jueves, julio 10, 2008

¿QUE TENDRÁ EL CAFÉ?

ice la leyenda que un pastor de Abisinia (actual Etiopía), llamado Kaldi, observó el efecto tonificante de unos pequeños frutos rojos de arbusto en las cabras que lo habían consumido en los montes, efecto comprobado por él mismo al renovarse sus energías.
Lo que si está más que constatado es que el café se ha convertido en la bebida por excelencia de las relaciones a todos los niveles, no se puede firmar un trato o pacto sin que el humeande liquido extraído de los arbustos de las regiones tropicales, este presente.
Recuerdo que en mi infancia, el café fue sustituído por la achicoria, significando este un sucedáneo en las décadas de 1940 y 1950 por la autarquía económica, pero desde los años 60, con la recuperación económica, pudimos de nuevo saborear el coffea de la familia rubiaceae conocida como cafeto.
Este bebedizo, y lo llamo así por sus propiedades vigorizantes, tonificantes y estimulantes, hasta incluso me atrevería a aseverar que ha contribuído en muchas ocasiones a crear el clima adecuado de encuentros y desamores, ha sido en muchos casos la excusa propicia para infinidad de declaraciones, ha catapultado a parejas a decirse lo que quizás en otras ocasiones no han sabido hacerlo, realzando el brillo de ojos sobre el humeante aroma de una bebida con propiedades tremendamente fortificante.
Algunos doctores, atribuyen al café el riesgo de desarrollar artritis reumatoide, cosa que me dá la sospecha de que es exagerado, sobre todo cuando si através de degustarlo con la persona adecuada, ha sido el causante de hacer los ejercicios más apropiados para que esto no se produzca.,si, el café, tiene el sabor de la persona amada, sabe a su nombre, a sus labios regados por ese líquido maravilloso y calido capaz de transmitir todo el calor de la pasión, sabe a su geografía, sabe a los secretos y confidencialidades entre dos personas que se atraen hasta el infinito que tan sólo los dos saben y nadie ha descubierto...
Es el gestador de las mejores hazañas y de los mejores recuerdos, gracias Kaldi, aunque lo descubrieras por casualidad, te estaremos siempre agradecidos.
Nelson