lunes, abril 07, 2008

LA PRENSA POLÍTICA

partir de 1833 despertaron los periódicos políticos en España. Cada bandera partidista o facción poseía su diario. Aparecieron en toda ciudad más o menos importante. Eran la tribuna desde la que adoctrinar, hacer propaganda, criticar al adversario y organizar a los partidarios. El reinado isabelino contó con buenos y numerosos periódicos, que gozaron de gran libertad, aunque sufrieron en ocasiones censuras importantes. Entre los mejores diarios hay que destacar a los progresistas el Eco del Comercio, La Nación, El Clamar Publico y La Iberia; a los moderados El Español, La Época y El Contemporáneo; a los demócratas La Discusión, El Pueblo y La Democracia. Hubo revistas de calidad —la Revista de Madrid—, periódicos de máxima difusión sin excesivo contenido político, como La Corresponciencia de España o el Diario de Barcelona; diarios ligados a una personalidad, como El Pensamiento de la Nación, de Balmes, e incluso republicanos furibundos, como El Huracán y La Soberanía Nacional, y multitud de hojas volantes al estilo del Eco de las barricadas. Se publicó también numerosa prensa satírico-política de calidad, como Fray Gerundio, de Modesto Lafuente; El Cascabel —con los dibujos de Ortego—, y Gil Blas, de Manuel de Palacio, parodiando a la Corona, su entorno, los partidos políticos y a los españoles en general.

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