
Considerado el primer ensayista de la literatura española, Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro había nacido el 8 de octubre de 1676 en Casdemiro, Orense, y estudiado en el Real Colegio de San Esteban de Rivas de Sil, para pasar después al colegio de Lérez y al de Salamanca, donde siguió los estudios religiosos, pues a los catorce años ingresó en la orden de San Benito —en el monasterio de San Julián de Samos— y renunció al mayorazgo que le era propio como primogénito de la familia. En el monasterio de Samos desempeñó el cargo de pasante y de lector, y en el de San Vicente de Oviedo alcanzó los grados de licenciado y de doctor en teología; finalmente, ocupó la cátedra de Prima en 1736.
Autor y pensador atrevido, aunque nunca rebasó los límites del dogma, fue un buen monje, sin dejar de ser un crítico sagaz y un amante de las innovaciones. Disfrutó de la protección de la corte, ya que esta, ante las largas y enconadas polémicas que originaron sus textos, no dudó en prohibir por real orden aquellas publicaciones que se enfrentaban a las teorías e ideas que el religioso había expuesto. Además de las Cartas eruditas y curiosas, cuya publicación se prolongaría hasta 1760, es decir, hasta cuatro años antes de la muerte del escritor en Oviedo, Feijoo había dado a conocer en 1726 unos discursos en su Teatro crítico universal.