martes, abril 07, 2009

LA VIDA A BORDO EN LA ÉPOCA DE TRAFALGAR.BODEGA Y SOLLADOS

ajo la primera batería, y también corridos de proa a popa, se encontraban el sollado, en la parte superior, y la bodega, que era el espacio más bajo del navío. En el sollado, inmediatamente al lado del codaste, en la parte más a popa, existía un pañol del pan forrado de tablas delgadas para preservarlo de la humedad.A continuación, más a proa, iba la cámara de oficiales, inmediata al antepañol de pólvora, este último un espacio completamente aislado con pequeñas ventanas que daban a los callejones de combate para el servicio de la cartuchería. Tras la caja de bombas de achique y a proa del palo mayor, siempre en el sollado, iban el pañol de balas, el de velas, la camareta de guardias marinas y el lugar destinado para el rancho del comandante y los oficiales.
En el pañol de balas se estibaban las municiones de acuerdo con el reglamento de artillería de 1766. Situados en ambas bandas del sollado, y junto a los costados, existían unos pasillos que corrían de popa a proa, llamados «callejones de combate». Por ellos se desplazaba la dotación libremente durante el combate y se facilitaba el reconocimiento de los costados y la reparación
de los balazos a la lumbre del agua a cargo de los carpinteros y calafates.
En la bodega, de popa a proa, iban situados el segundo pañol de pan y la despensa, en cuya parte central se almacenaban en barricas el vino, vinagre, menestras y demás géneros de consumo alimenticio. A continuación iba el pañol de pólvora, justo debajo del antepañol del sollado citado anteriormente.
Allí se guardaba la pólvora encartuchada en lienzo por calibres o a granel en barriletes, también de acuerdo con el citado reglamento de 1766. A proa del palo mayor, bajo el pañol de balas del sollado, se encontraba otro similar para almacenar las mismas municiones, y a continuación, el del contramaestre, donde iban depositados, además de los útiles propios de su cargo, los cables,
calabrotes y jarcia pendiente y de labor de respeto. Siguiendo hacia proa, y ocupando casi un cuarto de la eslora hasta el trinquete, se estibaban el lastre y la aguada.

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