lunes, abril 30, 2007

LOS PIES DE BARRO DE LA JUSTICIA

evilla, 1589 — El consejero real Beltrán de Guevara realiza para el Consejo de Castilla un informe secreto sobre la corrupción de los tribunales de justicia en el reino. En todos ellos, y especialmente en el de Sevilla, comprueba que el juego, las mujeres y la vida ostentosa de los miembros de los tribunales les exigían un alto nivel de ingresos, lo que los volvió proclives al soborno y las recomendaciones.
La justicia era una de las principales actividades que hacían al súbdito entrar en contacto con la administración real o señorial. Desde la época de los Reyes Católicos estaba organizada en una serie de chancillerías o audiencias, encargadas de administrar justicia civil y criminal en su más alta instancia.
Las jurisdicciones inferiores eran encomendadas en Castilla a corregidores y alcaldes de corte: en la Corona de Aragón a vegueres, bailes, justicias o «juicios de prohombres», con denominaciones diversas. En estos territorios levantinos muchos de los cargos inferiores, que se ocupaban de la mayor parte de los pleitos y delitos, eran nombrados tras una elección previa por el virrey entre los hombres de la localidad. Ya se tratara de funcionarios o de jueces locales, el primer obstáculo con el que se encontraban para desarrollar eficazmente su tarea era la ausencia de fuerza de policía.
En Castilla la Santa Hermandad, en Cataluña el somatén y en otros lugares las uniones intentaban paliar esta insuficiencia, pero eran instrumentos con escasos miembros y dependientes de la voluntad de aquellos que los integraban. Los tribunales tan sólo contaban en rigor con sus ayudantes (mensajeros, sayones,porteros. etc).
Esto no hacía a la justicia más ineficaz aunque sí mucho menos capacitada para imponer la autoridad del rey, y más vinculada a la interpretación que los súbditos hicieran de las leyes o el delito.
Otro grave problema eran las dotaciones económicas con que compensaba a los miembros de los tribunales.
Siempre andando escasos en sus ingresos, y con numerosas oportunidades de obtener beneficios en el ejercicio de sus cargos, tenían a menudo asignada una parte de multa y condenas, así como el cobro de averías en pleitos civiles.A su alrededor se movía también una nube de leguleyos, procuradores,notarios. etc, que sangraban todo lo que podían a quien caía en sus manos, como relatan las novelas picarescas y todas las descripciones del mundo judicial.