l brigadier Diego de Alvear y Ponce de León(Montilla-Córdoba,1749,Madrid,1830),prestó destacados servicios a la Patria, pero en esta ocasión resaltamos los efectuados en el departamento de Cádiz en 1808 siendo comisario provincial de Artillería y comandante del Cuerpo de Brigadas, guarneciendo con las fuerzas a sus órdenes las baterías de tierra en el Trocadero, Arsenal de la Carraca, Casería de Ossio, el litoral y cañoneras en los combates del 9 al 14 de junio y rendición de la escuadra francesa.
Diego de Alvear, pasó por momentos durísimos 4 años antes de verse involucrado en la Guerra de la Independencia, como fue,la desaparición de toda su familia, esposa y 7 hijos, a excepción de su hijo primogénito, cuando regresaba de Buenos Aires.La flota española, divisó a la inglesa y ambas entablaron un combate naval frente al cabo de Santa María (Portugal), la fragata Mercedes que daba alojamiento a María Balbastro y sus hijos, saltó por los aires.
Una vez más, la especie humana, se brinda a devorarse sin causas justificadas, sin encontrarse ambos paises bajo declaración de guerra, de hecho, hasta la prensa británica se hizo eco de tan deleznable hecho y fue publicado en los medios de comunicaión de la época.
La batalla fue duramente criticada por la prensa británica, que consideraba que el ataque estaba totalmente injustificado por haberse producido en tiempos de paz:
Un gran delito acaba de cometerse [...] La ley de las naciones ha padecido la violación más atroz: una potencia amiga ha sido atacada por nuestra fuerza pública en medio de una profunda paz [...] sus leales súbditos han perecido en su defensa, infestando nuestras costas sus saqueados tesoros, y, como el de un pirata, nuestro pabellón tremola sobre el débil, el infeliz y el oprimido.
Un gran delito acaba de cometerse [...] La ley de las naciones ha padecido la violación más atroz: una potencia amiga ha sido atacada por nuestra fuerza pública en medio de una profunda paz [...] sus leales súbditos han perecido en su defensa, infestando nuestras costas sus saqueados tesoros, y, como el de un pirata, nuestro pabellón tremola sobre el débil, el infeliz y el oprimido.
Nelson
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