sábado, enero 02, 2010

CALIGRAFÍA

Muchas personas se sonrien cuando comento que disfruto con la caligrafía, pero la sonrisa pasa a ser carcajada, si encima apostillo que la que me seduce en la gótica.Increíble en estos tiempos con los procesadores de textos en donde es más facil tener un teclado que una pluma, pero quizás en lo extravagante reside el gusto y la diferencia.
El calígrafo, se une a la pluma en un sólo cuerpo, la tinta que enama de su plumilla, es la materia prima con la que le dá forma su mano, mediante trazos estéticos que al final conformarán una idea, un pensamiento, una forma de plasmar sobre la trama del papel, cada gesto desahogado de una tristeza, tristezas que volverán en la línea siguiente, pero con otra luz y una nueva intensidad.
La belleza de las palabras con sus siluetas ansiosas de que se les dé forma, como el alfarero que manosenado el barro, nace de entre sus manos una vasija única, así se rubrica una tras otra,un espacio de trazos gruesos y finos que nos remonta al siglo XIII, cuando se comenzó a transmitir a través de los escribas sobre pergamino, el sentir de la historia, de los sucesos que en muchos casos aun quedan por descubrir.
En cualquier lugar, sobre cualquier papel, casi de forma instintiva, la tinta es fiel testigo de aquello que el caligrafo siente en cada momento, nada está previsto, simplemente deja su mano libre sintiendo que le lleva a expresar lo que en ese momento le atenaza, ama, desea o simplemente necesita dar salida a sus propias inquietudes.