miércoles, noviembre 29, 2006

Los« INMORTALES » INVENTAN LA GUERRA PSICOLÓGICA

L PRIMER ESCOLLO QUE DEBIERON sortear los griegos en Maratón fue psicológico. Cuenta Herodoto que el miedo en la filas helenas era tal, que el mero hecho de pronunciar la palabra persa hacía cundir el desánimo en las tropas. No hay que olvidar que este pueblo, de origen ario, era visto por atenienses y espartanos como bárbaros, seres crueles y despiadados, guerreros invencibles, que dejaban un rastro de muerte y esclavitud a su paso. Aquel trauma no carecía de fundamento. Los propios persas se encargaron de infundir miedo, en una suerte de guerra psicológica, mediante un cuerpo de élite prácticamente inexpugnable que respondía al inquietante nombre de los inmortales.
Se trataba de una unidad especial, ligada directamente al rey, y compuesta por 10.000 hombres, que por su Preparación militar, su disciplina y su imponente parafernalia solía ir en vanguardia de las tropas. Se llamaban inmortales porque cuando uno de ellos caía en combate o causaba baja por enfermedad, era automáticamente sustituido por otro. De suerte que nunca eran ni más ni menos que diez mil.
En principio, era un cuerpo de infantería. Pero según diversas fuentes, también tenían unidades de caballería. Herodoto llega a hablar de "lanceros" y también de "arqueros". En algunas épocas se cree que pudo haber hasta diez regimientos de inmortales. Blandian astas cortas, saetas de caña, arcos grandes y de una correa colgaban afilados puñales.
Pero lo decisivo, al margen de la variedad de las armas y de su diestro uso, era el número de combatientes.Ver aquella masa compacta de 10.000 hombres avanzando, con su bosque de lanzas y arcos, en dirección hacia las pequeñas polis griegas o los enclaves helenos de la costa de Asia Menor, resultaba verdaderamente impresionante.
Lo cierto es que se trataba de una fuerza de choque que permaneció invicta durante mucho tiempo. En Maratón mordieron por primera vez el polvo. Posteriormente, Alejandro Magno los derrotaría en la batalla de Granico y su leyenda comenzó a apagarse.
Como siempre que se habla de guerra psicológica, tan importante como la bravura de los combatientes o sus armas, era su porte externo, destinado a amedrentar a sus enemigos. La indumentaria y la impedimenta de los inmortales era vistosa y espectacular, acorde con su categoría y su fama casi legendaria. Según Jenofonte, los diez mil que sirvieron al rey Ciro llevaban cascos, espinilleras y escudos de bronce junto con túnicas de color carmesí. Herodoto cuenta que cubrían sus cabezas con unas tiaras de lana, y que ceñían sus cuerpos con unas túnicas de mangas irisadas que formaban un coselete de escamas de hierro «parecidas a las del pescado».
Los inmortales siempre eran precedidos por una comitiva de lujosas carrozas donde viajaban sus concubinas y gran compañía de criados ataviados de vistosas levitas. Una cohorte de camellos portaba sus bastimentos, separados de las vituallas del ejercito. Mil de los inmortales cerraban el grueso del cuerpo militar, y las puntas de sus lanzas portaban granadas de oro en vez de puntas de hierro. Las armas de los restantes soldados—nunca inferiores a nueve mil homres las llevaban de plata.Javier Caballero

LACÓLERA DE AQUILES

l héroe griego Aquiles, desconsolado e iracundo al ver el cádaver de suamado, descargó toda su furia contralos troyanos. Una herida en el talón precipitó su muerte y acabó consu condición de invulnerable guerrero.
EL HÉROE DE los pies alados no fue ajeno a las rencillas que causaron la guerra contra la impía Troya, ni a los avatares que sufrió entre retrasos y treguas. (...) Al nacer el príncipe, el oráculo predijo que llegaría a reinar en Tesalia siempre que se abstuviera de participar en una gran contienda, pues de lo contrario moriría en ella. Por ello se hallaba refugiado en la corte de Skiros, disfrazado de doncella, en el tiempo en que se reunió la federación de príncipes aqueos contra Troya, y le buscaban para llevarlo con ellos. Gracias a las mañas del artero Ulises, fue descubierto. Cuando los aqueos entraron en el palacio blandiendo sus espadas, todas las muchachas salieron huyendo menos una que les hizo frente. Supieron entonces que era Aquiles. Unido ya a la expedición y antes de llegar a Troya, Aquiles hirió al rey Télefo de Misia y con esta hazaña retrasó la guerra durante ocho años, pero fue un episodio en apariencia leve lo que provocó su cólera y acabó precipitando el desastroso final.
Después de la tregua, Patroclo, el amigo fiel de Aquiles, le pidió actuar en su lugar y portando sus legendarias armas apareció en el fragor del combate. Las filas troyanas se estremecieron cuando corrió la noticia de que el invencible, a quien su madre había bañado de niño en las aguas de la laguna Estigia haciéndole invulnerable, había regresado al campo de batalla.
Aquiles había dejado intervenir a su amado advirtiéndole que fuera prudente y regresara de inmediato una vez que hubiera puesto a los troyanos en fuga. Pero el amante quiso emular la gloria del héroe y continuó internándose entre los asustados enemigos hasta que el príncipe Héctor le hirió con una flecha y, tras perseguir su carro, le dio muerte cruel con su lanza.
Cuando llevaron ante Aquiles el cadáver de Patroclo, su dolor no tuvo límites. La cólera se transformó en abrasadora sed de venganza (...) y al instante lanzó su furia contra sus enemigos. Muchos fueron los héroes troyanos a los que mandó al Hades antes de que acabara el día. Entre ellos a su mismo matador, Héctor, el primogénito del rey de Troya cuyo cadáver unció a su carro para arrastrarlo ante las murallas y depositarlo, junto al de Patroclo, en el ara donde habría de rendirle los últimos honores. Cuando todos se fueron a dormir, Aquiles se quedó velando junto al amado. Pero al fin le rindió el sueño y fue entonces cuando se le apareció el alma del compañero ido, apremiándole para que quemara su cuerpo cuanto antes y así su espíritu pudiera llegar al Hades y esperarle allí. (...) Ante la pira, Aquiles vació cráteras de vino y ánforas de miel, cubrió el cadáver de aceite y añadió los caballos y los perros que Patroclo poseía, además de otros 1 2 troyanos que mató allí mismo con su espada, y suplicó a los vientos que soplara para que el resplandor de las llamas llegara hasta el Olimpo.
Toda la mañana duró el sagrado fuego purificador hasta que consumió el cuerpo adorado, quedando su cólera apaciguada. Diez años habían transcurrido desde el comienzo de la guerra y quedaban algunos más hasta que la astucia de los aqueos acabó con los troyanos. Aquiles, matador de Héctor, de Pentesilea, reina de las amazonas, y de tantos héroes troyanos, dejó de existir cuando fue herido en el talón que su madre no había sumergido en la laguna Estigia. Su cólera pereció con él, pero no la gloria que le unió para siempre a su fiel Patroclo.(Imagen, la ira ade Aquiles)

BREVES

a muerte de la poetisa Safo conmociona la cultura helena.
MITELENE, 600 A. C. Con el fallecimeinto de Safo la poesía perdió a la «décima musa», en palabras de Platón. Fue fundadora de una escuela poética y dio nombre a una nueva métrica: la estrofa sáfica. Cuenta la leyenda que se quitó la vida arrojándose de un peñón del Leúcade cuando un apuesto barquero llamado Faán no correspondió su amor.
recia adopta y perfecciona el alfabeto fenicio.
ATENAS. 1000 A. C. El sistema fenicio de escritura fue oficialmente adoptado por toda Grecia.Los helenos incorporaron los mismos signos para sonidos comunes y añadieron una mejora:las vocales. Este método tomó el nombre de alfabeto de la contracción de las primeras letras, alfa y beta.

sábado, noviembre 25, 2006

ADIESTRADOS A LATIGAZOS.Los niños debían caminar descalzos

a legislación lacedemonia ideó una severa educación de los niños espartanos, destinada a prepararles para la guerra.
QUIERO MOSTRAR CÓMO se practica la educación en Esparta.
(...) Licurgo, en vez de dejar a cada cual la libertad de dar esclavos, como pedagogos, sus hijos ha encargado la educación de éstos a uno de los ciudadanos, al que se reviste de la más alta magistratura: se le llama el pedónomo (magistrado propuesto para la vigilancia de la infancia). Licurgo le ha dado amplias facultades para reunir a los niños, vigilarlos y castigar severamente sus negligencias. (...) Le hace acompañar por jóvenes provistos de látigos, para infligir los castigos necesarios. Y así es como en Esparta se consigue mucho respeto, unido a mucha obediencia. En lugar de reblandecer los pies de los niños con el uso del calzado, Licurgo ha prescrito reforzarlos haciéndoles ir descalzos.
Estima que gracias a tal práctica treparán más cómodamente por las pendientes pronunciadas y tendrán mayor seguridad en los descensos (...); [además] ha establecido el uso de una sola clase de vestido para todo el a ño.
(...) Respecto a la alimentación, Licurgo ha prescrito que el Irene [jefe de un grupo de niñós encargado de la organización de las comidas] se contente para las comidas en común de su tropa de una cantidad tal que cada cual no se vea nunca harto y pesado, sino que se acostumbre a soportar el hambre. Estima, en efecto, que los hombres educados de acuerdo con esos preceptos serán más capaces en cada caso de necesidad de seguir sufriendo en ayunas y, de recibir una orden, podrían aguantar durante más tiempo con la misma ración; (...) lo cual redundará también en beneficio de su salud. (...)
Sin embargo, para que los niños no sientan demasiado la sensación del hambre, les ha permitido, no el tomar sin esfuerzo lo que les falte, sino robar lo que pudieran para substraerse a ella. (...) Su intención es la de volverlos más hábiles para procurarse lo necesario y más apropiado para la guerra. (...) Y es a causa de su torpeza en robar por lo que los espartanos castigan a los niños sorprendidos con las manos en la masa. Licurgo considera asi mismo como un signo de honor para los niños el robar el mayor número de quesos posible del altar de Orthia, pero prescribe al mismo tiempo que sus compañeros les den de latigazos durante este momento; su intención es demostrar de esta manera que es posible adquirir la dicha de una gloria duradera gracias a un breve sufrimiento.
(...) Nada hay en Esparta que respeten tanto los niños y los hombres como sus jefes. (...) Licurgo ha dispuesto que los niños de su país se vean jamás entregados a si mismos. (...) Llena de vergüenza todo deseo dirigido visiblemente al cuerpo de un niño; de esta manera, gracias a él, los amantes en Lacedemonia se abstienen de los placeres sensuales con sus amados tanto como los padres con sus hijos y los hermanos con sus hermanos. (...)
JenofonteHistoriador (430-354 a.C.)

