domingo, septiembre 23, 2007

ARCOS DE LA FRONTERA,ESCENARIO IDÍLICO


as veces que he tenido la ocasión de estar en Arcos de la Frontera,he sentido sensaciones tremendas, es un enclave, que por capricho de la naturaleza, ayudado por el rio Guadalete, hacen que sus casas "cuelguen" sobre un desfiladero de una altura considerable.
Aunque exísten vestigios prehistóricos, fueron los romanos los que bautizaron este paraíso de balcón natural, nombrándola "Colonia Arcensis". En tan poco espacio que ocupa, por razones obvias, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que entre sus calles, plazas, y monumentos, podemos observar el paso de varias culturas que han dejado sus huellas de forma patente para el disfrute de aquellos que se sienten identificados con la historia.
La primera iglesia que se construye en su solar, la de Santa María, con resminiscencias visigóticas y posteriormente convertida en el siglo VIII en Mezquita Mayor durante la dominación árabe, pues no hay que olvidar que esta ciudad fue capital de un efímero reino de taifas(s.XI), permaneciendo bajo esta dominación durante cinco siglos, hasta que Alfonso X, se hace con la ciudad, convirtiéndola en frontera con el reino de Granada, de ahí su" apellido", de la frontera.
A raíz de aquí, en el siglo XV,se suscitaron en la ciudad muchísimas luchas internas, al cambiar en varias ocasiones de propietario. Felipe V, le otorgó el título de "Noble y Fidelísima" en 1706 por el respaldo que sus habitantes dieron al primer Borbón.
En el siglo XIX, fué ocupada por las tropas napoleónicas, permaneciendo en este estatus dos años(1810-1812).
Arcos, fué descubierta por los románticos de Europa y Estados Unidos, mucho antes de que los españoles supiéramos apreciar la belleza que el mencionado conjunto ofrecía a sus visitantes, gracias a esto, porque desgraciadamene "los de casa", no valoramos lo nuestro, fué declarada en 1962 Conjunto Monumental Histórico-Artístico, con posibilidades en la actualidad de convertirse en Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Si paseamos por el centro neurálgico de la ciudad, es dedir, por la plaza del Calbildo, escenario de buena parte de la historia de esta ciudad, nos podemos impregnar de los acontecimientos que en la misma se suscitaron a lo largo de los tiempos, torneos medievales,ejecuciones del Tribunal del Santo Oficio, lidia de toros...y como telón de fondo, el rio Guadalete, testigo de aquella célebre batalla, donde el rey D. Rodrigo sucumbió(711), acabando los árabes con el reinado visigodo.
La plaza de Cananeo, íntima y silenciosa, calle del Paraiso que nos lleva hasta los conventos más sobrios, con razón, Azorín, unos de sus ilustres visitantes, la denomino, como el pueblo más bello de España.
Nelson