ARA LA INVASiÓN terrestre de Inglaterra, Alejandro Farnesio, duque de Parma y virrey español en Flandes, había preparado un ejército de 20.000 hombres, entre ellos 1.800 soldados de caballería. En Amberes, además, dispuso una flota de 17 buques de guerra y 70 barcazas y en los puertos de Neoporte y Dunkerque, 74 buques y 166 barcazas. Desde septiembre de 1587, sus tropas realizaron ejercicios militares y simulacros de embarque preparativos.
Cuando la Armada alcanzó el Canal en agosto de 1588,Ios soldados se embarcaron y prepararon para el combate en 48 horas. Medina, Sidonia creía que la intención de Farnesio era arrojarse a las aguas desde el primer momento. Pero las naves nunca zarparon, porque el virrey pensó que su misión era aguardar a que la Armada lograra controlar el Canal y asegurarle la travesía hasta las costas enemigas. Además, las naves que había preparado eran escasas, poco resistentes y se habían construido únicamente para el transporte de tropas y provisiones y, por otro lado, no podía botar todos sus buques a un mismo tiempo, sino de uno en uno, debido a la estrechez de las bahías donde se resguardaban. Para colmo, 32 barcos de guerra holandeses dirigidos por Mauricio y Justino de Nassau y la flota del Estrecho de la reina Isabel I -que luego se unió a la flota principal inglesa- aguardaban en las aguas el momento en que Farnesio se decidiera al ataque.Los mensajes que Medina Sidonia escribió a Farnesio solicitando su intervención y repuestos llegaron al cuartel del virrey cuando la Armada se encontraba ya en Calais. En su respuesta, Farnesio informó de la imposibilidad de luchar por mar sólo con sus medios. Medina Sidonia solicitó entonces que le facilitara un puerto seguro. Farnesio no arriesgó sus tropas. La Armada fue derrotada' finalmente, pero los tercios de Flandes quedaron intactos. (Imagen Alejandro Farnesio)
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