YOM KIPPUR Y PASCUA,LAS DOS FIESTAS MAYORES DEL AÑO


as fiestas vertebraban el año judío. También eran la memoria vivade un pueblo que en ningún momento renegó ni de sus orígenes, ni de las ancestrales tradiciones de sus antepasados que aún siguen vigentes.
EL PUEBLO DE ISRAEL celebraba una serie de fiestas muy concretas que organizaban el año. Estas festividades conmemoraban acontecimientos de su pasado. Eran y siguen siendo la memoria viva de su historia. Los festejos se articulaban siguiendo un calendario propio de 1 2 meses. Esta división temporal no coincide con la nuestra, ni en el nombre, obviamente, ni en las estaciones.
El judaísmo distinguía perfectamente entre fiestas mayores y fiestas menores. Las fiestas mayores estaban dotadas, en su mayoría, de un antecedente bíblico. Dentro de este grupo encontramos las siguientes celebraciones: en el primer y segundo días del mes de Tishrei -en el que transcurrían la mayoría de festividades- tenía lugar una celebración que con el tiempo llegaría a ser conocida como la fiesta de Año Nuevo o Rosh Hashaná. Era una jornada especial de descanso y de adoración. Además, durante el día se hacían sonar trompetas. El instrumento que hacía la vez de trompeta era el shofar, un cuerno de carnero hueco que todavía hoy se usa en las sinagogas.La fiesta de Yom Kippur. o el día de la Expiación se celebraba el 10 deTishrei, jornada en la que los israelitas, para pedir perdón a Dios, depositaban simbólicamente sus pecados sobre chivo expiatorio al que posteriormente abandonaban en el desierto.
La fiesta de los tabernáculos o Sukot duraba entre el 15 y el 2 1 del citado mes, y marcaba el final de la temporada agrícola. Mediante tiendas hechas con ramajes se conmemoraba el tiempo que los judíos pasaron en el desierto tras su huida de Egipto. En Tishrei hay dos fiestas más: Shemini Atzeret u octavo día de la asamblea, y SimjatTorah, el regocijo de la ley.
Ya en el mes de Nisan y todavía dentro de las fiestas mayores, tenía lugar la celebración de Pascua o Pesaj, una de las conmemoraciones más importantes. El sacrificio de un cordero recordaba la noche en que el ángel de Yahvé mató a todos los primogénitos egipcios en venganza por la opresión faraónica ejercida sobre, el todavía entonces, esclavo pueblo de Israel. La comida típica de estos días era el cordero asado y el pan ácimo. El segundo día de Pascua, en el templo, se realizaba una ofrenda de cebada. Cincuenta días después de la Pascua, el Pentecostés o fiesta de las semanas rememoraba cómo Moisés había bajado del Monte Sinaí con las Tablas de la Ley que Yahvé, encarnado en zarza ardiente, le había entregado. Entre las fiestas menores destacan: la de la Dedicación, iniciada con el prendimiento del candelabro de siete brazos; Purim o fiesta de las suertes; y Janucá y Bishevat, o el año nuevo de los árboles.

viernes, noviembre 24, 2006

DEL ARIETE A LA TORTUGA CON RUEDAS

os asirios han pasado a la historia como auténticos maestros del asedio.
LOS ASIRIOS el primer pueblo de la Antigüedad que utilizó el ariete, aunque ellos lo conocian con el nombre de iasibaam, y a él se refiere en una carta el rey asirio lshme-Dagan, hijo de Shamsi-Adad.
La misiva se relaciona con el asedio de Hurara, una ciudad que cayó al cabo de siete días.
En vista de semejantes resultados, el ariete no tardó en ser copiado por otros pueblos, pero, a pesar de no ser ya sus únicos usuarios, los asirios continuaron demostrando un dominio casi absoluto de la ciencia del asedio.
En el siglo XII a. C. por ejemplo, Asur-Resh-lshi logró forzar el levantamiento de un asedio por parte de los babilonios consiguiendo, incluso, la destrucción de sus máquinas de guerra. Con todo, el apogeo de la técnica oriental del asedio corresponde, más bien, a la primera mitad del primer milenio a. C., y sus verdaderos maestros fueron, una vez más, los asirios.
Todos estos avances facilitaron, poco a poco, el paso evolutivo del ariete de Asurnasirpal II al de Senaquerib, sensiblemente más sofisticado; de la fortaleza con forma de tortuga con torres y desplazada sobre ruedas utilizada por Asurnasirpal, a la de perfil de elefante de Senaquerib y Sargón.
Su impacto sobre el enemigo llegó a ser tan demoledor que, por ejemplo, los reinos de Israel y Judá tuvieron que abandonar el uso de las casamatas típicas del reinado de Salomón para recurrir a la construcción de muros de enorme grosor.
Sin embargo, no existió realmente adversario que pudiera impedir el dominio de las máquinas asirias. Esa liberación solamente se produjo tras la caída de Ninive en el 612 a. de C.El ejército asirio reclutaba primero entre los campesinos que formaban cuerpos especializados para servir en la caballería y como conductores de carros. Las infanterías de piqueros y arqueros se reclutaban entre los pueblos sometidos.

POR AMOR A SU ESPOSA

a ciudad de Babilonia y susfastuosos Jardines Colgantesconstituyen una muestra del talante megalómano del mítico rey, perotambién de su corazón enamorado.
LA BABILONIA DE NABUCODONOSOR es fruto no sólo de su magnificencia y el genio arquitectónico del rey, sino también el resultado de una historia romántica. El monarca mandó construir los Jardines Colgantes, una de las siete maravillas de la Antigüedad, para que Amires, su esposa meda, no sufriera por el recuerdo de las montañas de su patria. Los Jardines, verdes y frondosos, evocaban el paisaje de aquella lejana tierra, tan distinto de Mesopotamia. Fueron, por tanto, un regalo de amor.
Entre 1899 y 1917 el arqueólogo Robert Koldewey dirigió un conjunto de excavaciones por cuenta de la Deutsche Orient-Gesellschaft en busca de la antigua Babilonia. Los resultados —una ciudad de no menos de 850 hectáreas— fueron realmente espectaculares, especialmente en lo que a la ciudad de Nabucodonosor se refería.
La urbe estaba encerrada por dos grupos de murallas fortificadas. El primero estaba formado por tres muros, el más interior de 7 metros, un segundo situado 12 metros más allá y ligeramente más grueso, y uno tercero de tres metros que formaba la escarpa de un foso de cien metros de ancho. El grupo interior consistía en dos murallas de barro secado al sol de 6,5 metros y 4- metros de ancho.
Ya en el interior de la ciudad llamaban especialmente la atención los palacios. En la época de Nabucodonosor los imas importantes eran los denominados del norte, del sur y de verano. Este ultimo contabacon un sistema de ventilación mediante pozos que actualmente sigue utilizándose en Oriente. Pero el mas relevante de todos era el del sur que contenía cinco patios grandes rodeados de numerosas habitaciones. En su ángulo noreste había una especie de cripta subterránea consistente en 14- dependencias abovedadas rodeadas por un muro extraordinariamente espeso. Sobre ellas se sustentaban los Jardines Colgantes.
La ciudad interior estaba magníficamente trazada. Las calles eran paralelas al río y confluían en grandes puertas de bronce en la muralla de la ciudad.
De especial relevancia resultaban también los templos. El más importante era el denominado Esagil, que constituía la morada de Marduk, el dios de la ciudad. Al santuario se accedía por una fachada guarnecida de torres que Nabucodonosor cubrió de oro reluciente haciendo que «brillara como el sol». El célebre rey era profundamente religioso y aparte de esta obra llevó a cabo otras entre las que destacó la edificación del templo alto en el zigurat llamado Etemenanki, es decir, la casa que es el fundamento del cielo y la Tierra.
El imperio neobabilónico no sobrevivió apenas a la muerte de Nabucodonosor. Sin embargo, sus construcciones perduraron. Persas y griegos la contemplarían como una ciudad extraordinariamente hermosa y Alejandro esta ciudad, expresaría su deseo de morir en ella.
C.V.

jueves, noviembre 23, 2006

EL PRIMER HOLOCAUSTO JUDÍO

l profeta Jeremías vivió en persona y relató la caída de Jerusalén, la destrucción del templo y la deportación de los judíos a Babilonia en el año 587 a. C., unos hechos que él mismo había vaticinado años antes.
EL MES DÉCIMO DEL AÑO NOVENO DEL REINADO de Sedecías, rey de Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra Jerusalén y la sitió. (...)
El enemigo abrió una brecha en la ciudad. Los generales del rey de Babilonia entraron y se instalaron en la puerta Central: Nabuzardán, jefe de la escoha; Nabusazbán, alto dignatario; Nerg al-Sareser, oficial mayor, y los demás generales del rey de Babilonia. Al verlos, Sedecías, rey de Judá, y todos los combatientes se dieron a la fuga, y salieron de la ciudad durante la noche por la puerta que hay entre las dos murallas junto al jardín del rey, tomando el camino del Arabá. Pero las tropas babilonias persiguieron y dieron alcance a Sedecías en la llanura de Jericó. Apresaron al rey y lo llevaron a Ribla, en la región de Jamat, ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, que lo sometió a juicio sumarísimo.
El rey de Babilonia hizo degollar en Ribla a los hijos de Sedecías ante sus propios ojos y mandó degollar también a todos los notables de Judá.
A Sedecías le sacó los ojos, lo cargó de cadenas y lo llevó a Babilonia.Los babilonios incendiaron el palacio real y las casas de la ciudad, y demolieron las murallas de Jerusalén. Por su parte, Nabuzardán, jefe de la escolta real, deportó a Babilonia a todos aquellos que habían conseguido sobrevivir en la ciudad, a todos los que se le habían rendido y al resto del pueblo. Sólo dejó en Judá alguna gente sencilla que nada poseía y les repartió viñas y campos aquel día.
Sobre Jeremías, Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dado a Nabuzardán, jefe de la escolta, esta orden:—Tenlo bajo tu protección, preocúpate de él y no le hagas ningún daño; atiende todos sus requerimientos. Nabuzardárt, jefe de la escolta; Nabusazbán, altodignatario; Nergal-Sareser, oficial mayor, y los demás generales del rey de Babilonia mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia y se lo confiaron a Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, para que lo dejase ir a su casa y pudiese así vivir en medio del pueblo.
ESTANDO TODAVÍA JEREMÍAS ENCERRADO en el patio de guardia, el Señor le dijo:— Vete a decir al etíope Abdemélec: Así dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel. Voy a cumplir las palabras que anuncié a esta ciudad, palabras de castigo que no de prosperidad. Todo se cumplirá en aquel día y tú serás testigo de ello. Pero yo te libraré y no caerás a espada; conservarás tu vida como botín, porque confiaste en mí, oráculo del Señor.

