viernes, diciembre 08, 2006

ARIETES FLOTANTES

L EXITO GRIEGO en la batalla de Salamina tiene mucho que ver con la consagración de un tipo de barco que, con ligeras modificaciones, pervivió hasta la época romana:las trirremes.
En Salamina, la flota griega dispuso de 380 trirremes y de siete pentecónteros aportados por 21 ciudades diferentes. Los pentecónteros eran unas embarcaciones grandes y resistentes conducidas con 50 remos (25 por lado) y una vela trapezoidal o triangular. El mayor contingente griego era, sin duda, el ateniense, compuesto de doscientas naves, cuya construcción había promovido Temístocles unos años atrás y para los que se utilizaron los recursos procedentes de la explotación de unos nuevos filones de plata recién descubiertos en las minas de Laurio.La trirreme fue la culminación del desarrollo de la marina de guerra griega. Con una eslora de 37 metros, una manga de 6 y una tripulación de cinco oficiales, 14 infantes de marina y 170 remeros dispuestos en tres niveles—a razón de 65 por borda—, la trirreme fue un arma de guerra eficaz y mortífera. A ello contribuyó, sobre todo, su espolón de bronce que, colocado a la altura de la línea de flotación, convertía a la nave en un ariete flotante que podía paralizar al barco enemigo tras romper sus remos, o hundirlo tras embestir su costado.
Naturalmente, todas estas maniobras requerían grandes dosis de disciplina en la tripulación y una gran pericia por parte del capitán. En caso de necesidad, la adiestrada dotación de infantes de marina, que iban a bordo de las trirremes, podía saltar hasta la nave enemiga y combatir contra su tripulación para tratar de hacerse con el control.