arcelona, 28 de octubre de 1848 — Se celebra la inaguración oficial del primer ferrocarril de la Península.A partir de 1840 dos catalanes, José Maria Roca y Miguel Biada i Bunyol (quienes habían vivido en Inglaterra y Cuba respectivamente y habían observado allí las novedades todavía desconocidas en España), fueron los que mostraron mayor interés por el medio de locom6ción.El 20 de junio de 1843 Roca solicitaba al jefe político de la provincia de Barcelona el privilegio para la construcción y explotación del tren, que le era concedido un mes después.Las obras de construcción se iniciaron en 1847 y el recorrido seguía un trazado vecino al mar, con dos trabajos de importancia que fueron el túnel de Montgat y el puente sobre el Besós.Con motivo de la inaguración se reunieron a las nueve de la mañana el obispo de la diócesis y el de Puerto Rico, el capitán general, el segundo cabo además de otras autoridades y se realizó el acto de bendición. El tren partió hacia Mataró, donde se preparó un banquete, y se detuvo en todas las estaciones para recibir aplausos y vítores de los congregados.
martes, julio 10, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Lo que realmente me hace reflexionar de tu post, es que la capacidad de asombro y júbilo que se tenía antaño, ha desaparecido.Tu has visto a la gente así de alborotada ante un evento importante como no sea que canta bisbal o al´gun cantante de moda y mis congéneres histéricas se tiran a la calle para al menos tocarle la camisa...
Qué pena Nelson,en eso si que envidio el siglo XIX.
Un cordial abrazo, ah..y felices vacaciones...jajajaj.
Tal vez se haya perdido un poco la capacidad de asombro, entre otras cosas porque las "maravillas" tecnológicas se suceden a velocidad vertiginosa, y llega un momento que todo parece fácil, hasta la exploración de Marte.
Para los que aún gozamos de esa capacidad, que nos sorprendemos por cada logro, por cada avance, aunque parezca nimio, vivir en el siglo XX es un verdadero placer.
Saludos.
Zinthia.
Efectivamente, creo que ya nos sorprendemos de muy pocas cosas, no sé y eso es beneficioso o perjudicial, quizás nos embarcamos en el tren la ficción, en lo que todo es posible, y ya nada nos sorprende, también es posible que el ser humano se haya convertido en algo insensible, deshumanizado, y sin capacidad de reacción ante los problemas, los avances, creo que estamos un poco robotizados.
Publicar un comentario