domingo, septiembre 30, 2007

HERVÁS EN LA VÍA DE LA PLATA

xíste un lugar en la alta Extremadura, que es en sí un monumento y una vuelta atrás en el tiempo, sobre la que nos puede hacer comprender perfectamente, lo que significó las juderías y el período templario en España. Posee la judería mejor conservada de la Edad Media, todavía hoy, se puede observar, sus calles intactas a lo largo de siglos, como la del Rabilero, la de la Sinagoga...
En esta judería nacieron personajes como Rabí Samuel, médico y arrendador de rentas ducales, posteriormente exiliado en Portugal tras la expulsión de los Reyes Católicos.
Los orígenes de esta villa se remonta al siglo XII, siendo los templarios, los primeros en estructurar este lugar, levantando una ermita a orillas del rio Santihervás, además de consolidar la anterior alcazaba almohade que coronaba el sector más elevado de la población.
A finales del siglo XIII, la reina Doña Violante de Hungría, en compensación por la ayudas recibidas de la comunidad judía de Hervás,regaló al municipio el bosque de El Castañar, cuyos 90.000 árboles aseguraron la replobación forestal de la zona.
Fueron visitantes ilustres de esta villa, Fernando VII(1816) y Miguel de Unamuno(1913), entre otros.
La industria del paño, en épocas pretéritas alcanzó un destacado desarrollo a los largo de los siglos XVIII y XIX, donde se elaboraban las preciadas estameñas-los paños más utilizados por las clases populares-. La vía de la Plata, que serpentea esta zona, fue en tiempos pasados el camino de Mérida a Astorga,calzada milenaria que hace que el viajero se sienta embadurnado totalmente con los relatos,hechos, vivencias que sus habitantes les agasaja de forma gratuíta y con el mayor de los aprecios. Sobre sus losas, discurrieron, muchos de los movimientos socio-culturales que, a lo largo de los siglos, se manifestaron en el Occidente peninsular. Fué vía mozárabe, por la que los critianos de AL-Andalus preregrinaban a Santiago.
Les aseguro que no cambiaría un viaje al Caribe, a cambio de explorar esta maravillosa vía que a lo largo de su recorrido, nos desentrañaría, catidad de aspectos que desconocemos aún de nuestro propio país.
Referencia.- Viajes con historia.Jesús Ávila Granados.
Nelson

RECETAS Y SANGUIJUELAS

menudo, la sangría era una operación un tanto truculenta, en la que no estaba de más la invocación a “Jesús y María siempre Virgen”, que tradicionalmente el paciente pronunciaba antes de su inicio. Para facifitar la cicatrización de la vena, se cubría luego la herida con un misterioso polvo, elaborado por el mismo barbero-cirujano según receta secreta transmitida de generación en generación: conocemos una compuesta, entre otros ingredientes, por sangre humana desecada y pulverizada, piel de liebre, cuerno de ciervo quemado y polvo de estiércol de mulo negro, recogido durante el mes de mayo. Otra cura especialmente enérgica era la que empleaba el barbero para eliminar el dolor de cabeza del paciente: después de habérsela rasurado, le arrimaba a la piel desnuda una sartén candente, que el desventurado debía soportar durante el mayor tiempo posible.
La técnica de la sangría tenía una versión más suave en la aplicación de las sanguijuelas; este método se utilizaba especialmente en los establecimientos termales, que acogían a quienes podían permitrselo. En las termas, los barberos estaban muy solicitados, puesto que antes de iniciar cualquier ciclo de curas era indispensable efectuar una sangría. Conocemos los elementos de un curioso acuerdo que tuvo lugar entre cuatro barberos y el municipio de Rapolano, centro de los establecimientos termales de la región de Siena, en Italia: a cambio de la exclusi4dad de la práctica de las sangrías en las termas locales, los cuatro debían estar a disposición de los habitantes del castillo los miércoles y los sábados, para cortarles gratuitamente el cabello, rasurarles la barba y sacarles las muela.
Referencia.-La aventura de la Historia.

SANGRÍAS

ara explicar la afición a las sangrías como remedio, hay que referirse al pensamiento científico de la época que, basándose en la obra de Galeno, el gran médico del siglo II, concebía la buena salud del cuerpo como un discurrir armonioso de los fluidos y humores internos, en tanto que la enfermedad estaba originada por las “obstrucciones’ de este flujo o por la presencia de humores venenosos. Así pues, la sangría era el principal remedio para restablecer el equilibrio interno y de ella se llegó a hacer un uso comparable al de la aspirina en nuestros días.
La manera eficaz de realizar una sangría era de la forma siguiente: la paciente, sentada en un taburete de poca altura ofrece el brazo izquierdo estirado; para dar estabilidad al miembro, sostiene firmemente con la mano un largo bastón apoyado en el suelo, mientrasque la mano libre sujeta la bacía en la cual se va a recoger la sangre. A su lado, el barbero-cirujano sostiene un paño con la mano con la que acaba de sajar una vena en sentido longitudinal con una aguja en forma de gancho, mientras que, con la otra mano, estira la piel para facifitar de este modo el flujo de la sangre.Otras veces, se prefería hacer la incisión en la vena de la frente: puesto el paciente cabeza abajo, después de haberle rasurado el pelo, se le anudaba al cuello un pañuelo a modo de lazo hemostático para que, de esta manera, se engrosara la vena que iba a ser sajada. El barbero tenía a mano recipientes con liquidos tonificantes, por lo general agua de azahar, para utilizarla en el caso de que el paciente perdiera el sentido durante la sangría; si esto no bastaba para reanimarle, se le suministraba algún vino especialmente fuerte.

NACIDO EN CONVENTOS

a profesión del barbero nace y se desarrolla a partir del siglo XI, cuando la Iglesia comienza a prohibir a los clérigos el ejercicio de actividades que supongan el contacto con la sangre. En la época altomedieval y hasta aquel momento, el barbero trabajaba en las abadías benedictinas, en calidad de ayudante laico del monje encargado de “aligerar” periódicamente la tonsura de sus hermanos, librarles de sus muelas doloridas y practicarles sangrías con fines higiénico-curativos.
Desvinculado de la tutela eclesiástica, el barbero comenzó a practicar en el vasto mundo todo lo que había aprendido entre los muros del monasterio. En las ciudades, los clientes identificaban la tienda del barbero por la bacía de peltre (aleación de zinc, plomo y estaño) que se exhibía en su exterior; en una miniatura francesa del siglo XV, por ejemplo, puede verse uno de estos reclamos callejeros formado por cuatro bacías colgando de un palo.
También el cirujano propiamente dicho, y en prueba de la proximidad de sus funciones, utilizaba este mismo símbolo, con la única diferencia de que su bacía era de latón brillante. Otras veces, en cambio, la enseña del barbero recordaba su oficio de sangrador mediante la imagen de un antebrazo con una vena abierta, de la que fluía abundante sangre. De las sangrías, más que de los cortes de pelo o del rasurado de las barbas, recibía con frecuencia el barbero la parte principal de sus ingresos.