

En 1885 Isaac Peral había presentado en el Ministerio de Marina una memoria desarrollando su proyecto de submarino, que fue aprobada y dos años más tarde la Gaceta de Madrid publicó un Real Decreto que establecía la construcción en el Arsenal de La Carraca, con carácter de urgencia, del buque submarino proyectado. Se había dado el primer paso, y a su regreso a Madrid, Isaac Peral fue recibido apoteósicamente en la estación de ferrocarril de la ciudad de San Fernando.