ATLETAS, NO DIESTROS

ormaba parte de un ritual religioso o era meramente un pasatiempo deportivo? El salto cretense de los toros ha hecho correr ríos de tinta entre los eruditos, que no terminan de ponerse de acuerdo en su interpretación.
El MAS FAMOSO PASATIEMPO cretense estaba relacionado con los toros. A menudo en frescos y vasijas se representaba a hombres desnudos y desarmados saltando por encima de estos animales.
La interpretación de este deporte ha suscitado diferentes hipótesis. Algunas especulan con la posibilidad de que fueran sacrificios humanos inmersos en una compleja liturgia religiosa. Dichos rituales podrían estar consagrados al símbolo de la ciudad por antonomasia, el Minotauro.
La leyenda del Minotauro descansa ligada a Creta. El mito nos cuenta cómo Poseidón envió un toro blanco al rey Minos para que lo sacrificase. El rey no cumplió su compromiso y Poseidón, ofendido, dispuso que la bestia blanca y la mujer de Minos se enamorasen. El fruto de este amor fue el Minotauro, un monstruo -mitad hombre, mitad toro- que vivía en el laberinto del rey Minos y era su guardián. Sólo el héroe griego Teseo, con su astucia y la ayuda de la diosa Ariadana y un ovillo de lana, fue capaz de derrotarle.
La hipótesis más común es la que reduce este festejo taurino a un mero espectáculo circense. La escena podría desarrollarse así: un atleta -que no torero, puesto que en ningún momento lidia al animal- salta sobre el lomo de un toro arrancado, realiza una mortal voltereta por encima del astado y aterriza, finalmente, en los brazos de un fiel compañero.
Aunque esto es lo que se plasma en las obras de arte, ciertos estudiosos apuntan que esta teoría basada en la representación artística está equivocada, ya que se fundamenta en un claro error de perspectiva. Error de perspectiva del que adolecen los frescos y vasijas estudiados. Dichos eruditos, sin salirse del espectículo circense, proponen una variante: ya que es humanamente imposible realizar saltos mortales sobre los lomos de una bestia de 600 kilos que se desplaza a unos 50 kilómetros por hora, lo más probable es que este deporte consistiese en que el atleta, provocando al toro, esperase fríamente la embestida de éste, para que justo en ese momento, saltase hacia arriba, lo más alto posible, evitando así el fatal contacto con el astado.Fuera cual fuera el desarrollo de este espectáculo, debió de ser apasionante.

EL DESARRAIGO JUDÍO

OS JUDIOS NO FUERON sólo innovadores. También fueron ejemplos y paradigmas de la condición humana. Parecía que presentaban todos los dilemas inexorables del hombre de un modo acentuado y más claro. Fueron los «forasteros y viajeros» por antonomasia. Pero ¿no compartimos todos esa condición en este planeta, donde a cada uno se nos concede apenas una estancia de setenta años?.
Los judíos han sido el emblema de la humanidad desarraigada y vulnerable. Pero ¿acaso la tierra entera es algo más que un lugar de tránsito provisional? Los judíos han sido fieros idealistas que buscaron la perfección, y al mismo tiempo, hombres y mujeres frágiles que ansiaban la abundancia y la seguridad. Querían obedecer la ley imposible de Dios, y también ansiaban conservar la vida. Ahí está el dilema de las comunidades judías de la antigüedad de combinar la excelecia moral de una teocracia con las exigencias prácticas de un Estado capaz de defenderse.
EL DILEMA SE HA repetido en nuestro propio tiempo en la forma de Israel, fundado para realizar un ideal humanitario, y que ha descubierto en la práctica que necesita mostrarse implacable si quiere sobrevivir en un mundo hostil. Pero ¿acaso éste no es un problema recurrente que afecta a todas las sociedades humanas? .Todos queremos construir Jerusalén. Parece que el papel de los judíos es concentrar y dramatizar estas experiencias comunes de la Humanidad y convertir su destino particular en una moral universal. Ellos mismos supieron siempre que la sociedad judía estaba destinada a ser el proyecto piloto de toda la raza humana.

domingo, noviembre 19, 2006

LOS FARAONES CREAN LA SEGURIDAD SOCIAL

os egipcios alcanzaron un conocimiento notable del funcionamiento del cuerpo humano y la curación de algunas enfermedades, pero su relación con la magia terminó por detener la investigación científica.
LOS AVANCES MÉDICOS de los egipcios resultaron especialmente lúcidos, sobre todo la creación de un sistema de seguridad social. Desgraciadamente, su concepción de la medicina estuvo excesivamente ligada a la práctica de la magia, una circunstancia que resultaría fatal.
El sacerdote egipcio Manetón hizo remontar a la I Dinastía la redacción de los primeros tratados de medicina. Según sus datos, un faraón llamado Azozis, que reinó durante 27 años, habría sido no sólo un médico avezado sino también el autor de varios libros de anatomía. De manera semejante, el papiro Ebers trazaba el origen de la cultura médica en el reinado del faraón Udimu, también de la I Dinastía. Con todo, el período áureo de la medicina egipcia aparece conectado en las fuentes con la IV Dinastía. Así, se sitúa en el reinado de Kéops, el constructor de la Gran Pirámide, el descubrimiento de un importante manual de medicina en el templo de Kemnis, una de las ciudades del Delta. Los egipcios que practicaban la medicina —en buena medida sacerdotes de la diosa Sejmet— contaban con un status social que casi podría calificarse de privilegiado. En la cúspide se hallaban los que servían en la corte, que disponían de privilegios como el de poder utilizar la «barca de los médicos de la corte».
Tras este primer estrato, sujeto al control directo del «médico superior de la corte», se hallaba la mayoría de los que ejercían la profesión encuadrados en una rígida jerarquía de especialidades y rangos. Como han señalado J. Pirenne o C. Vidal, se trataba de un funcionariado médico que se asemejaba, en un sentido lato, a un sistema de seguridad social. La salud era tan importante desde el punto de vista del gobierno del faraón, que parecía inconcebible dejar su práctica a merced del mero arbitrio privado. Por el contrario, resultaba indispensable fiscalizarla desde el poder politico. Hay otro factor, señalado en su día por Lefebvre, que pudo impulsar la creación de esta vasta red de medicina estatalizada, y es la política de grandes construcciones—no sólo las pirámides— llevada a cabo por la IV Dinastía.
El hecho de que un porcentaje muy elevado de la población prestara sus servicios al faraón trajo como consecuencia su inclusión en un sistema ‘‘ de medicina gratuita y generalizada, controlado por el poder regio. La seguridad social egipcia cubría algunas enfermedades y la traumatología, fundamentalmente.La medicina egipcia contó con dos grandes errores de base que condicionaron toda su ciencia. El primero fue su desconocimiento de la anatomía. Así, por ejemplo, creían que del corazón partían 46 conductos de los fluían, entre otros, la sangre, las lágrimas, los mocos, la orina, el esperma y los excrementos.
Aún peor fue el segundo: la relación de la magia con la medicina. Este maridaje terminó por paralizar la investigación sustituyéndola por el aprendizaje de fórmulas. A partir de ese momento, cercano históricamente a la IV ó y Dinastía, la medicina egipcia se anquilosó y no llegó a superar nunca todos sus logros iniciales.
Pilar García Mateo

LA NEGRA HISTORIA DEL KLAN BLANCO

l final de la Guerra Civil estadounidense fue también el comienzo de las organizaciones secretas que pretendían mantener la supremacía de la raza blanca (anglosajona y protestante) sobre la negra. La más importante fue el Ku KIux KIan, paradigma de la intolerancia.
ASí FUE COMO EN MAYO DE 1866, en la localidad de Pulaski,Tennessee, se formó la primera célula del Ku Klux Klan, que bien pronto adoptaría sus definitivas señas de identidad con las túnicas y capirotes blancos, las cruces de fuego y el látigo. Su primer presidente, o Gran Brujo, fue el general sudista Nathan Forrest, nombrado por el primer Klan organizado, que fue el de Nashville (Tennessee),en 1867. El Klan quería impedir el ejercicio del voto de la minoría negra, pero pronto sus agresiones se extendieron a los inmigrantes y los católicos. El incremento de los actos violentos motivó una investigación sobre el llamado Imperio Invisible del Sur.El resultado fue la Ku Klux KLAN, por la que se prohibían todas sus actividades. El Klan, que contaba con casi medio millón de miembros, fue perdiendo paulatinamente su influencia.En 1915 el movimiento resucitó en Atlanta. El artífice fue un ex pastor metodista llamado Simmons, quien, influido por El nacimiento de una nación de D.W Griffith, extendió sus ataques a los católicos, los judíos y a los comunistas. El nuevo sello de la organización encontró pronto numerosos partidarios, hasta tal punto de que se calcula que en 1925 el Klan tenía unos cuatro millones de afiliados. En esos años presentó candidatos a gobernador en Estados tan dispares como Oklahoma o Maine y consiguió la implantación de medidas eugenésicas contra discapacitados, así como la ley seca. A este rancio puritanismo añadía más restricciones en la política de inmigración. Esta etapa de auge se quebró cuando su dirigente, D. C. Stephenson, fue condenado por asesinato junto a varios de sus colaboradores, entre los que se encontraban el gobernador de Indiana y el alcalde de Indianápolis.Un último resurgir tuvo lugar en los años 50, como reacción al nacimiento del Movimiento por los Derechos Civiles, encabezado por Martin Luther King. El nuevo lider del Klan era Robert Shelton y sus esfuerzos se concentraron en evitar el voto negro. En 1966 Shelton fue condenado por ultraje al Congreso y el presidente Johnson lanzó una ofensiva para erradicar una organización que contaba con unos 30.000 seguidores.
LA CAMPAÑA PUBLICITARIA y el apoyo de los medios de comunicación laminaron la popularidad del Klan que casi desapareció, aunque en 1981 tuvo un trágico estertor en Mobile (Alabama) cuando dos jóvenes blancos lincharon al estudiante Michael Donald, de 19 años, por el simple hecho de ser negro.A pesar de que la policía sabía lo ocurrido, consideró su muerte como un ajuste de cuentas entre drogadictos, lo que provocó la indignación de la madre del muchacho. Ésta llamó a Jessie Jackson, quien consiguió la revisión del caso y que un tribunal condenara a muerte a uno de los autores. La sentencia se ejecutó en 1997. Era la primera vez que se mandaba al patíbulo a un blanco por la muerte de un negro desde 1913. La madre de Michael demandó a la organización y un jurado, formado por blancos, le dio la razón y ordenó al Klan el pago de una indemnización de siete millones de dólares.
Javier Lorenzo

sábado, noviembre 18, 2006

EL ZORRO GRIS


ACIDO EL 19 DE ENERO de 1807 en Stratford, Virginia, Robert E. Lee combatió como su adversario Grant en la guerra contra México. En 1861, al acercarse el estallido de la guerra civil, Lincoln le ofreció el mando del Ejército de la Unión dada su pericia militar. Pero Lee rechazó el ofrecimiento y el 23 de abril fue designado comandante general de las fuerzas terrestres y navales de Virginia.
Durante los años siguientes demostró una extraordinaria pericia en su enfrentamiento contra las fuerzas del Norte en Virginia hasta el punto de ser asemejado a un zorro. Sin embargo, no estuvo carente de errores de gravedad, como era, por ejemplo, su falta de concreción en las órdenes cursadas a sus subordinados y tras la muerte del general Stonewall Jackson le resultó cada vez más difícil enfrentarse con las tropas enemigas.
Su derrota en Gettysburg marcó el punto de inflexión de la guerra en favor de los unionistas.
Nombrado, en febrero de 1865 comandante en jefe de todos los ejércitos confederados, no pudo impedir el avance imparable de Grant y dos meses más tarde se vio obligado a rendirse en Appornattox. Al término del conflicto, fue separado del Ejército. Los últimos años de su vida los pasó como presidente del Washington College—actualmente Universidad Washington y Lee—. Murió el 12 de octubre de1870.
En 1975, más de cien años después, el Congreso de EEUU le devolvió a titulo póstumo la ciudadanía estadounidense.

lunes, noviembre 13, 2006

LOS BRITÁNICOS SE ENSAÑAN CON LOS ZULUES

caudillados por Shaka, que los convirtió en un pueblo fuerte y poderoso, los zulúes ocupaban el sur de África a mediados del siglo XIX. Paradójicamente, la desaparición de ese imperio iba a ser una señal de la capacidad de expansión del Imperio Británico.

