
Estas características no se olvida del todo ni siquiera cuando en muchas ciudades europeas se desarrollaron los modernos hospitales como lugares de curación. En cualquier caso, interesa aquí recordar los hospitales que se disponían a lo largo del Camino y que mantenían sistemáticamente una marcada connotación viaria, fueran pequeños, incluso minúsculos, y dispusieran de uno o pocos lechos más, o grandes y capaces como el celebérrimo de Roncesvalles.
Las comodidades materiales que se ofrecían a los peregrinos eran un techo, un jergón para dormir, un hogar para entrar en calor y lo que hubiera para comer. Completaban esta oferta la práctica simbólicamente cristiana del lavado y curado de piés, participar en las oraciones dentro del hospital o en la capilla aneja y la certidumbre de disponer del imprescindible consuelo religioso en caso de hallarse en trance de muerte.
4 comentarios:
A mi me ha gustado mucho lo del lavado y curado de pies, y es que sabes? Nelson, yo mis pies me los cuido mucho, porque son la base de mi cuerpo y de mi alma.
El consuelo religioso también tiene su importancia. Sobre todo para esas personas que realizaban el camino con una profunda fe. La experiencia es maravillosa para quienes lo han realizado.
Saludos.
ES INRERESANTE UNOS SE CUIDAN LOS PIES Y OTROS EL ESPIRITU. A MI MODO DE ENTENDER EL CAMINO SE HACE CON RECOGIMIENTO PERO NO ES NECESARIA LA FE. SOLO SER LIMPIO DE ESPIRITU, PERSONA DE PRO. ES UN CAMINO DE MEDITACION.
el boss, el camino puede tener muchos atajos, en el sentido, que son muy diferentes las razones por las que se hace, lo que si estoy seguro es que al final del mismo, todos encuentran un razón satisfactoria de haberlo realizado.
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