
Ni tan siquiera la diosa Idhtar, femenina protectora de ciudades como Sidó y Tiro, y posteriormente extendido su culto a Gades por los fenicios, ha tenido suerte en evitar lo inevitable, ni tan siquiera Astarté que representaba el culto a la madre tierra, el amor y la fertilidad, progenitora de todos los seres vivos, no nos ha echado una manita para evitar que se empadronase como uno más en nuestra ciudad, sólo me queda tomarlo con humor,de todas formas estamos en la tierra de los carnavales y no se notará mucho.
Nelson
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