CUANDO, EN 1879, LA FUERZAS BRITÁNICAS se adentraron en Zululand para aniquilar a los ejércitos zulúes del rey Cethswayo, distaban mucho de iniciar una aventura colonial como la que llevaron a cabo los italianos en Adoua o los alemanes en Samoa. Se podía decir que su imperio era el más sólido de la época, pero también el que llevaba un período mayor de expansión ininterrumpida. En un sentido estricto, ésta se había iniciado a mediados del siglo XVI cuando la muy frágil —dinástica y politicamente— Inglaterra buscó una salida a la asfixia que podían imponerle españoles, franceses y holandeses mediante el establecimiento de una serie de colonias ultramarinas en América del Norte. Paradójicamente, fue la búsqueda de la libertad de conciencia el mayor acicate para que los ingleses se trasladaran al otro lado del océano y durante el siglo XVII la expansión colonial se escribió con los renglones predestinados del puritanismo. Presbiterianos y cuáqueros establecieron las bases de lo que luego sería Estados Unidos. y el puritano Cromwell asestó un golpe mortal a la marina holandesa del que no llegaría a reponerse nunca.
A comienzos del siglo XVIII, el Imperio Británico experimentó un extraordinario despegue. No sólo controlaba posiciones estratégicas de gran importancia, como Gibraltar y Menorca, sino que con el paso de las décadas se convirtió en la potencia colonial en la India y el Canadá tras vencer a los ejércitos franceses.
Ciertamente, el Imperio sufrió un golpe considerable cuando, durante el reinado de Jorge III, perdió las colonias de América del Norte conocidas a partir de entonces como Estados Unidos pero, desde la derrota de Napoleón en 18 15, el Imperio Británico experimentó un proceso de expansión sin precedentes e, igual que había sucedido con el imperio español, en este crecimiento se unieron razones económicas —fundamentalmente, la obtención de materias primas y mercados para sus manufacturas— e idealistas. De hecho, Gran Bretaña iba a convertirse en el terror de los tratantes de esclavos en todos los continentes y acabó consiguiendo, siquiera formalmente, la eliminación de este tráfico en todo el orbe.El reinado de Victoria I estuvo marcado precisamente por las contradicciones de estas visiones que abogaban tanto por la expansión como por los altos ideales.
Los resultados fueron, por ello, bien diversos, incluyendo desde la postura abandonista del liberal Gladstoni, que concluyó con la muerte de Gordon en la plaza sudanesa de Jartum, a la expansionismo, de Disraeli. Acabó imponiéndose esta última y, para la década de los setenta, era obvio que Gran Bretaña no sólo se iba a mantener en la India, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y un rosario de bases militares, que lo mismo se enclavaban en China que en territorio español o hispanoamericano, sino que ademas buscaba ampliar su expan.sión en Africa. De hecho, durante los años 1876-8, se habían producido en el sur de África una serie de guerras nativas cuya finalidad era contener el avance de los bóers sobre territorio indígena.
Los bóers eran descendientes de calvinistas holandeses y franceses que se habían asentado desde el siglo XVII en Suráfrica. Su asentamiento en el continente había transcurrido, en términos generales, sin problemas hasta la llegada de los británicos a mediados del siglo XIX. Deseando conservar su independencia, los bóers se adentraron en el continente y comenzaron a chocar con poblaciones como la de los zulúes, que habían experimentado una extraordinaria expansión en las décadas anteriores.El descubrimiento de minas de diamantes en Suráfrica despertó también la codicia de algunos funcionarios y hombres de negocios procedentes de Gran Bretaña. Sir Theophilus Shepstone, un funcionario ansioso de crear una confederación surafricana que sometiera a los bóers al dominio británico con el pretexto de protegerlos de los indígenas, y Sir Barde Frere, el nuevo gobernador de Ciudad del Cabo, se dedicaron entonces a idear la manera de extender el dominio de la Union Jack en zonas situadas más al norte del continente. El tirunfo de sus planes exigía dem anera indispensable la destrucción del imperio zulú, de modo que, durante 1878, Frere y Shepstone se dedicaron a conspirar para que estallara una guerra contra el rey zulú Cetshwayo. Pese a que éste mantenía una actitud pacífica., los dos británicos cursaron repetidos informes a la metr´poli en los que decía que era un tirano sanguinario y se insistía en que su ejército era una fuerza constante de enormes dimensiones, cuando la realidad es que sólo se movilizaba para situaciones de emergencia. Frere y Shepstone abrigaban el propósito de que una vez aniquilado el imperio, los hombres de Cetshwayo pudieran ser utilizados como mano de obra semiesclava en las granjas y las minas.
En enero de 1879, alegando que le rey de los zulúes se había negado a disolver su ejército, una fuerza britámica al mando de Lord Chelmsford invadió Zululand. A finales del mes, los zulúes obtenían una aplastante e inesperada victoria sobre los 1.200 hombres de Chelmsford en Isandiwana. Entre ellos y el imperio británico en Suráfrica se interponía tan sólo un regimiento de 139 soldados galeses—36 de ellos enfermos— acantonados en el cañón de Rorke y a las órdenes de los tenientes John Chard y Gonvifie Bromhead. El ataque zulú duró todo un día, pero las bajas de los hombres de Cethswayo resultaron tan numerosas que se vio obligado a ordenar la retirada. Once de los soldados británicos recibieron la cruz Victoria en recompensa a su valor, un acontecimiento que no tenía ni tendría paralelos en la historia. Frere y Shepstone fueron destituidos pero, al mismo tiempo, los británicos desencadenaron una ofensiva en toda regla contra los zulúes. El 29 de marzo de 1879, les causaron dos mil bajas en Kambula y en julio del mismo año, llegaron hasta Ulundi, la capital del imperio zulú.
Durante el mes de agosto, los británicos persiguieron incansablemente al rey Cetshwayo, que pretendía inútilmente mantener la resistencia pero que acabó siendo capturado y encarcelado. Con la desaparición del imperio zulú, los británicos pudieron dar por cerrado todo un ciclo histórico. Zululand quedó anexionada a la provincia británica de Natal; los bóers no tardaron en percatarse de que los británicos no estaban dispuestos a tolerar su existencia independiente y, al fin y a la postre, se vieron envueltos en una guerra contra ellos; y los zulúes, efectivamente, se convirtieron en mano de obra semiesclava durante prácticamente una centuria. Habría que esperar a mediados del siglo XX para que la potencia colonial británica se viera desafiada y derrotada.
César Vidal

domingo, noviembre 12, 2006

EL "MANIFIESTO COMUNISTA"FRENTE A LA BURGUESÍA

A LIGA DE LOS Comunistas encomendó a Marx y Engels, en 1847, la redacción de un documento programático que sería conocido como Manifiesto Comunista, que iba a tener mucha más influencia en el desarrollo posterior del socialismo que El Capital. El contexto en el que la obra iba a aparecer no podía ser más prometedor. En primer lugar, los autores tenían la conviccion de haber hallado un instrumento privilegiado para comprender la Historia de manera científica y ambos tenían la posibilidad de convertirse en los ideólogos oficiales del movimiento.
Desde las primeras lineas, el Manifiesto Comunista pretende conceder una importancia —que no se corresponde con la realidad— al movimiento comunista y, a la vez, erigirlo como poseedor de un mensaje redentor que se escuchará internacionalmente.
Tras la introducción,Marx y Engels trazaban los aspectos de su pretendida visión científica de la Historia. El más relevante era la concepción de ésta como historia de la lucha de clases que, en la época en que se escribia el Manifiesto, giraba en torno a la burguesía y al proletariado.
Tras índicar que la lucha de clases es inevitable y que el proletariado debe aniquilar a la burguesía para liberarse, Marx introducía el tema del Partido Comunista y su papel en este proceso histórico, afirmando que «los comunistas son la fracción más resuelta de los partidos obreros de todos los paises. Justo en ese momento del discurso, criticaba la cultura, el derecho, la familia y la patria, afirmando que éstos no eran sino conceptos que sólo pretendían perpetuar el poder de la burguesía y la explotación del proletariado. La meta del proletariado debía ser la de hacerse con el poder político y desde el mismo llevar a cabo una «violación despótica del derecho de propiedad».(Imagen Engels)
C.V.

EL LADO NEGRO DEL COMUNISMO


as cifras de víctimas de los regímenes comunistas son escalofriantes. Más de cien millones de muertos se han cobrado los sistemas represivos instaurados en China, URSS, Vietnam y Corea del Norte, variospaíses de África y Europa del Este, Camboya, Cuba y Nicaragua.


