roma y con el rey Alfonso VII, le ayudó a conseguir que la diócesis alcanzara el rango arzobispal en 1120.Como representante del rey, defendió las costas gallegas de los ataques de normandos. Es indudable que gran importancia de lo que hoy significa el Camino de Compostela, se le deba desde tiempos pretéritos a esta figura tan destacada en los ambitos religiosos y de la realeza.
Sobrepasada la ermita de de San Caetano, nos adentramos en los bosques de Reirís y Lombo da Maceira.
Entre San Mauro y Barro, los únicos indicios que certifican al peregrino la autenticidad del primitivo trayecto son los cruceiros de Amonisa, Valbón - con Santiago peregrino en la base -y Soutelo,a partir de este punto se marcha en continuo zig zag debido a las numerosas invasiones que el trazado ha sufrido por parte de las fincas privadas. Entre prados y viñedos se arriba al caserío de Tibo donde hay una gran fuente y un precioso cruceiro, muy cerca Caldas de Reis desde San Mauro se continúa por San Mamede da Portela y Ponte Valbón.
Antes de entrar en el casco urbano de Caldas,efectuamos la parada de rigor en un bar a la entrada, en el que, y como casi siempre ocurre, el Camino, te obsequia con las anécdotas de rigor. Vestido a modo de pescador de rivera, se aproximó un personaje singular con los atuendos preceptivos del pescador que dominaba rios y montañas, pero lo insólito del caso es que era de Vélez Málaga, con un acento andaluz gallegaizado, con el que tomé unas cervezas, dió todo tipo de explicaciones de su permanencia en estas tierrras, la cosa quedó clara, cuando me explico, que de cintura para arriba era andaluz y de ahi para abajo gallego, sin necesidad de más comentarios, pasamos al capítulo de las labores que ejercía tanto en su casa como amo de casa, así como en las que ejercia como vinatero y ganadero experto.
Ni que decir tiene que de allí, me marché casi diplomado en la produción y elaboración del vino de forma artesanal para el consumo familiar.Me documentó desde la vendimia en cestos de madera de sauce blanco, hasta su forma de exprimirlo de la forma más rústica la preciada savia, que luego metía en grandes toneles de madera de roble o castaño en su mayoría, donde lo dejaba fermentar.Por último,el fuego hacía su labor con su alambique y, durante noches y noches se elaboraba así el precioso líquido blanco o tinto.
Al despedirnos,dejo en el bar mencionado, dejó clima de hombre seguro y conocedor de todas las áreas domésticas incluída la gastromonía, envidiado por todas las damas allí presentes y supuestamente cotizado por todas las féminas de esos pagos.
Ya en Caldas de Reis, ofrece a los visitantes en general un gran patrimonio artítico y cultural de gran dimensión, tal es el caso de los templos de Santa María de Caldas de Reis(románica del siglo XII ), Santa María de Bemil(románico tardío de finales del siglo XII o comienzos del XIII), San Andrés de César( románica del siglo XII reformada en el siglo XVIII) y San Esteban de Saiar(románico),otra singularidad que ofrece la ciudad, es la existencia de "aguas termales", de las que ya los romanos reconocieron su importancia terapeútica.
Posee un puente romano en el casco antiguo de la ciudad sobre el río Bermaña de tres arcos de medio punto, pretil de piedra y entrantes para los viandantes con restos del pavimento antiguo.
Si pueden, acerquénse, sea como preregrino o no, pero realmetne merece la pena disfrutar del patrimionio cultural, artítico y gastronómico que nos ofrece.
Nelson