ontevedra, desde la plaza de La Leña a la de la Verdura, gente variopinta, rostros pretrificados de la Galicia más ancestral, mercadillos donde las meigas hacen su agosto, velas, inciensos y brujas de todos los colores, trajes de época, misales y estampas que recuerdan las primeras comuniones de generaciones pasadas.
Pulpo, mejillones y pimientos de Padrón, envuelven dichas plazas de aromas inconfundibles a través de su corto recorrido entremezclándose los sabores, recuerdos y nostalgias, lugares estrechos flanqueados por tabernas austeras, donde el musgo las atrapa contra sus muros, formando una fortaleza de placeres gastronómicos, la diversidad, hace que caigas en la duda de como favorecer de placeres a las papilas gustativas más exigentes.
Se desconoce el microondas, los mariscos se retuercen a medida que son depositados en los fogones, desprendiendo una sonrisa, que se podría decir que hasta le gusta los baños turcos, porque el SPA, no creo que lo conozcan.
Al final de este pequeño paseo, recalo en "Los Marístas", -no confundir con la Orden Religiosa-, me refería a un restaurante en plana Plaza de la Verdura, casi al mismo nivel respecto a su eficacia que la "Soriana" de la Isla, diría que casi es una franquicia, pero no deseo echar por tierra, las cuestiones mercantilísticas de Manolo, pero mucho mayor en extenssión y con diferentes artículos sin que por ello desee establecer rivalidades o pleitos, si exíste determinadas similitudes, bodegones colgados en las paredes, sin guardar el más mímino órden estético, pero ya ven, los extremos se tocan y sobre todo, si van por estas plazas, sumerjanse en un ambiente que les proporcianará cantidad de ratos inolvidables.
Nelson
1 comentario:
Toda la geografía Española está llena de lugares como tu describes, tascas ( a veces ni eso)en las que perdonas la decoración y otras muchas cosas por la excelencia de la comida, pero sobre todo o tan importante, no se, el ambiente, las costumbres, los camareros...
Proteus
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