LAS CIFRAS HABLAN POR SÍ SOLAS, porque suman más de cien millones los muertos a causa de los sistemas represivos comunistas instaurados en diferentes naciones del mundo. Y eso que en estos datos —recogidos en El libro negro del comunismo— no están incluidos los fallecidos en hambrunas o en guerras de agresión, ni los exiliados, ni los presos políticos no ejecutados.
Son China y la URSS los países donde el comunismo se cebó más con su pueblo, con 50 y 20 millones de muertos respectivamente, seguidos de Vietnam y Corea del Norte (1 5 millones), Camboya (dos millones), Africa (dos millones), Europa del Este (dos millones), el Tíbet (1.300.000), Nicaragua (20 a 25.000) y Cuba (15 a 20.000).
Cuando las noticias referentes a las atrocidades de los Estados comunistas comenzaron a ser tan frecuentes y documentadas que no podían ser negadas indefinidamente, era una práctica común la de insistir en que tales conductas no nacían del pensamiento de Marx, sino de una deformación estalinista del mismo. Era una apología aparentemente coherente, pero, en realidad, ignorante de los propios escritos de Marx, comenzando por el Manifiesto. Stalin no hizo sino interpretar la partitura escrita por Lenin, pero éste, a su vez, se limitó a transitar por las vías trazadas por Marx. El mensaje apocalíptico de éste ya había dejado de manifiesto que los comunistas sustituirían la visión de los proletarios por la suya propia; que se apoyarían en otros partidos de izquierda para llegar al poder y luego, instalados en el mismo, eliminarlos; que procederían a liquidar a los opositores y que implantarían una dictadura regida por el sector «más consciente» de la sociedad.De esa manera, ciertamente cambió la Historia, pero en lugar de la consumación feliz que millones esperaron, sólo creó un espectáculo digno de los peores horrores imaginados por Dante.
De manera nada sorprendente, Marx no sólo fue nefasto en sus planteamientos para el proletariado, sino también para la gente que le rodeaba. Uno de sus apologistas más recientes, Wheen, ha reconocido que era «un tremendo fanfarrón y un sádico matón intelectual». Entre las víctimas de sus ataques acerados —no pocas veces injustificados—, figuraron sus compañeros del movimiento socialista, los amigos, los judíos —fue un antisemita implacable durante toda su existencia— y los que le prestaban dinero.
PERO, SIN DUDA, QUIEN MÁS PADECIÓ fue su familia. No sólo su esposa tuvo que llevar una vida que sobrecogería hoy a cualquier mujer de mente abierta, fuera de izquierdas o de derechas, sino que los hijos del matrimonio parecieron tocados por una maldición que los arrastró al suicidio o al trastorno mental. Unicamente un vástago de Marx se libró de ese sino desdichado, el bastardo al que no reconoció y con el que nunca llegó a encontrarse.
En vida, Karl Marx no gozó de gran influencia, en parte por su carácter despótico, en parte porque sus planteamientos resultaban discutibles para muchos dirigentes obreros y, en parte, porque las alternativas ofrecidas por éstos gozaron de mayor predicamento.
Aunque pueda sorprender a la vista de las dictaduras comunistas del siglo XX, lo cierto es que tal situación no debería sorprender si se consideran los hechos objetivamente. Para empezar, como pronóstico del futuro inmediato, las lineas redactadas por Marx y Engels resultaron fallidas. A más largo plazo, sucedió lo mismo con la visión científica que Karl Marx y Friedrich Engels afirmaban haber descubierto.
Durante décadas, los países capitalistas más avanzados no sólo alejaron el fantasma de una crisis que provocara el desplome del sistema, sino que acabaron por primera vez, en la Historia con el trabajo infantil y lograron no sólo que las clases medias no se proletarizaran, sino que buena parte del proletariado se convertiera en clase media.
Los países que habían adoptado como auténtico dogma de fe los principios marxistas acabaron asistiendo uno después de otro, al final del sistema por su propia incapacidad para atender buena parte de las cuestiones sociales que el mismo pretendía resolver de manera definitiva. Al fin y al cabo, sus trabajadores habían estado sufriendo un nivel de vida muy inferior al de aquéllos que se encontraban integrados dentro de los países llamados capitalistas.
PROFECÍAS NO CUMPLIDAS
El triunfo de la revolución proletaria en 1848
Primer éxito de la misma en Alemania o Gran Bretaña
Empobrecimiento de la clase trabajadora
Desaparición de la clase media
Empeoramiento de las condiciones laborales
Concentración de la propiedad en menos manos

FUENTE: El libro negro del comunismo, de Nicolas Werth Stephane Courtois. Ed. Planeta-Espasa. Madrid, 1998.Más de cien millones de muertos se han cobrado los sistemasrepresivos instaurados en China, la URSS, Vietnam y Corea del Norte, varios países de África y Europa del Este, Camboya, Cuba y Nicaragua.

EL EMPECINADO LLEGA A EL PARDO Y HACE HUIR A JOSÉ I

os guerrilleros fueron la pesadilla de Napoleón. Era un ejército ágil, disperso, desorganizado, que lanzaba ataques fulminantes y desaparecía luego,ndiéndose con el paisanaje. Uno de sus jefes, el Empecinado, burló a los 20.000 franceses que defendían Madrid, llegó a El Pardo e hizo huir a José Bonaparte.

EN 1810, EL REY JOSÉ I se vió obligado a huir, «en camisa», cuando una partida guerrillera irrumpió en el palacio de El Pardo. Eran sólo 500 jinetes, que habían logrado infiltrarse en las líneas enemigas, desde su base de operaciones de Guadalajara, Habían burlado a 20.000 franceses que defendían Madrid y, rápidos como un relámpago, se habían presentado en el mismísimo palacio real. Dirigía a aquel comando montado Juan Martín el Empecinado, uno de los más osados y eficaces adalides de la guerrilla.
Al día siguiente otra partida guerrillera, del grupo de el Empecinado, aún mucho más reducida (30 jinetes) entró en Madrid, matando y acuchillando franceses. Luego desapareció.
La hazaña del Empecinado es un elocuente ejemplo del modo de actuar de la guerrilla. Pegados sobre el terreno, supliendo con movilidad y rapidez la inferioridad de medios y efectivos, los guerrilleros fueron erosionando las divisiones napoleónicas.
Con el tiempo, llegaron a adquirir un poder creciente,debido a la capacidad de convocatoria que tenían sobre el pueblo, que era la cantera de recursos humanos de la que se nutría. En febrero de 1812, el ejército de Francisco Espoz y Mina inmovilizó en la montañas del este de Navarra a la mejor fuerza contrainsurgente de Napoleón, los Infernales del general Soulier. Los 4.000 hombres de Mina, la formación guerrillera más colosal de España, atacó a los 2.000 soldados de Soulier cerca de Sangüesa. Dos años antes Mina habría dudado, incluso con una ventaja de dos a uno, en hacer frente a los veteranos franceses. En 1 8 1 2, sin embargo, las tropas de Soulier habían perdido gran parte de su capacidad disuasoria. Los navarros estaban tan acostumbrados a entablar batalla contra fuerzas superiores que cuando llegaba la oportunidad de enfrentarse a un número igual o inferior era, según se jactaba Mina, como llevar a sus hombres de fiesta.
Muchos de los guerrilleros que hicieron frente a las tropas napoleónicas ya tenían experiencia cuando la invasión de 1808. Juan Martín, que por su arrojo ganó el sobrenombre de el Empecinado, se había alistado a los 1 7 años en el regimiento de caballería del rey al comenzar la guerra entre España y Francia en 1792. Su valentía y dotes de mando se hicieron tan famosos que el general Ricardos le hizo su ayudante. Pero el honor de galopar tras el general no le compensaba de participar en la lucha.
El joven dragón pidió permiso para separarse del Ejército y formar su propia cuadrilla con camaradas oriundos, como él, de la Ribera del Duero. Con ellos comenzó a operar en Cataluña, molestando cuanto podía al enemigo, pero la paz le obligó a retirarse a su pueblo natal, en la provincia de Valladolid. Cuando la monarquía borbónica abandonó el país y el Estado se disolvió en juntas locales, Juan comenzó a reunir partidarios y atacar convoyes.
Otros jefes hacían lo mismo por Sierra Morena, las montañas de Navarra o el norte de Burgos y Soria. Siempre sujetos a la autoridad de la junta provincial y limitados por un radio de acción escaso para no alejarse de su lugar de origen, los guerrilleros carecían de una estrategia común. Así, cuando en 1811 el capitán general de Valencia pidió al Empecinado que atacase la columna del mariscal Suchet para impedir la toma de la capital, el castellano no pudo hacerlo porque la Junta de Guadalajara se lo impidió.
Por entonces, el Empecinado mandaba el temible Batallón de Tiradores de Sigüenza, una fuerza de tres mil hombres tan efectiva como poco disciplinada. El jefe les exigía acantonarse todos juntos, vivaquear como un ejército y marchar en formación. Los voluntarios se negaron y desertaron en masa.
Otro tanto le ocurría al cura Merino. Astuto, sobrio, cruel, excelente jinete, Merino dejaba a sus hombres en el campamento cada noche y luego se alejaba por los riscos de Lerma y sus cercanías con sólo dos ayudantes. A mitad de camino, ordenaba a los secretarios dejarle solo y seguía ascendiendo con su caballería. Cuando encontraba un repecho, al abrigo de un saliente o una cueva, desmontaba, sacaba una cazoleta y una pastilla de chocolate y se hacía su colación diaria. Lueg dormía placidamente donde nadie podía encontraelo. Así pasó la guerra y no conoció la derrota. Su nombre inspiraba mayor temor que cualquier mariscal de Napoleóm.
FRANCISCO ESPOZ E IRUNDÁIN cambió su segundo apellido por el de Mina, en honor del jefe guerrillero Javier Mina, sobrino suyo. Con su partida asoló las tierras navarras cometiendo unas atrocidades precursoras del terror carlista o etarra. Enterraban vivos a los franceses con la cabeza fuera para jugar macabras partidas de bolos hasta destrozarles el cráneo. O torturaban, empalaban, untaban de pez y paseaban desnudas y enjauladas, con cartelones insultantes, a las mujeres que habían osado casarse con un francés.
Frío y despiadado, Mina se empleó a fondo tambien con sus rivales y los fue eliminando a todos: Echevarría, Eguaguirre Sádaba y el cura Ujué. A su debido tiempo, él también recibió lo suyo. Capturado a traición en Estella, fue fusilado en el monasterio de Irache. (Imagen, el Empecinado)
Ignacio Merino

LA INTERVENCIÓN BRITÁNICA DECIDE EL CURSO DE LA GUERRA

OS FACTORES AYUDAN A EXPLICAR LA DERROTA de Bonaparte en España, en la última fase de la contienda (1812-13): la atención y las energías que el emperador tuvo que dedicar a Rusia y la intervención británica en la Península Ibérica.
En 1812, la guerra daba un giro brusco, Napoleón invadía el imperio de los zares y se veía obligado a concentrarse en una diflcil campaña, que le exigía destinar cuantiosos efectivos. España había dejado de ser objetivo bélico prioritario de París.
Paralelamente los ingleses, comandados por el duque de Wellington, hacían más efectiva su presencia en la contienda, desde su base de operaciones de Portugal. Los franceses se veían obligados a abandonar la meseta de Castilla la Vieja tras algunas derrotas, entre ellas la más notable la de los Arapiles el 22 de julio de 1812. José I abandonaba Madrid y el general Soult levantaba el asedio de Cádiz. Allí cobró fama la canción de sus mujeres: «Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen las gaditanas tirabuzones». Parece que las bombas francesas se asemejaban a los utensilios que usaban las mujeres para rizar su cabello.
El duque de Wellington se había convertido en el jefe de operaciones de las tropas británicas en España, tras la muerte del general John Moore en LaCoruña. Tras la batalla deTalavera lanzó una ofensiva contra Ciudad Rodrigo (1812), plaza que tomó, por lo que le fue otorgado el ducado del mismo nombre. A continuación fue puesto al frente del mando único del Ejército aliado anglo-hispano-portugués, y fue entonces cuando ganó la batalla de los Arapiles (Salamanca) y entró en Madrid.
Tras volver a su cuartel general en Portugal y pasar en sus bases el invierno de 1812, Wellington lanzó una nueva ofensiva en 1813 contra los franceses, Aquella fue la puntilla para el Ejército napoleónico. Las batallas de Vitoria y San Marcial (cerca de Irún) fueron decisivas para precipitar la salida de los invasores y el fin de la guerra. Las últimas tropas abandonaban el territorio español el 4 de julio de 1814 desde Figueras.
Wellington persiguió a los invasores en territorio francés, pero si no obtuvo más éxitos fue porque no convenía a Gran Bretaña que España se sentara en la mesa de los vencedores en el Congreso de Viena. Es decir, que los ingleses utilizaron la plataforma de la Península Ibérica para asestar un golpe mortal a Bonaparte, pero a la hora de adjudicar la gloria, minimizaron la decisiva contribución española.Dicho lo cual, hay que subrayar que sin el apoyo británico la contienda se hubiera prolongado más tiempo. El 6 de abril de 1814 había abdicado Napoleón y Fernando VII, liberado tras el Tratado de Valençay, en diciembre de 1813, recuperaba la Corona sin la intervención de las Cortes.(Imagen de Wellington).
M.I.C.

