legó diciembre, la navidad está haciendo su aparición, a paso lento pero contínuo, Andalucía, se sumerge en las tradiciones culturales y folkloricas, las zambombas. Su aparición se remonta al siglo XVIII, para festejar la llegada de la Nochebuena, es una expresión de vencindad,los patios se colman de personas que durante todo el año han compartido alegrías y miserias,en el centro, un barreño de cinc que proporciona por su candela el calor de las noches frías de la navidad.
Los más osados, salen al círculo formado por cantaores de más o menos nivel, dependiendo de la importancia de la zamboma, unos descalzos otros con zapatos cómodos para compartir una noche larga entre pestiños,alfajores, tortas y copas de anís que tan sólo pueden elaborar las manos de unas mujeres como la andaluza, los villancicos se suceden, y como por arte de magía, se van relevando unos a otros arrastrados por las coplillas que a lo largo de la vida, fueron parte de la nostalgia de navidades pasadas, bulerías, seguiriyas y tangos acompañados de zambombas, panderetas que rompen el silencio de la noche que animan al corazón y sentir de las personas.
Los más osados, salen al círculo formado por cantaores de más o menos nivel, dependiendo de la importancia de la zamboma, unos descalzos otros con zapatos cómodos para compartir una noche larga entre pestiños,alfajores, tortas y copas de anís que tan sólo pueden elaborar las manos de unas mujeres como la andaluza, los villancicos se suceden, y como por arte de magía, se van relevando unos a otros arrastrados por las coplillas que a lo largo de la vida, fueron parte de la nostalgia de navidades pasadas, bulerías, seguiriyas y tangos acompañados de zambombas, panderetas que rompen el silencio de la noche que animan al corazón y sentir de las personas.
La zambomba ruge, las cajas emiten su sonido rudo al compás de palmas que generan sonrisas que tan sólo en esta época se pueden dar, agrupando a gentes, haciendo aflorar, el cante de forma gratuíta, escenario anónimo para los que de alguna y otra forma sienten el arte y que el patio de cualquier casa, le brinda la posibilidad de matar ese gusanillo artístico que muchos llevan dentro, manisfestación cultural oral de siglos heredada de padres a hijos.
Nelson
1 comentario:
Muy bonito Nelson. Ese arte, ese cantar, ese sentir..aún se perpetúa en el seno de casi todas las familias. Se sacan todos los instrumentos (y cómo no, la zambomba), y se cantan villancicos, con aire flamenco, porque lo da la tierra. Y se termina con verdiales, porque nace de nuestro interior. Y esa Nochebuena, se llena de magia, de música y panderetas, de guitarras, de zambomba, de platillos y castañuelas. De ritmo, y de palmas.
Esa es nuestra fiesta.
Un saludo Nelson, magnífico, como siempre.
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