domingo, septiembre 30, 2007

RECETAS Y SANGUIJUELAS

menudo, la sangría era una operación un tanto truculenta, en la que no estaba de más la invocación a “Jesús y María siempre Virgen”, que tradicionalmente el paciente pronunciaba antes de su inicio. Para facifitar la cicatrización de la vena, se cubría luego la herida con un misterioso polvo, elaborado por el mismo barbero-cirujano según receta secreta transmitida de generación en generación: conocemos una compuesta, entre otros ingredientes, por sangre humana desecada y pulverizada, piel de liebre, cuerno de ciervo quemado y polvo de estiércol de mulo negro, recogido durante el mes de mayo. Otra cura especialmente enérgica era la que empleaba el barbero para eliminar el dolor de cabeza del paciente: después de habérsela rasurado, le arrimaba a la piel desnuda una sartén candente, que el desventurado debía soportar durante el mayor tiempo posible.
La técnica de la sangría tenía una versión más suave en la aplicación de las sanguijuelas; este método se utilizaba especialmente en los establecimientos termales, que acogían a quienes podían permitrselo. En las termas, los barberos estaban muy solicitados, puesto que antes de iniciar cualquier ciclo de curas era indispensable efectuar una sangría. Conocemos los elementos de un curioso acuerdo que tuvo lugar entre cuatro barberos y el municipio de Rapolano, centro de los establecimientos termales de la región de Siena, en Italia: a cambio de la exclusi4dad de la práctica de las sangrías en las termas locales, los cuatro debían estar a disposición de los habitantes del castillo los miércoles y los sábados, para cortarles gratuitamente el cabello, rasurarles la barba y sacarles las muela.
Referencia.-La aventura de la Historia.

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