a muerte de Rodrigo de Borgia, papa Alejandro VI, marcó un hito en la carrera de la familia española(originariamente los Borjia, de Valencia) en Italia. El futuro papa había salido de su Játiva natal llamado a Roma por su tío materno el cardenal Alfonso de Borjia, que luego reinaría bajo el nombre de Calixto III. Este prelado lo protegió, le hizo estudiar en Roma y en Bolonia y, al acceder al solio pontificio, le nombró cardenal. En el pontificado de su tío y de los papas sucesivos acumuló cargos y honores, entre los que destaca el obispado de Barcelona entre 1473 y 1479. En Valencia fue elevado a la dignidad de arzobispo. Desde muy jóven demostró predilección por el placer. Antes y después de su proclamación como papa mantuvo relaciones con Vanozza de Catanei, de la cual tuvo cinco hijos, por las cuales arrastró toda clase de dificultades. Los enriqueció y llenó de dignidades. A Juan, duque de Gandía, le hizo duque de Benevento, con los territorios que esto incluía.
A César le nombró cardenal y arzobispo de Valencia. Casó a José con la hija del rey de Nápoles, Alfonso II.
Al otorgar a César todos los honores eclesiásticos y crear para él el ducado de Romagna, pretendía hacerle señor de la Italia central.
Fue acusado asi de nepotismo y de simonía, ya que se dijo que había comprado los votos del Sacro Colegio. Tambien se le imputó el imcesto con su hija Lucrecia. Voltaire le defiende dudando de todos estos cargos y del más famoso de todos: el de que los Borgia constituían una familia de envenenadores. Gran administrador y mecenas, el papa Alejandro VI murió el 18 de agosto de 1503 de una fiebre infeciosa.
A César le nombró cardenal y arzobispo de Valencia. Casó a José con la hija del rey de Nápoles, Alfonso II.
Al otorgar a César todos los honores eclesiásticos y crear para él el ducado de Romagna, pretendía hacerle señor de la Italia central.
Fue acusado asi de nepotismo y de simonía, ya que se dijo que había comprado los votos del Sacro Colegio. Tambien se le imputó el imcesto con su hija Lucrecia. Voltaire le defiende dudando de todos estos cargos y del más famoso de todos: el de que los Borgia constituían una familia de envenenadores. Gran administrador y mecenas, el papa Alejandro VI murió el 18 de agosto de 1503 de una fiebre infeciosa.
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