ZARAGOZA RESISTE

OS CRUENTOS ASEDIOS SUFRIÓ Zaragoza a lo largo de la Guerra. El primero en 1808 y el segundo en 1809. La capital aragonesa fue diezmada por las baterías francesas durante 2.200 días.
El primer asalto se produjo en junio de 1808, cuando el general Lefebvre llegó a la ciudad con 15.000 hombres. Había derrotado al general Palafox en Alagón, obligándole a replegarse hacia Zaragoza. El sitio se prolonga durante mes y medio. En los combates destaca por su heroísmo una mujer, Agustina de Aragón. La ciudad opone una férrea resistencia, y Palafox consigue salir y volver con nuevos efectivos. Todo ello obliga a los napoleónicos a levantar el asedio el 14 de agosto. Los españoles han perdido 2.000 hombres y los franceses, 4.000.
No tardarán los invasores en volver a la carga. Zaragoza es un importante nudo de comunicaciones y los franceses quieren tomarlo a toda costa. El 21 de diciembre, las baterías de Bonaparte machacan de nuevo las murallas de la ciudad. Palafox consigue sostenerla, gracias a nuevos refuerzos (30.000 hombres) y armas (160 piezas de artillería). Pero el implacable cerco francés se estrecha sobre Zaragoza, debilitada por los fantasmas del hambre y de las epidemias. En febrero de 1809 se combate casa por casa. Pero de nada sirve el heroísmo de paisanos y soldados. El día 20, la ciudad se rinde 50.000 españoles han caido en la batalla. Años después, Fernando VII concedería a la ciudad los títulos de Muy Noble y Muy Heroica.
Danuel Serrano

viernes, noviembre 10, 2006

CONTRAESPIONAJE

lgarbani identifica a uno de los agentes del SIPM más activos, con el nombre de Otero. Llegó a instalarse en el Peñón donde afamó como comerciante de alhajas, aunque fuese una tapadera para ejercer como «uno de los puntales más firmes del Servicio». «Los servicios de contraespionaje —añade— también actuaban desde Gibraltar en la zona, de esta forma se reciben noticias de lo que se está haciendo en territorio del Campo de Gibraltar sobre fortificaciones y también del cemento y cañones que han sido desembarcados en la estación de San Roque. El SIPM parece encontrar al enlace de la Estación de San Roque y a otro enlace en el vapor de Algeciras, este último maquinista».
Un hidroavión biplano inglés fue detectado sobre la vertical de la batería de Punta Carnero, a principios de 1939, pero el incidente se zanja con una disculpa oficial del gobernador de Gibraltar, Ironside. A un maestro armero inglés, llamado Juan Chestman, lo pillaron infraganti, tomando fotografías y apuntes, en el Cortijo La Pólvora, en las cercanías de la Estación de San Roque. No resultaba nada extraño si se tiene en cuenta que las autoridades inglesas poseían fotografías de cinco baterías españolas, tomadas por aviadores y por agentes del Intelligence Service.
A medida que avanzaba 1939, empezó a ampliarse el campo de aviación de Gibraltar sobre terrenos del antiguo hipódromo. Se da la paradoja de que entre los obreros que estaban construyéndolo, figuraban los gruístas del puerto, algunos de los cuales habían sido fichados como informadores del SIPM y su profesionalidad era tan disputada que las autoridades franquistas pretendían usarlos para las fortificaciones de la costa española. El problema estribaba, según Algarbani, en que no terminaban de fiarse: si estaban espiando a los ingleses a sueldo del Ejército español, podían espiar a los españoles con cargo a Su Graciosa Majestad.
La luna de miel entre el Reino Unido y España iba dando las boqueadas y los diez mil ingleses o gibraltareños con pasaporte británico que vivían en el Campo de Gibraltar empezaron a tener problemas a la hora de obtener salvoconductos, un trámite cada vez más restringido y sujeto a intrincados controles que limitaban su circulación por algunas zonas, como las carreteras de La Almoraima y la de Castellar, donde podían ser testigos presenciales de movimientos sospechosos del Ejército español. Los filtros de los carabineros canalizaban su paso hacia la carretera de San Roque y se les impedía tomar la carretera del Zabal, que atravesaba Sierra Carbonera y cuyo uso se reservó a fines militares. Al mismo tiempo, la nueva España expropiaba las fincas de dueños extranjeros en Campamento y Puente Mayorga, una práctica que concluyó con la prohibición expresa de que ciudadanos que no fueran españoles pudiesen contar con propiedades inmuebles en el lado español de la frontera, en base a un decreto posterior que no se derogó hasta la promulgación de la Constitución de 1978. Una de las principales dificultades de este dispositivo estribaba en una finca de Guadacorte, propiedad de extranjeros a los que se terminó por dificultar el acceso a su propia heredad. Un sinfín de controles jalonaba el camino entre Cádiz y Málaga o el que llevaba de Algeciras a Jerez, a través de una tupida selva de alcornocales.
Todos los ojos eran pocos para vigilar aquel confín donde los tambores de guerra no habían dejado de sonar: desde El Toril y la Estación de San Roque hasta el Higuerón, desde Guadiaro a Chullera, se pretendía blindar el paso de vehículos y personas, para que nada ni nadie escapase al control de policías y militares españoles.
Juan José Tellez. Gibraltar en el tiempo de los espías.

