lunes, diciembre 04, 2006

Los PERSAS SE VAN A PIQUE EN SALAMINA

l último gran intento de Persia por sojuzgar a Grecia, diez años después de Maratón, fracasó en Salamina, cuello de botella naval en el que la flota de Jerjes fue destrozada.
JERJES, EL SUCESOR DE DARÍO, quiso hacer realidad el sueño que no pudo cumplir su padre: conquistar Grecia. Saltó de Asia Menor al continente europeo con un formidable ejército. Se trataba de una gigantesca expedición anfibia. Por tierra y por mar, con una flota de mil buques de guerra. Las fuerzas terrestres llegaron a Atenas tras destrozar a los espartanos,que le plantaron cara heroicamente en el paso de las Termópilas (480), y saqueraon la capital griega.
La población ateniense se había refugiado, entre otras islas, en Salamina. La flota helena se había concentrado allí a la espera de decidir el movimiento de sus fuerzas. Los persas, que contaban con más de mil barcos frente a las 380 naves helenas, decidieron fondear en Falerón, a pocos kilómetros de los griegos.
Como ocurriera diez años antes en Maratón, no todos en el bando heleno estaban de acuerdo en qué decisión tomar. Los espartanos eran partidarios de retirarse hacia el sur, para proteger su patria, y otros, encabezados por el general ateniense Temístocles, querían permanecer, para intentar recuperar la capital griega. Y como Milcíades en Maratón, también Temístocles recurrió a la oratoria para convencer Temístocles a sus aliados. Les amenazó con retirar los 200 buques que Atenas había aportado a la flota helena (más de la mitad del total de naves). Todos aceptaron quedarse en Salamina y hacer frente a los persas.
Pero como la decisión podía ser revocada si cambiaban las circunstancias, Temístocles decidió actuar rápidamente: valiéndose de un confidente, consiguió engañar al rey Jerjes en un mensaje en el que exageraba las discrepancias entre los griegos y le hacía creer que estaban a punto de enfrentarse entre sí.
El truco de Temístocles surtió efecto y el rey persa lanzó, entonces, su escuadra contra Salamina. La vanguardia de su flota se adentró en la bahía mientras el resto se acumulaba en el estrecho por el que se accedía a ella. Era el momento esperado por los griegos, que lanzaron su ataque. Los espolones de sus trirremes se revelaron letalmente eficaces: rasgaban y dañaban los cascos de los barcos enemigos, que terminaban hundiéndose. Más pesadas y sumamente próximas entre sí, las naves persas apenas eran capaces de maniobrar y, pese a que lo intentaron, no pudieron abandonar la bahía por la congestión del resto de su propia flota en la entrada del estrecho.
Al término de la batalla naval, los griegos habían hundido 200 buques de Jerjes y capturaron a 100 más. La suerte de la última guerra médica estaba decidida tras el choque de Salamina. Aunque el conflicto no terminaría hasta un año después (479 a.C., en la batalla de Platea), el rey Jerjes se retiró de Europa. Grecia había logrado salvar su libertad y los persas abandonaron sus sueños expansionistas.
A.D.M.

No hay comentarios: