
Nace el Banco de San Carlos, en el que sólo pueden prestar servicio súbditos españoles, ligado a la deuda pública, para amortizar los vales reales, en efectivo y a la par, y actuar como banco comercial, descontando letras y pagarés. También puede emitir billetes, a vista y sin interés, y aceptar depósitos. De sus negocios, el más saneado es la saca monopolista de metales preciosos, que en 1794 representa casi la mitad de los ingresos del Banco.
Los Otros negocios fracasan: los contratos para aprovisionar la marina y el ejército producen pérdidas, así como la compra de deuda francesa en 1788, y la compañía de seguros de Cádiz. La guerra de Independencia acelera su crisis, hasta que en 1829 desaparece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario