as Cortes fueron el lugar de exposición doctrinal más importante del reinado de Isabel II. Los procesos constitucionales y los debates sobre los programas de gobierno permitían a los líderes de los partidos exponer detalladamente sus planteamientos políticos. El diario de sesiones de las Cortes se ha convertido así en una de las principales fuentes para el conocimiento del pensamiento y de la vida política en la España isabelina. En aquellas Cortes hubo oradores tan afamados como Agustín de Arguelles, llamado por su verbo “el Divino”, Salustiano de Olózaga y Joaquín María López, entre los más destacados progresistas, así como Juan Donoso Cortés, Antonio Ríos Rosas y Cánovas del Castillo, entre los conservadores. La expectación que creaba el anuncio del discurso de alguno de aquellos prohombres era enorme, se llenaban las tribunas, el gentío rodeaba el Palacio del Congreso, y los periódicos reproducían literalmente sus palabras. Aquellos discursos podían durar horas, y en ocasiones necesitaban varias sesiones para terminarlos. El estilo de aquelbs oradores era muy admirado y seguido por los jóvenes universitarios como Emilio Castelar, que llegaría a ser el mejor orador del siglo XIX español.
miércoles, abril 09, 2008
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