martes, septiembre 19, 2006

LA BAHÍA DE CÁDIZ

quí las más antiguas instalaciones dedicadas a la construcción naval eran las que contormaban el Real Carenero, Arsenal o Surgidero del Puente de Zuazo con sus almacenes.
Fray Gerónimo de la Concepción trata de ellas en los términos siguientes: «Mas adelante de elrio Guadalete entra otro brago derio, que dizen de S.Pedro ya sus espaldas en un estero la Villa de Puerto Real. Y desde aqui hasta el rio de Zurraque, está poblado de Salinas. Entra luego el Real Carenero, y Almazenes de la Armada, y despues la Villa de Chiclana...».
Salvador Clavijo nos aporta algunos datos relativos alos salarios, señalando que en 1716 el padre capellán que oficiaba la misa, religioso del convento de Puerto Real de la Orden de San Diego, recibía el jornal acostumbrado de un obrero, consistente en 7 1/2 reales. Esta cantidad podía elevarse -dada la cualificación del trabajador- hasta los 10reales; en contraste con lo que se abonaba en los riberas de la costa cantábrica, donde de ordinario no se sobrepasaban los 4 1/2 reales.
Entonces los trabajos de construcción y de rascado de lastre del Real Carenero se complementaban con los aprovisionamientos alimenticios a los buques, efectuados en el molinode FelipeXicaño- bizcocho- y en la Caseríade Fadricas-barricas de carne, tocino, arroz, botijas de vinagre y aceite, etc. -, cuyo depósito se efectuaba en los almacenes que aquí tenían los Colartel.
Las actividades en Puente de Zuazo continuaron a lo largo del siglo XVIII, hasta 1773 cuando ocurrió la quema de su fábrica de jarcia, aunque paulatinamente mermadas conforme se desarrollaban las del Real Arsenal de La Carraca, y fue precisamente en el Real Carenero donde se fabricó el martinete para clavar los pilotes sobre los que se cimentaron los primeros edificios de aquel islote fangoso, cuyas obras se pusieron en manos de una de las más relevantes figuras de la ingeniería militar española, el barcelonés Ignacio Sala, a quien se ordenó pasar a estos arsenales en 1718.

Ya antes de iniciarse la década de los años 20 de la centuria, se constata una actividad naval- aunque débil- en La Carraca así como también en El Puntal; astillero este último en el que - según Rodríguez Villa - se lanzó al agua el navío de 60 cañones «Hércules», cuando Felipe V visitó la bahía de Cádiz en 1729, acompañado de la familia Real.
Fundación de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de San Fernando.

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