lunes, abril 16, 2007

LAS AFICIONES CIENTÍFICAS DEL REY

adrid, 1579 — Uno de los aspectos de la personalidad de Felipe II que menos se ha dado a conocer es su profunda afición por el mundo de las ciencias y las artes. Este año, el rey ordenó realizar un inventario de las antigüedades existentes en la Península, interesado por tener un conocimiento cabal de los restos arqueológicos y monumentales que restaban del pasado.
En todo lo relacionado con la erudición científica, la protección del arte y la literatura, mostró el rey gran solicitud.
Durante su reinado, y por iniciativa personal, se clasificaron y completaron los archivos de Simancas y de la embajada en Roma, que figuraban entre los mejor organizados de Europa.
En los campos de la matemática y la geografía fue donde más destacó el saber personal del rey, que intervino directamente en todo lo que atañía a la construcción de El Escorial, y ordenó realizar estudios para abrir un canal a través de Panamá o convertir el Tajo en vía fluvial navegable. Las Relaciones Topográficas, que mandó hacer en España y América a fin de conocer el estado de todas sus posesiones y súbditos, son otra muestra de ese espíritu práctico.
La astronomía fue también uno de sus campos favoritos, e hizo que le construyeran el planisferio paralelográmico inventado por Jerónimo Muñoz.
La variedad de sus intereses se manifiesta en la famosa biblioteca de El Escorial, formada por cuatro mil volúmenes, con numerosos manuscritos clásicos de todas las culturas.

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