martes, noviembre 07, 2006

CÁDIZ 1812:GERMEN PRECOZ DE NUESTRA DEMOCRACIA

spaña dio un paso de gigante al otorgarse una Constitución, nacida de una insurrección popular y sustentada en ideales patrióticos y reformistas. Era el germen de la democracia y la cristalizacíon de liberalismo.
LA TEMPRANA PRESENCIA DE ESPAÑA en la Historia del Constitucionalismo (el quinto país del mundo que se otorga una constitución escrita) es el fruto de la irrupción de un poder constituyente, de base popular, pero sólo se explica por los esfuerzos de la centuria anterior, el Siglo de las Luces, para superar la decadencia y acceder a la modernidad. Los españoles se enfrentan a la invasión napoleónica y al sometimiento del poder central con formas espontáneas de organización politica, cuya dispersión no es obstáculo para coincidir en la defensa común y en la recomposición de la unidad. La insurrección popular aglutina dos sectores bien diferentes: el tradicionalista, predominante en el ámbito rural, bajo la influencia del clero, y el de la intelectualidad burguesa de ideas avanzadas. Pese a tales diferencias, la constitución de la monarquía fue posible porque, después de los profundos cambios del siglo XVIII, ni los más proclives a la defensa del Antiguo Régimen desconocían la necesidad de reformas, ni los más liberales renunciaron a preservar ciertos principios.
Las Juntas Provinciales, que habían recogido el poder abandonado, configurándolo en formas diversas, lo pusieron en manos de una Junta Suprema Central, que, el 25 de septiembre de 1808, formaron en Aranjuez 35 miembros representantes de las Provinciales (uno por la de Canarias y dos por cada una de las restantes), bajo la presidencia del ya octogenario Floridablanca. Renunciando al concepto tradicional de estamentos, el 1 de enero de 1810 la Junta Central, instalada ya en la Isla del León —hoy San Fernando-, aprueba el Decreto de Convocatoria para la constitución de una Cámara de carácter único, que debía elaborar y aprobar una Ley Fundamental y estaría formada por representantes de la nación, incluidas las colonias de ultramar. Para la designación de diputados, la convocatoria establecía un sistema electoral de tercer grado y de carácter censitario. La Junta decidió disolverse entonces y designar un Consejo Supremo de Regencia, que quiso desconocer la convocatoria, pero terminó respetándola. La impropiamente llamada Constitución de Bayona fue determinante en la rapidez con que se sucedieron las decisiones posteriores, por la convicción de que había que disponer de un texto constitucional frente al otorgado por Napoleón en 1808. Las circunstancias dificultaban y en algunos casos impedían el desarrollo del proceso electoral, por lo que fue necesario cubrir las ausencias y retrasos con suplentes que, designados entre las minorías más inconformistas concentradas en el reducto sitiado, serían decisivos en la conformación de la mayoría liberal, luego debilitada con la incorporación de los titulares.
Las Cortes de Cádiz se constituyeron el 24 de septiembre de 1810, en la Isla del León, con 296 de los 300 diputados previstos, 220 por la Península y 80 por las provincias ultramarinas. La mayor parte procedían de las capas medias burguesas: eclesiásticos (90), abogados (56), funcionarios (49), militares (39) y catedráticos de Universidad (15). La presencia de la alta nobleza y de las capas populares fue insignificante. A pesar de que los eclesiásticos copaban casi un tercio de la Cámara, nunca actuaron con carácter estamental. Por el contrario, se enfrentaron en radical antagonismo, alineándose unos con los liberales, entre cuyas figuras más eminentes 4 destaca el diputado por Badajoz Muñoz Torrero, y otros, como el obispo de Orense, Pedro de Quevedo, con los más irreductibles inmovilistas.
Anticipando el cambio, el contenido del discurso inaugural, que pronunció Muñoz Torrero, fue votado en forma de ley (ahora se podría equiparar a la Ley para la Reforma Politíca de 1977) que reconocía a Fernando VII como único rey legítimo, atribuía a los diputados reunidos en Cortes la representación de la nación y la soberanía nacional, establecía la separación de poderes y otorgaba inviolabilidad a los diputados. Hay que añadir otras leyes que, desde el primer momento y paralelamente al debate constitucional, fueron aprobando las Cortes para suprimir los señoríos jurisdiccionales, el Tribunal de la Inquisición, los gremios y ciertos privilegios de estamentos. También se estableció por ley la libertad de imprenta y la competencia de las Cortes para aprobar el presupuesto del Estado, anticipando, con todo ello, la vigencia del nuevo régimen. En diciembre de 1810 fue designada la Comisión encargada de redactar el proyecto de Constitución, que comenzó a debatirse, ya en la ciudad de Cádiz, en agosto de 1811 y fue promulgada el 19 demarzo de 1812.Los precedentes, notorios, son diversos. La influencia del primer constitucionalismo revolucionario francés no impide afirmar que la Constitución de Cádiz sólo aceptó a beneficio de inventario la francesa de 1 791. La mayor parte de los liberales españoles preferían la organización política inglesa, con su contrapeso de poderes, y la protección de la libertad desde un enfoque individual. Es cierto que no consiguieron imponer el sistema bicameral ni matizar la separación de poderes para hacerla más viable. Pero no puede negarse el impacto del pensamiento liberal inglés ni, más concretamente, el de las Sugerencias sobre las Cortes, que había escrito Lord Holland y había traducido Toreno, quien, valga como ejemplo, apoyó su defensa de la abolición de los gremios en argumentos de Adam Smith.
TAMBIÉN ESTUVO presente el espíritu de la Constitución americana que, fruto de una revolución más política que social sitúa en primer plano la protección contra los abusos de poder.Finalmente, es notoria la expresa reindivicación de nuestro pensamiento político clásico y de "la antigua y venerable Constitución de España", defendida por Jovellanos, el adalid de la moderación y de la concordia en las Cortes de Cádiz, y asumida por los liberales para "restablecer las leyes que habían convertido a nuestros antepasados en hombres libres".
Los fundamentos del nuevo régimen constitucional y del ideario del primer liberalismo español están contenidos en el discurso de Agustin argüelles, que precede a la extensa Contitución de 1812, cuyos 384 artículos, agrupados en diez títulos, tienen un claro predominio de normas orgánicas. Más de 300 artículos están dedicados a las Cortes, el rey y sus secretarios de Estado, la administración de Justicia, las diputaciones y los ayuntamientos.Partiendo de una estricta separación de poderes, se instaura la elegibilidad de los ayuntamientos, se establece el sufragio universal y se suprime el mandato operativo, importante innovación que atruibuye a los diputados la representación de la nación. Se garantiza la igualdad de todos los españoles ante la Ley, sin exclusiones ni privilegios, y se asegura la distribución equitativa de los gastos del Estado, estableciendo una caja única y una fiscalidad común.
Se reconoce, además, la libertad de contratación y la libre disposición de la propiedad privada, suprimiendo mayorazgos y vinculaciones. Se configura un Estado unitario, del que desaparecen aduanas interiores y viejos fueros territoriales, anteponiendo los derechos de los españoles a los históricos de cada reino. La proclamación de Argüelles («formamos una Nación y no un agregado de naciones»), apenas suscitó más polémica que la originada por la implantación del modelo departamental francés.
SE INTRODUCE EL SERVICIO MILITAR obligatorio y se encomienda a la Milicia Nacional la defensa de la Constitución. Se instituye la primera enseñanza, al alcance de todos. Tampoco falta, aunque se haga de forma dispersa, el reconocimiento de ciertos derechos individuales, garantías procesales, inviolabilidad del domicilio, con innovaciones tan importantes como la libertad de imprenta, primera formulación de la libertad de expresión. En el debate de esta última, apenas un mes después de constituidas las Cortes, se perifila la agrupación de diputados por tendencias: la mayoría que defendió la propuesta conforme el grupo de los liberales, utilizando por primera vez el término en sentido político, y atribuyó a la oposición el poco grato apelativo de serviles.
Con la vuelta de Fernando VII y el apoyo de casi un tercio de los diputados, partidarios de acabar con el proceso de reformas liberales, la Constitución fue derogada el 10 de marzo de 1814, sin que el aislamiento de Cádiz y las circunstancias de la guerra hubieran permitido apenas comenzar a aplicarla.Se repiten insistentementelos intentos de restablecerla(acaso se deba destacar el de Díaz Porlier) hasta que,al fin,el 10 de marzo de 1820, tras el pronunciamiento de Riego, se inicia el trienio liberal, en el que se desarrolla, con moderación, pero con notable eficacia, el régimen instituido en Cádiz. La hostilidad de Europa toma cuerpo en el congreso de Verona(1822) que condena el principio representativo, como incompatible con la monarquía, y encomienda a Francia la tarea de destruir la revolución en España y Portugal. Consumada la nueva invasión por los cien mil hijos de San Luis, el 1 de octubre de 1823 se inica la década omniosa, a la que siguió El Estatuto Real de 1834 y un efímero restablecimiento de la Constitución liberal de 1836.
No llegó a seis años, en tres períodos discontínuos, la difícil andadura de la Constitución de Cádiz, segada por la irreductibilidad de algunas de las diferencias que dividian a la nación y, especialmente, como se lamentaba Quintana en carta a Lord Hofland, por «la repugnancia invencible que el rey sentía por el gobierno constitucional y su disposición siempre constante a cooperar con cuantos tratasen de destruirlo».
A pesar de todo, allí estaba el germen precoz de nuestra democracia, cristalización del liberalismo español, y en buena medida del europeo que, convertido en símbolo mítico, deja una profunda huella en la Historia de nuestro constitucionalismo y extiende su influencia por toda Europa y por las nuevas naciones de la América Hispana.
Gabriel Cisneros

PRIMER ATENTADO CON BOMBA-LAPA

apoleón salvó la vida por dos segundos, el 24 de diciembre de 1800,cuando, al paso de su carroza, estalló una carreta que tenía amarrado un barril de pólvora. El atentado se saldó con 20 muertos.
EL 24 DE DICIEMBRE DE 1800, la Ópera daba una representación de La Creación de Haydn y Bonaparte anunció que estaría presente, junto con toda su casa, en este magnífico oratorio. Yo estaba de servicio, pero, como el primer cónsul iba a asistir a la ópera, supe que no sería de necesidad en el castillo y decidí, por mi cuenta, acudir al teatro Feydeau, ocupando el palco que madame Bonaparte nos autorizaba y que se hallaba situado debajo del suyo. Cuando la comitiva llegó a la mitad de la calle Nicaise, la escolta que precedía el carruaje encontró el camino obstruido por una carreta, que parecía haber quedado abandonada, y en la que se halló un barril fuertemente amarrado con cuerdas. El jefe de la escolta ordenó que se apartara la carreta a un lado de la calle, y el cochero del primer cónsul azuzó vigorosamente los caballos que salieron disparados como el rayo.
Apenas habían transcurrido dos segundos cuando el barril que había en la carreta estalló ocasionando una terrible explosión. Ninguno de los escoltas del primer cónsul murió, pero varios resultaron heridos; y las pérdidas ocasionadas a los vecinos de la calle y a los transeúntes que se hallaban cerca de la horrible máquina fueron mucho mayores. Más de veinte resultaron muertos y más de sesenta seriamente heridos.
Todas las ventanas de las Tullerías se rompieron y muchas casas se vinieron abajo. La totalidad de las de la rue Nicaise e incluso algunas otras sufrieron graves daños. Los cristales del carruaje del primer cónsul quedaron convertidos en añicos.
Napoleón se salvó por los pelos. Si el cochero del primer cónsul hubiera conducido con menos rapidez, todo habría acabado para su sueño. (...)
El primer cónsul entró en la ópera, donde fue recibido con aclamaciones tumultuosas, contrastando la inmovilidad de su rostro con la palidez y la agitación del de madame Bonaparte, que había temido no tanto por sí misma como por él.
DESPUÉS DE ESTA LAMENTABLE CATÁSTROFE que tanto pesar produjo en Francia y tanto luto en muchas familias, toda la Policía se movilizó en la búsqueda de los autores de la conspiración. Ni siquiera el nombre del más humilde de sus sirvientes se vio mezclado en conspiraciones criminales contra una vida que era considerada tan valiosa y gloriosa.
El ministro de Policía sospechaba que los realistas habían llevado a cabo este atentado, pero el primer cónsul lo atribuyó a los jacobinos, porque ya eran culpables, según él, de crímenes igualmente odiosos.
Se detuvo a 130 hombres de entre los más destacados de este partido, sobre la base de la mera sospecha, y sin ningún tipo de juicio. Ahora es sabido que el descubrimiento, proceso y ejecución de St. Régent y de Carbon, los verdaderos criminales, demostraron que las conjeturas del ministro eran más exactas que las del jefe de Estado.
El 4 de Nivoso, al mediodía, el primer cónsul celebró una gran revista en la plaza de Carrousel, donde se reunió una muchedumbre innumerable de ciudadanos para verle y también para darle testimonio de afecto por su persona.Por aquel entonces, el primer cónsul era amado no sólo por sus hechos militares, sino todavía más por la esperanza de paz que había proporcionado a Francia, una esperanza que iba a materializarse muy pronto.

CONSEJOS PARA LIBRARSE DE LA MILI

uando el servicio militar sólo era el prolegómeno de una guerra donde miles de jóvenes morían a diario, lo normal era buscar excusas para no ir.
FORMAR PARTE DEL EJÉRCITO ERA DURO. Conocer el mundo a costa de largas y extenuantes marchas, no volver a ver a la familia y a los seres queridos en lustros e, incluso, perder la vida era lo único que ofrecían las filas napoleónicas. Por eso, el ingenio de muchos jóvenes se agudizó, buscando maneras de librarse del reclutamiento. De esta forma, se consumaron muchos matrimonios prematuros. Casarse era una solución fácil, si se tenía novia no había que darle muchas vueltas y si, por el contrario, uno se encontraba «soltero y sin compromiso», siempre podía recurrir a sus encantos para tratar de conquistar a una solterona o una viuda. Y, aunque parezca mentira, todavía hoy existen muchos registros matrimoniales en los que figuran enlaces llevados por muchachos de 20 años y señoras de más 60. A propósito de registros, hay que decir que en los censos fechados en las épocas en las que se llevaban a cabo las levas militares se puede detectar un considerable aumento de la natalidad. Y los recién nacidos también suponían un «pasaporte» para la excedencia.
Entre estas causas «provocadas» para librarse de la guerra, existían otras más dolorosas, como la automutilación. Así, muchos de estos «insumisos» procedieron a cortarse los dedos índice de las manos o a arrancarse todos los dientes de la boca. ¿El motivo? Sin el dedo índice no se podía disparar el fusil, arma que en esta época cobra especial importancia y, sin los dientes, resultaba imposible preparar los cartuchos de pólvora. Pero las autoridades no tardaron en darse cuenta del embuste y, de esta forma, muchos tullidos por voluntad propia fueron destinados a los cuerpos auxiliares, es decir, no se libraron de la guerra.
Con el sistema de reclutamiento impuesto por Napoleón, tras las levas se procedía a realizar un sorteo en el que se determinaban los excedentes de cupo. Generalmente no sobraba mucha gente y, por eso, era vital obtener un número muy alto en esta especie de rifa militar, ya que así uno se aseguraba dicha excedencia. Pero esto no siempre resultaba y eran realmente muy pocos los que conseguían librarse gracias a la suerte. Por eso, muchos optaron por comprarla, obteniendo números altos gracias a los sobomos.Y es que el dinero podía asegurar el no ir a la guerra. De este modo, un método «legal» para librarse era el denominado «reemplazo». Este sistema, que estaba sólo al alcance de los más pudientes, consistía en que el rico en cuestión, que previamente había sido reclutado, mandaba a la guerra a un sustituto al que, por sus servicios, había pagado una gran cantidad de dinero.
Si todo lo anterior resultaba inútil y al joven no le quedaba más remedio que ir a la guerra, todavía podía desertar. Si era descubierto y no moría fusilado tras ser encontrado traidor en el pertinente consejo de guerra, el joven insumiso tendría que soportar durante toda su vida el estigma de cobarde. Pero a fin de cuentas, tal y como reza el dicho, «las tumbas están llenas de valientes».

lunes, noviembre 06, 2006

LA LEGIÓN DE HONOR

onaparte fundó la Legión de Honor en 1802. Contaba con varios grados:gran águila, grandes oficiales, comandantes, oficiales y legionarios. Fue concedida a toda clase de personas: escritores como Goethe, artistas como David o simples grognards. Este apelativo, que significa gruñón, era el que cariñosamente daba Bonaparte a sus veteranos, siempre murmurando por las penalidades del servicio pero leales y esforzados en las batallas. Decía que en ellos estaba la clave de la victoria. La Legión de Honor se aproximó a las antiguas órdenes de caballería, especialmente a la de San Luis, y, cuando el 11 de julio de 1804 se creó su insignia, tuvo la misma forma y la cinta el mismo color.

