
A raíz de esta situación, son los genoveses, lo que les dá un impulso al comercio, familias como los Frachi, los Doria, los Sopranis y los Negrón, se vinculan para siempre a Cádiz.
Los italianos, contagiaron a Cádiz el culto por la bellas artes, los franceses, en el siglo XVIII,impreganaron a la sociedad de las ideas, desarrollándose una inquietud en la sociedad gaditana por aprender el francés, proliferando las academías para aprenderlo, ya que muchos de los libros en francés entraban de forma clandestina. Con respecto a la educación, el modelo inglés es el que prevalece. Muchísimo jóvenes en el siglo mencionando, parten al extranjero a formarse universitariamente, de ahí que al regreso de los mismos, se desarrolle un espíritu liberal tan determinate posteriormente del sentir del gaditano, llevado hasta extremos insospechados.
El estado, siempre se olvidó de Cádiz, floreció o decayó en función al comercio, las inversiones se produjeron a través del capital de los grandes comerciantes, tanto de América como de África.
Otro factor determinante que carateriza al gaditano, es la falta de espacio, la estrechez de una ciudad amurallada, proliferando las casas de vecinos, configurándose una vida vecinal, incrementándose los lazos entre las familias al compartir cocina, lavadero, azotea y patio. Por eso Cádiz es diferente, sus habitantes han vivido muy estrechamente, los avatares de la historia, los asaltos a la ciudad tan reiterados por los ingleses, la promulgación de la Carta Magna, dando un sentido liberal que hoy persiste, son diferentes, porque viven de cara al mar, a la inmensidad del mismo, a su luz, a su claridad, que les ha hecho ser un pueblo, con una filosofía práctica, viviendo el día a día sin que por ello, no miren al futuro.
Bibliografía.-El Cádiz de las Cortes. Ramón Solís.
Nelson