jueves, mayo 03, 2007

LAS MONJAS BAJO SIETE LLAVES

adrid, 1623 — Pese a que en el siglo XVI se habían realizado grandes reformas en el seno de las órdenes religiosas, en España, al igual que en otros países, reina la relajación de las costumbres. En los conventos, sometidos a unas normas de clausura que prohíben la salida de las monjas salvo en casos excepcionales y prescritos por el derecho canónico y las constituciones apostólicas (incendio, peste, guerra, inundación, etc.), las religiosas se niegan a acatar la ley pese a que su incumplimiento se penaliza con la excomunión, reservada este caso directamente al papa. En realidad, existe una abierta discriminación entre los monjes y las monjas de clausura. A estas últimas no se les permite ningún tipo de actividad que no sea la oración en sus respectivas clausuras, y ello da pie a aprovechar cualquier oportunidad de romper esta monotonía. Se da también la presencia de señoras, en su mayoría de condición elevada, que, acompañadas de sus sirvientas, solicitan el ingreso a la institución como pensionistas, y pretenden prolongar en el convento su ritmo de vida habitual.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno Nelson, y por qué no investigas que hacían los monjes mientras rezaban las monjas....??sería interesante, para demostrar una vez más,que la iglesia es machista y lo peor es que ha dejado rastro en la sociedad española, tan mojigata, hasta hace relativamente poco tiempo.
Besos.

Anónimo dijo...

Enma, en todos los estamentos de cualquier tipo, siempre ha exístido desmanes o comportamientos que no se han explicado bien o que no logramos a enterder por la lejanía en el tiempo.
En las órdenes religiosas de este siglo XVII, se llevaba a cabo lo que se denominaba una "visita", simplemente consistía, en controlar el comportamiento de los religiosos en general, sin distinción de sexo, y por lo que se puede deducir eran sumamente extrictas, examinaban su administración, recogimiento y comportamioento moral de manera que se ajustaran de forma exahustiva a los estatutos de los mismos.
Tanto religiosos, como eligiosas, en el siglo que mencionamos, fue en algunos momentos convulso, pues muchos conventos se negaron a reconocer la "visita", como legal, pues de alguna forma rompía la intimidad propia de los conventos, llegándose a utilizar la fuerza y las armas para poder acceder a los mismos y proceder a llevar a cabo la mencionada inspección.

Anónimo dijo...

Qué esconderían para negarse a ser "visitados".El que nada tiene que ocultar, no tiene miedo a nada..te lo digo por experiencia personal.
Saludos.

Anónimo dijo...

A modo de anécdota.
Similar a las monjas de clausura, eran las beatas de emparedamiento, aunque mucho más pobres. Allá en Sevilla, por el siglo XVI, una de ellas, de 30 años, Catalina de Jesús, confesó "que tuvo trato y comunicación con cierto sacerdote con quien se encerraba de ordinario, dejando muchos días de fiesta de oír misa y él de decirla por estarse juntos y daban por disculpa que no los obligaba el precepto, por estar embebidos en el amor de Dios. Y entrando en una ocasión cierta persona en su aposento y hallándolos en la cama desnudos, el sacerdote fingió no ser él, sacando la lengua y haciendo visajes y ella le decía que era el demonio que la venía a tentar", y con la arrogancia que le caracterizaba, intentó convencer al testigo de que ella había llegado al estado de perfección y aunque les hallase así en la cama no era pecado mortal. Su relación carnal con aquel sacerdote estaba impregnada de símbolos religiosos: "y el sacerdote la comulgaba todos los días y después la babeaba la boca con la suya, diciendo que recibiese el amor de Dios".
Saludos. Zinthia.

Anónimo dijo...

En buena medida, estas historias responden cuando menos a una parte de la realidad: muchas niñas enclaustradas por sus padres sin contar para nada con su voluntad trataban en lamedida de lo posible de disfrutar según su propio criterio, al menos en las comunidades en las que imperaba cierta relajación.Las leyendas sobre conventos, monjas infanticidas, novicias raptadas por sus amantes o religiosas que se fugaban para nunca mas volver han llenado la tradicion oral y la literatura, desde el decameron de Bocaccio hasta las crónicas italianas de Stendahal.
Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Hola Nelson,

Soy Noelia, estoy haciendo un estudio sobre las monjas en aquella epoca y me interesan todos los temas relacionados con ellas, acerca de los pasadizos subterraneos que habian en los conventos etc... donde incluso llegaron a emparedar bebes, fruto de sus andanzas. Puedes ayudarme?, yo no se por donde buscar...