EL DECLIVE DE LA CABALLERÍA

rusia creó la mejor infantería de la época y Francia revolucionó la artillería. El artífice de aquella transformación fue Gribeauval, quien asignó a cada pieza tareas diferentes según fuera de campaña o de sitio, aligeró las piezas de campaña, acortando y adelgazando el cañón, y separó la cureña del avantrén, lo que dio más maniobrabilidad al conjunto. Reforzó la red de escuelas militares de artillería creadas a principios de siglo, donde se impartía una formación técnica basada en las matemáticas, la física y el dibujo industrial. Aquella nueva artillería podía realizar hasta dos disparos por minuto con un alcance comprendido entre los 600 y los 1.000 metros.
El desarrollo de la artillería y la infantería relegaron a un papel secundario a la caballería, cuyas misiones principales pasaron a ser los golpes de mano y los ataques rápidos por los flancos.
Pero a pesar de todos los cambios técnicos y tácticos, la guerra continuaba siendo un enfrentamiento entre gentilhombres. El honor, y no sólo la victoria, guiaban a los reyes y oficiales, que trataban con dignidad y benevolencia a los prisioneros de su rango, aunque no sucedía lo mismo con los soldados. La Revolución iba a provocar un cambio radical en aquella concepción de la guerra. La lucha entre los revolucionarios y los ejércitos realistas no era fruto de apetencias territoriales o del simple deseo de batirse, sino que estaba motivada por un enfrentamiento entre concepciones políticas opuestas. El honor y las normas caballerescas iban a ser olvidados en aras a la efectividad y la victoria.

LEDY HAMILTON


mma Lyons nació el 26 de abril de 1763. Hija de un herrero, trabajó de sirvienta y verdulera. Para lograr la liberación de un primo suyo, alistado por la fuerza en la Armada, se hizo amante del teniente de navío John Payne, quien le proporcionó alguna información. Una vez cansado de ella, el oficial obtuvo un embarque y se la cedió a sir Harry Fetherstonehaug. Al arruinarse éste, Emma Lyons buscó un nuevo amante que la mantuviera, al que abandonó para irse con Charles Greville, quien a su vez se la cedió a su tío, William Hamilton, embajador de Gran Bretaña en Nápoles. Allí intimó con la reina y ocupó el primer puesto de la sociedad napolitana. Nelson conoció a Emma Hamilton durante su primera estancia en Nápoles, pero su relación no se inició hasta 1798, tras la victoria de Abukir y la participación de los británicos en la política napolitana. El almirante británico se encontraba totalmente dominado por su amante, y su vergonzoso comportamiento —al permitir la ejecución de los patriotas rendidos a cambio de respetar su vida— se debió, en parte, a las presiones de Emma Hamilton.

NAPOLEÓN REVOLUCIONA EL ARTE DE LA GUERRA

poleón Bonaparte se erigió, a final de siglo,en el general más competente de Europa, gracias a sus innovaciones en la técnica y la estrategia. La introduccíón de la infantería, caballería y artillería ligeras y el desarrollo de la intendencia y el mando pusieron la base de sus rotundas victorias.
EL GENERAL BONAPARTE, veterano de las campañas de Italia y Egipto, ya había dejado de manifiesto que era mucho más que un aprovechado alumno de los maestros militares franceses. Aunque educado según los principios de Lazare Carnot y de los hermanos DuTeil que tanto le ayudaron en los primeros pasos de su brillante carrera militar, el ahora emperador de Francia supo aprovechar logros del pasado y sumarlos durante los últimos años a innovaciones de especial relevancia en el campo de batalla. La infantería napoleónica es, en ese momento, la primera de Europa. Aunque el uso de formaciones como la columna y la línea distaba mucho de ser original, Napoleón logró sumar a esos elementos la creación de una infantería que podría denominarse ligera.
Sus componentes eran reclutas bisoños o voluntarios novatos cuyo entrenamiento y veteranía resultaban insuficientes para permitirles maniobrar de una forma más convencional pero cuya efectividad final resultó innegable. Desde septiembre de 1804, todos los regimientos franceses recibieron la orden de convertir una de sus compañías de fusileros en voltigeurs o unidades ligeras. Estos voltigeurs sirvieron, por ejemplo, a Napoleón para ocultar sus maniobras a las fuerzas enemigas. De mayor importancia aún fueron los aportes introducidos por Napoleón en el arma de caballería. A semejanza de lo sucedido con la infantería, el emperador de los franceses creó unidades de carácter ligero. Los lanceros o chevau-légers-lanciers, por ejemplo, proporcionaban a los regimientos pesados una capacidad de reconocimiento impensable en otro ejército europeo.
De la misma manera, unidades como los cazadores a caballo o los húsares cumplian un papel de extraordinaria importancia cubriendo retiradas, despistando a las tropas enemigas en la detección de los avances militares o combatiendo en el campo de batalla. Los dragones —otro de los grandes aportes de Bonaparte— incluso se convirtieron en una especie de unidad de caballería intermedia entre las pesadas y las ligeras. Útiles en combate directo, desempeñaban funciones relevantes en la protección de los flancos y en tareas de reconocimiento. Posiblemente, donde Napoleón mostró con más claridad su talento militar en relación con la caballería fue en su utilización como un arma ofensiva independiente, algo absolutamente inusitado para sus oponentes. Sus ataques con masas compactas de caballería en Jena o Eylau tuvieron un efecto paralizante, primero, y aniquilador después, sobre las mejores fuerzas armadas del continente. Sin embargo, a pesar de sus éxitos en la utilización de la infantería y de la caballería, no debe olvidarse que Napoleón fue educado como artillero y que esta circunstancia tuvo una especial trascendencia en su revolución del arte de la guerra. En contra de la opinión de distintos teóricos de la artillería, Napoleón modificó el calibre de sus cañones de manera radical. Así, los pertenecientes al calibre 4 fueron sustituidos de manera prácticamente total por los del 6 y los del 8 por otros del 12. No sólo se trató de un aumento de calibre. El emperador además transformó la artillería de arma de apoyo en un arma ofensiva que hizo converger con terribles consecuencias sobre un punto concentrado de las lineas enemigas.
Además, desde 1800, Napoleón realizó un esfuerzo considerable para que el ejército francés contara con conductores encargados exclusivamente del traslado lo más rápido posible de las piezas artilleras. Estas importantes innovaciones llegaron complementadas por el desarrollo específico de dos pilares del ejército imperial. Nos estamos refiriendo a la intendencia y al mando. La primera no era ciertamente perfecta, pero Napoleón supo consagrar un sistema de despojo y requisa de aquellas zonas por donde pasaban sus hombres que prácticamente aseguraban su alimentación y abastecimiento.
En cuanto al segundo, su sofisticación fue comparativamente extraordinaria. Sin temor a exagerar, puede decirse que no contaba con el más mínimo paralelo en los ejércitos de Rusia, Austria o Prusia. Al Cuartel General Imperial —dividido en el Cuartel General de la Grande Armée, el Comisariado General de Intendencia y la Casa del Emperador— Napoleón sumó un servicio topográfico realmente incomparable y, muy especialmente, la obtención de una verdadera montaña de datos relativos a las fuerzas enemigas. Ese sistema permitió a Napoleón controlar con notable perfección fuerzas militares de un tamaño realmente impresionante, circunstancia una vez más totalmente fuera del alcance de otros ejércitos.
Con todo, constituiría un error pensar que los éxitos del emperador radicaron únicamente en las innovaciones técnicas. Bonaparte supo además utilizar de manera magistral factores como la moral de las tropas, la movilidad de sus fuerzas (en buena medida derivada de las reformas ya señaladas) y la capacidad para separar y parcelar, primero, y destruir, después,las tropas enemigas. Entonces —sería inútil negarlo—Napoleón era con mucho el general más competente de Europa. Pese a todo,existían razones para interrogarse acerca del tiempo que podria mantener esa superioridad indiscutible. Para empezar, los éxitos imperiales derivaron en buena medida de su mando único y centralizado. Sinembargo, habría que preguntarse si,enfrentado con una guerra en varios frentes, sería capaz de delegar en subordinados o insistiría en mantener el mando de una manera única y, por ello, ineficaz. Tampoco parecía que la política seguida por las tropas francesas en territorio enemigo pudiera contribuir a cimentar de manera perdurable las victorias de Napoleón.
LA TÁCTICA DE PRACTICAR expolios continuados y sistemáticos podía ser útil entonces para abastecer a las tropas, pero dificilmente se podía ser tan optimista en relación con las posibles reacciones futuras. Enfrentado con poblaciones civiles hostiles e incluso opuestas violentamente, ¿podría Napoleón sofocar todo tipo de sublevaciones sin que eso influyera negativamente en su estrategia?Finalmente, había que tener en cuenta que los adversarios de Napoleón fueron derrotados vez tras vez desde hacía más de un lustro. Sin embargo, sería erróneo considerarlos como a un conjunto de soldados torpes o incompetentes. Eran, en términos generales, militares hábiles, e induso brillantes, desbordados por una mente bélica superior. Pero precisamente por ello entraba dentro de lo verosímil que acabaran un día adaptando las innovaciones napoleónicas e introduciéndolas en sus ejércitos. Para entonces, Napoleón podría hallarse frente a avispados alumnos dotados con medios materiales superiores. Al darse tal circunstancia, el sol del hasta entonces invicto emperador comenzaría a eclipsarse.