aciendo un poco de memoria, recuerdo que allá por los años 60, exístía en TVE, un programa concurso, presentado por Daniel Vindel, basado en un partido de baloncesto en su mecánica, pero que el objetivo del mismo, era poner a prueba a los estudiantes de bachillerato de entonces.
El nivel educativo que se ponía de manifiesto en aquellos enfrentamientos culturales, dejaban asombrados a los más excépticos de la enseñanza de aquellos años.
Sin querer, sin buscar a conciencia similitudes con la educación actual, no me queda otra opción que sentirme tremendamente decepcionado, bien por conocer a través de los medios el nivel de enseñanza que se imparte en las aulas, o bien por estar de alguna forma ligado a la misma por diversos motivos.
En aquellos años, recuerdo, aunque pueda ser derrotísta, que se premiaba el esfuerzo y se mentalizaba a los alumnos del valor de la cultura, de la necesidad de forjarse un porvenir para poder hacer frente a la jungla que suponía una sociedad que necesitaba de hombres y mujeres cualificados en todos los terrenos.
Hoy, se premia la asistencia a clase con una promesa electoral consisntente en pagar a los alumnos para que no dejen de estudiar, o incrementar los emulumentos de los profesores en una paga única anual, con objeto de "pasar la mano", y reducir el número de suspensos, así las estadísticas son favorables y los números se cuadran con calzador y todo queda en objetivos ficticios.
Por otra parte, casi la inmensa mayoría de los alumnos, son expertos en móviles de última generación o en zapatillas de deportes con un sin fin de muelles en sus suelas, ese es su mundo, como si los 15 años no se fueran a marchar del DNI.
El relevo generacional, producirá, una bolsa de parados, sin oficio ni beneficio,buscadores de sueldos fáciles con el mínimo esfuerzo. Hoy en día ya se vislumbra, déficit en algunas profesiones como la medicina, las matemáticas o los idiomas, puestos, que serán ocupados por europeos de otros paises y como siempre resurgirá de nuevo aquel escogan del siglo XIX, que decía "que inventen otros".
Nelson
5 comentarios:
Nelson, estos programas hoy en día no se podrían emitir porque algún participante que no supiera responder podría caer en una baja autoestima, y consiguiente depresión.Y no está bien ridiculizar a los alumnos, y menos en un medio público. Por favor un poco de respeto para los/as alumnos/as. O como ahora decimos para el alumnado.
Enma, todo mis respetos para ellos, pero si me insinúas que respeto es sinónimo de aplicar aquello del todo vale, entonces estamos en el camino, si por el contrario, se debería encontrar la fórmula para que el estímulo fuese lo que primase ante tantos desaguisados producto de las ansias electoles, te diría que hace falta más resposabilidad por parte de todos.
Cesta y puntos era un buen programa, sin duda. Y no pienso que hoy esté desfasado. Desde la perspectiva de los profesores, se sigue primando la cultura. Tal vez el sistema de enseñanza no es el más adecuado. Y las estadísticas no reflejan la realidad, ni mucho menos.
A los alumnos también hay que prepararlos para el fracaso, y para superar sus dificultades.
Pero la base está en la familia y por desgracia, ahí sí hay una gran variedad de opiniones, y en esta época que nos está tocando vivir, se es bastante permisivo con ciertas conductas erróneas. Los padres no saben (o sabemos) decir NO, cuando hay que decirlo.
Un saludo Nelson.
anónimo,totalmente de acuerdo, la vida esta llena de aciertos y errores, hay que asumir que todas las personas estamos sujetos aellos y la enseñanza es de alguna forma,un apendice que complementa la educación de la familia.
En todos los órdenes de la vida, exíste una determinada disciplina,unas jerarquias, un acatamiento a las reglas y sobre todo a las leyes(aunque en muchos casos brillen por su ausencia),debemos prepararlos para ello, porque esto es la realidad y el mundo quenos hemos forjado, para bien o para mal.
Nelson: estoy totalmente de acuerdo contigo. Cesta y puntos fue un programa recreativo cultural extraordinario. Me alegro que hayas escrito ese artículo.los que lo vivimos sabemos lo que aprendimos.
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