lunes, octubre 09, 2006

¿PORQUÉ NO ATACARON LOS TERCIOS DE FARNESIO?


ARA LA INVASiÓN terrestre de Inglaterra, Alejandro Farnesio, duque de Parma y virrey español en Flandes, había preparado un ejército de 20.000 hombres, entre ellos 1.800 soldados de caballería. En Amberes, además, dispuso una flota de 17 buques de guerra y 70 barcazas y en los puertos de Neoporte y Dunkerque, 74 buques y 166 barcazas. Desde septiembre de 1587, sus tropas realizaron ejercicios militares y simulacros de embarque preparativos.
Cuando la Armada alcanzó el Canal en agosto de 1588,Ios soldados se embarcaron y prepararon para el combate en 48 horas. Medina, Sidonia creía que la intención de Farnesio era arrojarse a las aguas desde el primer momento. Pero las naves nunca zarparon, porque el virrey pensó que su misión era aguardar a que la Armada lograra controlar el Canal y asegurarle la travesía hasta las costas enemigas. Además, las naves que había preparado eran escasas, poco resistentes y se habían construido únicamente para el transporte de tropas y provisiones y, por otro lado, no podía botar todos sus buques a un mismo tiempo, sino de uno en uno, debido a la estrechez de las bahías donde se resguardaban. Para colmo, 32 barcos de guerra holandeses dirigidos por Mauricio y Justino de Nassau y la flota del Estrecho de la reina Isabel I -que luego se unió a la flota principal inglesa- aguardaban en las aguas el momento en que Farnesio se decidiera al ataque.Los mensajes que Medina Sidonia escribió a Farnesio solicitando su intervención y repuestos llegaron al cuartel del virrey cuando la Armada se encontraba ya en Calais. En su respuesta, Farnesio informó de la imposibilidad de luchar por mar sólo con sus medios. Medina Sidonia solicitó entonces que le facilitara un puerto seguro. Farnesio no arriesgó sus tropas. La Armada fue derrotada' finalmente, pero los tercios de Flandes quedaron intactos. (Imagen Alejandro Farnesio)

UNA TRAGEDIA QUE ALIMENTÓ LA LEYENDA NEGRA


A LLAMADA LEYENDA Negra que sobre los españoles se extendió por Europa estuvo alimentada, entre otros muchos ingredientes, por la tragedia de Don Carlos. Sobre este episodio de la familia real, hubo incluso quien aseguró -es el caso de Guillermo de Orange que Felipe II asesinó a su esposa, la reina Isabel, y a su hijo por celos. Posteriormente, Antonio Pérez añadía más elementos trágicos al drama y acusaba al monarca de haber mantenido relaciones sentimentales con la princesa de Éboli. Claro que, al menos, un argumento tan sabroso y trágico no podía pasar desapercibido a músicos y literatos, que legaron óperas y textos imperecederos.
Según el historiador Antonio Domínguez Ortiz, la Leyenda Negra antiespañola tuvo un solo protagonista, Felipe II, y, al parecer, sus orígenes se encuentran en la Italia renacentista, concretamente en las reacciones provocadas tras la conquista y la presencia española en Nápoles y Sicilia. Sin embargo, hay historiadores que apuntan a la época de Carlos V como preámbulo de esa leyenda tan oscura que iba apesar después sobre el llamado Rey Prudente.
Por toda Europa se propagó una mala fama de los españoles como personas racistas, y que, además, pusieron en marcha loshorrores de la Inquisición, sin dejar sitio para puntualizar que hubo otras inquisiciones en otros países incluso más sangrientas que la española.
El nucleo principal de la Leyenda Negra tuvo un carácter político y se formó a raíz de la lucha desencadenada por Felipe II contra los rebeldes de Flandes, a lo que se sumaron las hostilidades contra Inglaterra y la intervención en las guerras civiles.de Francia. Es entonces cuando personajes como Guillermo de Orange o Antonio Pérez echan más leña al fuego y difunden informaciones falsas sobre el rey.
EN ITALIA y FRANCIA, los ataques a la politica española iban acompañados de caricaturas del español medio, al que pintaban como un brutal militarote o como un arruinado hidalgo, soberbio y ridículo. En París se publica en 1594 la Sátira menipea, obra colectiva publicada con motivo de la coronación de Enrique IV, en la que, por poner sólo un ejemplo, España figura ser un charlatán que pregona las excelencias del catolicismo. No será hasta el reinado de Carlos II cuando la Leyenda Negra languidece, si bien la literatura ilustrada sigue siendo muy crítica con la España de las colonias.(Imagen Gullermo de Orange)

PRINCESA DE ÉBOLI, REINA DE LAS INTRIGAS


N LA CORTE SE murmuraba que el hijo de Éboli, el futuro duque de Pastrana, nacido en 1562, no era hijo de Ruy Gómez, sino del rey. Cierto o no, el caso es que la princesa ejercía cada vez mayor influencia en los circulos más cercanos a Felipe II,, especialmente tras la muerte de su marido. Ana Mendoza de la Cerda -sólo tiene 23 años al quedarse viuda-, parece que tuvo estrechas relaciones con el inteligente y atractivo Antonio Pérez, que tenía la misma edad que ella y con quien acaparó, a finales de los setenta, el «gabinete »del rey.
El mismo día de 1579 en que era detenido por conspirador Antonio Pérez, la princesa de Éboli también era arrestada, con el mismo cargo, por el capitán de la Guardia Española del Rey, don Rodrigo Manuel de Villena, quien le anunció que quedaba presa en nombre del monarca. Y subida en una carroza de Palacio, escoltada por cincuenta soldados de la Guardia Española, fue conducida, por Villaverde, hasta la Torre de Pinto, donde estuvo seis meses. Allí dio muestras de estar enferma, por lo que, en febrero de 1580, fue trasladada al castillo de Santorcaz. En esta antigua cárcel de clérigos, la princesa Éboli siguió conspirando y clamando por su libertad, pero sólo logró de Felipe II el traslado a su casa de Pastrana, desde donde siguió intrigando. Era el año 1581.
Durante los últimos diez años de su vida, el rey se mostró inflexible con la prisión de la ilustre dama. No le perdonó sus maniobras en Flandes y Portugal, ni su responsabilidad en el asesinato de Escobedo. El rey hizo con la princesa lo que con su propio hijo. Cuando murió, doña Ana tenía 52 años. Era el 12 de febrero de 1592.