a guerra de Granada reportó tambien otra consecuencia de incalculable importancia:la consagración de un ejército de corte moderno. La regularización de los cuadros y los mandos, el empleo de nuevas armas y nuevos sistemas tácticos, reportó un avance que hoy se considera decisivo en la historia de la guerra. Pero la tranformación más importante fue aquella que hizo del militar un profesional. Nace ahora el soldado, es decir, el combatiente que sirve a sueldo, y que considera a la milicia como un empleo, por honorable y hasta glorioso que sea.
La profesionalización regulariza también los cuadros y las unidades tácticas permanentes: la alferecia(100 hombres), la capitanía(500), la coronelía(12 compañías); más tarde también el tercio. Toda esta estructuración no obedece sólo a razones de interés técnico militar, sino también a motivos administrativos: con lo que el combatiente llega a ser algo muy parecido a un funcionario más dentro del escalafón del Estado.
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