jueves, abril 05, 2007

CORTÉS, MARQUÉS DE VALLE OAXACA

astilleja de la Cuesta, 2 de diciembre de 1547 — En la localidad sevillana de Castilleja muere Hernán Cortés, conquistador de México, territorio bautizado como Nueva España, y del que Cortés fue gobernador, capitán general y prácticamente dueño. Extremeño de Medellín, y de noble linaje, estudió latín, gramática y leyes en la universidad de Salamanca, pero no llegó a graduarse. Cuando murió tenía 62 años y hacía siete que residía nuevamente en España, de donde había partido en 1504 en pos del oro de las Indias. Llegado a las Antillas, fue escribano, agricultor, ganadero, comerciante y logró ser alcalde de la ciudad cubana de Santiago de Baracoa; por sospechas de haber conspirado contra el gobernador de la isla, Diego Velázquez, fue a parar a la cárcel. Se evadió, consiguió el perdón, y el propio Velázquez, aunque con reservas, le puso al frente de la expedición que habría de conquistar el reino de México. Pudo hacerlo, no sin traicionar a Velázquez, un delito que debió llevarle al patíbulo. Pero la corona era benévola con los deslices de los capitanes triunfantes. En 1522, Cortés fue recompensado por el emperador con la gobernación y capitanía general del reino de Nueva España. No tardó la corona, sin embargo, en presentir el riesgo de tanto poder.
La audiencia que se estableció para controlar su gobierno, sometió a juicio al conquistador. Luego Cortés fue exonerado de todo cargo, pero no recuperó el mando. En 1529 se le otorgó, en compensación, el marquesado del Valle de Oaxaca, en el que disponía de 23 000 súbditos. Se entregó entonces a nuevas empresas de explotación y conquista. En 1540 regresó a España, y ya no volvió a ver sus dominios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Después de consumada la conquista de Cuba en 1511, Cortés se establece en Manicarao, donde obtiene un repartimiento de indios junto con Juan Xuárez y gana una posición como vecino acomodado de la isla.
Conoce a Catalina, hermana de Juan, y le promete matrimonio. Sin embargo, su inconstancia en materia de amores, enfriaron pronto el sentimiento que tenía por ella hasta el punto de negarse a cumplir la promesa.
Diego Velázquez, gobernador de Cuba, estaba en amoríos con otra hermana de Juan Xuárez, por lo que presionado por esta última, obligó a Cortés a casarse con Catalina y éste al negarse fue hecho prisionero. Tiempo después Hernán Cortés aceptó contraer nupcias con Catalina Xuárez, no sin antes obtener ventaja, pues le dieron al casarse ciertos esclavos y bateas para sacar oro y ropa de vestir.
Una vez realizado el matrimonio, Cortés volvió a tener el favor de don Diego Velázquez, que le otorgó un buen repartimiento, además de nombrarlo alcalde ordinario de la ciudad de Santiago, con lo que prosperó notablemente.
Pero, al tiempo, Catalina se convirtió en un lastre para Cortés, que ya andaba en amoríos con otra, con la que tuvo un hijo (Martín Cortés), así que la noche del 1 de noviembre de 1522, en la recámara de los esposos, tuvo lugar la “extraña” muerte de Catalina. Dicha muerte fue tan apresurada, y tan en secreto se ordenaron los preparativos fúnebres, que pronto comenzaron a circular rumores culpando a Cortés de lo sucedido.
Al llegar fray Bartolomé de Olmedo le dijo a Cortés: "...toda esta ciudad dice públicamente, que vos habéis muerto a Catalina Xuárez, vuestra mujer; conviene que para vuestra honra, e para que no os echen la culpa, si no la tenéis, que mandéis que ante un alcalde, e un escribano, e testigos la saquen del ataut donde está, e la vean antes que la entierren". A lo que Cortés se enojó mucho y contestó: "¿Quiénes son los traidores bellacos que tal dicen?, No curen en poner mi honra en disputa, entiérrenla".
Saludos. Zinthia.