omo es bien sabido, el bizcocho o galleta fue durante centurias la alimentación casi exclusiva a bordo de las naves, acompañado de un cocimiento de arroz. A este bizcocho, que se hacía con harina sin fermentar, cociéndolo dos veces para resecarlo y así retrasar su descomposición, se le daba la forma de torta. Igualmente arranchaban legumbres que aliñaban en forma de menestra, aunque no tenía buena aceptación entre los médicos, que las consideraban «melancholcas e implativas del cerebro».También estaba presente en la dieta de las navegaciones una sopa, llamada "mazmorra", que se hacía a base de legumbres, previamente deshidratadas por desecación, para mejor conservadas. Los frutos secos y pescados salados (ceciales), secados al sol, completaban este singular y monótono menú de nuestros marinos de siglos pasados.
