lunes, marzo 09, 2009

LA MUJER EN LA ARMADA

a en el año 1595, una mujer, Isabel Barreto, ejerció el mando de una fuerza naval a la que condujo al puerto de Manila tras la muerte de su esposo, Álvaro Mendaña y Neira. No es que Isabel fuese una experta navegante, pero supo ganarse la confianza de Femández Quirós, un hábil nauta, cosmógrafo experto y gran conocedor de aquellos parajes que no erró en la demanda del puerto citado.
Tampoco estaba dotada de grandes conocimientos militares, pero sí de grandes dosis de ternura, lo que ayudó a apaciguar los ánimos de las exhaustas y enfermas dotaciones: para todos tenía frases de aliento y consuelo y su presencia en los sollados levantaba la moral de aquellos hombres que navegaron cuantro meses antes de llegar a puerto.
Una vez en la isla, gestionó el reparto de los enfermos entre las casas y familias de moradores de Manila, sanando éstos rápidamente, sin duda por la salubridad de sus aguas y la apacible vida.