

Los triaril llevaban espada y una lanza, pero no pilum. Una vez entablada la lucha, tanto los hastati como los principes habían sido entrenados para retirarse tras combatir durante un tiempo siendo relevados por los triarii .
Esta forma de combatir tenía consecuencias directas sobre la capacidad militar del enemigo. Si, por ejemplo, se trataba de galos, cuyo ataque solía ser una especie de alud ofensivo, su contención se operaba en la segunda línea. Si el adversario iba formado como una falange, su avance era imposible sin que se produjera una dislocación de la línea, lo que era aprovechado por los legionarios romanos para atacar con la espada. En cualquiera de los casos, este recambio continuado de las líneas romanas servia para agotar a los adversarios que no contaban con una estructura similar.
Cuando se llegaba a ese punto del combate, había una carga de los hastatii que lanzaban una o dos nubes de pilum para quebrar la resistencia de un enemigo ya muy cansado. En la lucha a espada que venía después, las lineas de la legión seguían turnándose desgastando a un adversario que no pocas veces se hallaría a punto de caer exhausto.
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