jueves, marzo 29, 2007

UNA ESCUELA PARA CACIQUES

éxico, 1533 — Durante una estancia en España. el obispo de México, fray Juan de Zumárraga solicita del emperador la mejora del enseñamiento en Nueva España. Una consecuencia de ello es la creación, en 1536. del colegio imperial de Santa Cruz de Tiatelolco.
La educación de los caciques indios será su objetivo y estará a cargo de la orden franciscana, que ya ha creado en Nueva España otras dos escuelas, la primera en Texcoco (1523) y la otra en México (1525).
Desde que se inició el decubrimiento, los Reyes Católicos insistieron en que los hijos de los indios principales recibieran una educación humanista y se estimulase su vocación eclesiástica. Fray Bartolomé de las Casas sostenía que la labor evangelizadora sólo podía ser efectiva si se multiplicaban los sacerdotes indígenas. Esta esperanza de una rápida evangelización a través de clérigos indios no era compartida por todas las órdenes religiosas. Los dominicos—si bien Las Casas era miembro de la orden— se opusieron desde un principio a la ordenación de indígenas. Algunos franciscanos, como fray Toribio de Paredes, a quien los indios llamaban Motolinia, compartían el pesimismo de los dominicos. Con el tiempo, el propio Zumárraga confesaría su fracaso al emperador, aconsejándole que invirtiera el dinero en hospitales antes que en escuelas, ya que los estudiantes indios parecían más inclinados a los placeres nupciales que a la continencia propia del sacerdote.